martes, 8 de septiembre de 2009

URIBE, URIBE MAS URIBE EN COLOMBIA


Un gigantesco proceso electoral se está conviertiendo América Latina, en Chile calientan las elecciones y en Colombia su presidente se apresta ha participar en su tercera reelección presidencial.
Alvaro Uribe, un Jefe de Estado que goza de una robusta aprobación ciudadana que reposa en su lucha sin cuartel contra el narcotráfico y el terrorismo; además de mantener vigorosa su economía, apesar de la dura crisis internacional que azola al mundo.
Los latinoamericanos nos preguntamos ¿Podrá un gobernante demócrata seguir en el Poder por un tercer período consecutivo? ¿Lo arrastrará la soberbia del Poder y terminará recontra mal?
Es todo un misterio. Solo analizemos que en Venezuela como en Cuba, ni hablar de Libia, con Muamar Ghadafi, presidentes que se mantienen por largos años en el poder, con el respaldo popular.-
La libre determinación de los pueblos; soberanos en sus procesos electorales al amparo del voto directo, secreto y universal nos lleva a respetar sus decisiones y serán ellos que definirán si Alvaro Uribe siga como su máximo representante.
Andrés Oppenhiemer nos da su punto de vista:
La nueva reelección, una propuesta autodestructiva

Por Andrés Oppenheimer
MIAMI.- El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, que goza de una alta popularidad en su país gracias a su exitosa campaña contra los grupos narcoterroristas, está un paso más cerca de cambiar la Constitución y de presentar su candidatura para un tercer mandato consecutivo. La gran pregunta es si esto no convertirá a Colombia en una república bananera.

La semana pasada, el Congreso colombiano aprobó una ley para convocar a un plebiscito que les preguntará a los colombianos si quieren que se le permita a Uribe postularse para un tercer mandato consecutivo. El Congreso ya había cambiado la Constitución cuatro años atrás para permitirle a Uribe postularse a la reelección, pero tan sólo por un período.

Los partidarios de Uribe afirman que Colombia necesita que el presidente siga en el poder durante un mandato más, para poder terminar la tarea de desmantelar las guerrillas que han mantenido a Colombia en jaque durante las últimas cinco décadas.

Desde que Uribe asumió la presidencia, el número de guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se ha reducido de 23.000 a alrededor de 8500, y los secuestros han disminuido de unos 2900 casos anuales a 437. Por primera vez en la historia reciente, los colombianos pueden viajar sin temor a través de casi todo el país, señalan los uribistas.

La economía está creciendo, la pobreza ha disminuido en un 11 por ciento durante los últimos seis años y la inversión extranjera alcanzó el año pasado un récord de más de 10.000 millones de dólares. No es casual que la popularidad de Uribe esté en casi un 70 por ciento y su intención de voto haya subido a casi un 55 por ciento.
Asimismo, los partidarios de Uribe afirman que el proceso de cambios constitucionales está apegado a la legalidad.
"Creo que el presidente debe continuar en el poder porque su labor ha sido exitosa y todas las cifras lo demuestran", me dijo el vocero presidencial colombiano César Mauricio Velásquez en un diálogo telefónico.
"Hay una reducción de la pobreza, una ampliación de las coberturas en educación y en salud, y una consolidación de la economía. Y debe continuar la recuperación de la seguridad. Debe rematar la tarea iniciada", añadió.
Los críticos de la nueva reelección de Uribe, incluidos los que piensan que ha hecho un buen trabajo, responden que Uribe no debería postularse de nuevo, precisamente, para garantizar que sus logros sean continuados por otros.
Todos los candidatos presidenciales que encabezan las encuestas seguirían las políticas de Uribe. Las posibilidades de que algún izquierdista radical gane las próximas elecciones en Colombia son mínimas. Como Chávez
En cuanto al argumento de que el proceso de reelección es legal, lo más probable es que el gobierno manipule el proceso de referéndum, según dicen los críticos. Al igual de lo que hace el presidente narcisista-leninista venezolano Hugo Chávez, es probable que Uribe incluya en el referéndum preguntas que inducirían a un voto positivo, tales como si debería haber penalidades más duras para los violadores de menores.

Los pragmáticos, a su vez, dicen que -ya sea justificada o no- una tercera presidencia de Uribe perjudicará la imagen de Colombia en el exterior, que ya está bastante deteriorada en el Congreso norteamericano por el tema de los derechos humanos.

Frederick Jones, vocero de John Kerry, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, me dijo cuando le pregunté sobre una tercera presidencia de Uribe: "El senador Kerry cree que es al pueblo colombiano a quien le compete decidir si es necesaria una nueva reforma de la Constitución colombiana. Sin embargo, cree firmemente que la alternancia en el poder es una característica fundamental de una democracia funcional y saludable".

Otra fuente parlamentaria me dijo que una tercera presidencia de Uribe "dificultaría la capacidad de progresar en el acuerdo de libre comercio entre los Estados Unidos y Colombia, y en una mayor financiación del Plan Colombia. Muchos demócratas ven a Uribe como un violador de derechos humanos que se está convirtiendo en algo así como un pequeño rey".

Mi opinión: Una tercera presidencia consecutiva sería perjudicial para Uribe, para Colombia, y para América latina.

Perjudicial para Uribe, porque en lugar de terminar bien, terminará mal, como les pasó al ex presidente argentino, Carlos S. Menem; o al ex presidente de Perú, Alberto Fujimori, cuando trataron a toda costa de postularse por tercera vez.

Perjudicial para Colombia, porque se convertiría en una democracia tramposa, en la que un líder máximo todopoderoso generaría una reacción popular que tarde o temprano terminaría moviendo el péndulo político hacia la dirección opuesta.

Y sería perjudicial para América latina, porque socavaría los argumentos de las fuerzas prodemocráticas, y permitiría que Chávez y sus discípulos autócratas en Bolivia, en Ecuador y en Nicaragua dijeran: "¿Por qué nos critican a nosotros, si nuestros adversarios están haciendo lo mismo?".

Entonces, por favor, presidente Uribe, conviértase en un campeón de la democracia y abandone este proyecto. Es una idea que terminará destruyéndolo a usted y a su país.

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