martes, 8 de septiembre de 2009

EL MISTERIO DE ALEXIS SANCHEZ


En más de una oportunidad hemos comentado sobre los misterios de la vida; las razones escondidas en los más maravillosos sentimientos de la humanidad que da una brillante oportunidad a un ser humano para acariciar el éxito, el triunfo y la gloria.
Cómo se pued entender las oportunidades que le ha dado la vida al jugador chileno Alexis Sánchez, quien era pobre de pobre en Chile y hoy es una mega estrella mundial.
Cuáles son los recovecos del destino le te da la oportunidad de ingresar por la ventana para obtener el pasaporte a una vida llena de alternativas que cientos de millones de personas buscan con afán.
Algunos dirán que es el destino, un predestinado para la gloria, el triunfo y el éxito. Cómo comprender que un golpe de suerte; una cualidad innata de una persona; una vocación de un talento inherente de la persona te abren las puertas para los lugares más impresionantes.
Alexis limpiaba carros, no tenía ni para una zapatillas, ni siquiera para los pasajes y hoy goza de las atribuciones que tienen las estrellas del fútbol mundial.
Y también se cumpla una regla de brillante: Cuándo una nace para triunfar, tener éxito y gloria NO EXISTE, NO HAY NINGUN OBSTACULO PARA OBTENERLO, por el contrario llega por si solo como si te estuviera esperando para decirte: EL TRIUNFO ES TUYO, PARA TI.
La semblanza del extraordinario jugador Alexis Sánchez:

La estrella sobre Alexis Sánchez
El jugador de la selección pasó de la pobreza más absoluta a una vida acomodada en Italia. De acarrear bolsas en la feria a construirles casas a toda su familia. De ser un pelusa a convertirse en la figura más promisoria del fútbol chileno.
¿Qué pasó entremedio?
1) Antes de que lo apodaran "Niño Maravilla", antes de que fuera la estrella de la selección, antes de que Cobreloa lo rescatara del anonimato, antes de que jugara por Colo Colo, River y Udinese, mucho antes que todo eso, Alexis Sánchez limpiaba los autos que se estacionaban frente al cementerio de Tocopilla y ayudaba a acarrear bolsas en la feria.


En esa época, en la prehistoria de Sánchez, el niño tendría 6, 7 años y no era ninguna maravilla, salvo para su madre, Martina Sánchez, que todas las mañanas recorría 77 kilómetros hasta María Elena para vender mariscos y pescados.

Sánchez, por entonces, era "el Dilla", un apodo que viene de "ardilla", porque el cabro chico era escurridizo, no se quedaba nunca quieto y era un pelusa que pasaba casi todo el día en la calle, hasta las 2 de la mañana, jugando a la pelota.

Un día equis estaba en la cancha de baby fútbol de la población chuteando el balón de arco a arco con David López, un amigo del barrio.

-Tú vai a ser profesional -le dijo al final López.

-¿A'ónde...? -se rió Alexis.

-Si po'. Y cuando seái profesional, ¿me comprái un auto?

"Lo del auto está pendiente todavía", bromea López a la salida de su trabajo en la planta termoeléctrica de la ciudad. "Jugábamos con tipos más grandes y él era el más chico, pero dejaba a todos sorprendidos", cuenta.

Días después, en esa misma cancha de cemento, Alexis Sánchez sería descubierto.

2) A Tocopilla le dicen "El rincón del diablo": es una ciudad árida, chata y aislada, a casi 200 kilómetros de Antofagasta e Iquique, lejos de todo, que tuvo sus días de gloria con el auge salitrero.

Pero hoy es una de las zonas más deprimidas de la Segunda Región, aquejada por una histórica cifra de desempleo que ronda el 15 por ciento -hoy aminorada por el plan de reconstrucción iniciado tras el terremoto de 2007, el que destruyó 6 mil casas-, la falta de expectativas entre los jóvenes, un alto índice de consumo de drogas y el daño ambiental.

En 2006 la ciudad fue declarada Zona Saturada de Contaminación por el carboncillo de las dos termoeléctricas que funcionan en la comuna, Electroandina y Norgener, una de las principales fuentes de trabajo.

No la única: aquí, donde el deporte más popular no es el fútbol, sino el béisbol, sus casi 27 mil habitantes viven especialmente de la minería y la pesca.

La película de la vida de Alexis Sánchez comienza en esta zona; para más detalle, en una de las poblaciones más pobres de Tocopilla, casi en los límites de la ciudad, cerca del cementerio.

La casa de Sánchez está en Capitán Orella y Cuarta Poniente. Es fea, inestable, descolorida, hecha de hormigón armado y palos. Su pieza tiene piso de tierra y el techo está construido a medias. En las paredes pega recortes de diario.

Le gusta la U y Salas. Para el terremoto de 2007, mientras él está en River, la casa se vendrá abajo.

Cuando no juega a la pelota, Sánchez ve dibujos animados en la tele. Un día fabrica una antena artesanal y la pone en el techo para ver Cartoon Network.

Así transcurre la película de Sánchez: entre el fútbol, la escuela y su casa. Su madre le prepara lentejas y arroz con leche, sus comidas favoritas, y con su padre, un ingeniero en prevención de riesgos, casi no tiene relación.

Las pocas veces que lo ve lo trata de usted. A quien sí reconoce como papá es a su tío José Delaige, que también hace de padre de sus medio hermanos Humberto, Marjorie y Tamara, la menor.

Pero esta película comienza a cambiar cuando Alberto Toledo, un entrenador de las divisiones infantiles del club Arauco de Tocopilla, se aparece por la cancha del barrio.

Alguien le había pasado el dato de un niño que pintaba para bueno.

"Lo vi flaquito, mal alimentado, un pinganilla, pero se puso a jugar y esa misma tarde fui a hablar con su mamá para que lo dejara entrenar en el club", dice Toledo, hoy funcionario de la municipalidad.

Sánchez se convierte pronto en la figura del equipo, pero es indisciplinado, llega tarde a los entrenamientos y en los partidos sus compañeros le reclaman porque nunca da pases. "Me hizo pasar rabia Alexis, y los papás de los demás niños me retaban porque lo ponía a jugar pese a todo, pero el equipo era uno con él y otro sin él", cuenta el ex entrenador.

Alexis ni siquiera tiene zapatos de fútbol, pero una vez al año, para Navidad, el entonces alcalde Alexander Kurtovic le regala un par para que juegue, porque Toledo le ha dicho que el cabro es bueno, que tiene futuro y que, por si fuera poco, está de cumpleaños el mismo día del aniversario del club.

-Tú, Alexis, de grande vas a ocupar esta misma camiseta cuando juegues en Boca Juniors -le dice un día Toledo en camarines.
Arauco usa los mismos colores del club argentino, pero Sánchez lo mira en silencio.

"Para mí que ni siquiera sabía qué era Boca". Años después, Sánchez lo visitará en su casa y le regalará su camiseta autografiada de River.
-Casi le achuntó, profe -le dirá.

3) Toledo se retira del fútbol cuando Sánchez, que ya había probado suerte en la U. Católica sin éxito, tenía 13 años. El nuevo entrenador que llega al Arauco se llama Milton Leyton, un tipo para quien las cosas están claras desde antes de asumir el cargo: la estrella del equipo era su hijo, Pablo César, "el Chipi".

Para el primer entrenamiento, Sánchez llega tarde. Leyton se enoja y lo deja en la banca, hasta que en el entretiempo su hijo se le acerca.

-Papá -le dice, apuntando con la vista a Sánchez-. Aquí hay un jugador mejor que yo.

-No. Cómo se te ocurre, hijo. Quién va a ser mejor que tú a esa edad.
"Metí a Alexis al segundo tiempo para probarlo -recuerda hoy Leyton, actual DT de Deportes Tocopilla- y me dejó con la boca abierta.

Después llamé al 'Chipi': 'Sí, hijo, este cabro es mejor que tú', le dije".

Leyton lo va a visitar a su casa, conversa con su familia, conoce a sus amigos del barrio, recorre su población. "Pese a que es muy unido a su madre y sus hermanos, el entorno no era bueno para él. Por las juntas que tenía, pudo haber tomado otro camino, pero nunca lo vi con trago ni fumando. Tal vez por lo mismo, para protegerse, se fue de aquí", dice.

A los 16, Sánchez debutará en el primer equipo de Cobreloa.

4) Tímido, el tocopillano piensa que Calama es la ciudad más grande del mundo. Su vida transcurre entre las largas jornadas de entrenamientos y su segundo medio en el Colegio Padre Hurtado. Y en sus ratos libres no hace nada especial: un día va al cine, otro a comprar al mall, después a jugar playstation, más tarde a chatear y a escuchar reggaetón.

"Casi no hablaba", dice Bárbara. "Había que sacarle las palabras". Bárbara, dos años mayor que él, es la hija de Luis Astorga, un funcionario de Codelco que lo conocía de antes y que le ofreció su casa para vivir mientras estuviera en la ciudad.

"Todos los días pedía lentejas para almorzar y a las seis pedía leche con plátano", cuenta. "También le gustaba la buena ropa. La cuidaba harto, en especial sus zapatillas. Le daba ataque que estuvieran sucias. Decía que le había costado mucho tenerlas".

Alexis también le habla de fútbol. Le dice, por ejemplo, que admira a Ronaldinho, pero que le gustaría tener la pinta de Cristiano Ronaldo. "Por eso el peinado -dice Bárbara-. Y por eso la figura que luce hoy... Mira el cuerpo de Ronaldo y mira el de él".

Cuando Alexis emigre de Calama, Bárbara dedicará su vida a formar el funclub de Alexis Sánchez, el que bautizará como "Dillamonas".

Hoy tiene cerca de 80 integrantes en todo Chile, asegura, perfectamente organizadas. En su pieza guarda con cuidado siete álbumes repletos de fotos y recortes de periódicos del futbolista. "Yo lo considero como mi hermano", dice.

El gerente del Cobreloa Ricardo Carvajal es su apoderado en el colegio Padre Hurtado. Se preocupa de que Alexis vaya a clases, que no descuide sus estudios y que compatibilice bien sus tareas con el fútbol.

No le gusta leer, pero Sánchez aprueba segundo medio con buenas notas: un 6,2 en Lenguaje y Comunicación, un 6,8 en Música, un 6,7 en Inglés, un 5,5 en Historia; todo bien, salvo en Matemáticas: 4,1.

"De todos los cadetes de ese año, fue el que tuvo mejor desempeño escolar, el que mejor se integró y el que menos problemas daba", señala Carvajal.

En la cancha, un veterano del fútbol fija su mirada en él. Es el arquero de Cobreloa, Nelson Tapia, ex seleccionado. Al primer entrenamiento, Sánchez le clava tres goles. "Me dejó loco, igual que a la defensa", recuerda Tapia, hoy gerente deportivo de Unión Temuco.

Un día Sánchez le cuenta que sueña con algunas cosas. Por ejemplo, con jugar en el Real Madrid. Sueña también con ser rostro publicitario de Nike y le dice que se imagina dominando el balón y probándose los botines.

Tapia se ríe, no lo toma muy en serio. Años después, el tocopillano será rostro no sólo de Nike, sino que de Movistar, Easy y Banco Santander.

"Era el regalón de todos y en los entrenamientos era un pelusa. Cuando la pelota caía lejos, él partía a buscarla para seguir jugando, como si estuviera en su barrio", dice Tapia.

Del niño inquieto que llegaba tarde y se comía la pelota, ya no queda nada. Tapia lo ve disciplinado, tranquilo, atento y preocupado por su madre, a quien le pide que se traslade a vivir a Calama. Pero Martina dice que ni a palos. Más tarde, tampoco dejará Tocopilla por Buenos Aires ni por Udine.

En esa época, Sánchez conoce a Fernando Felicevich, un empresario argentino que se convierte en su representante y lo lleva a Colo Colo.

-¿Y este cabro chico es el que me trajiste de refuerzo? -le dice el entrenador Claudio Borghi.

5) Antes de cumplir 20, Sánchez ya habrá sido campeón con Cobreloa, Colo Colo y River. En Buenos Aires vive en Puerto Madero en un departamento de 200 metros cuadrados, maneja un Audi, juega al karaoke y extraña las lentejas.

Cuando se entera que la casa de su madre se vino abajo con el terremoto, le manda a hacer una nueva casa en el mismo lugar, de dos pisos y con piscina. Le manda a hacer otra a su hermana Marjorie, quien vive a la vuelta y maneja el dinero que Sánchez envía mensualmente a la familia. Y ordena construir una tercera casa para José Delaige.

La última vez que visita Tocopilla, en julio pasado, ya como jugador del Udinese y estrella de la selección, gasta más de 5 millones de pesos en muebles y electrodomésticos para su madre.

El futbolista, el del aro de diamante en la oreja, el que se cuelga un rosario cada vez que entra a una cancha, al que le gustan las cremas y los perfumes y que casi no habla con la prensa, ahora es todo un hombre, dicen.

Está propuesto como hijo ilustre de su ciudad, hay una escuela de fútbol con su nombre, la Sonora Tomo como Rey le compuso una cumbia, y hasta tiene una cueca.

Pero allí en Tocopilla, manejando su Nissan deportivo, subiendo los cerros de arena en una moto Yamaha, comiendo lentejas en su casa, ahí, en ese lugar desértico y alejado, todos saben que sigue siendo el cabro chico escurridizo e inquieto que se escapaba a jugar a la pelota hasta las 2 de la mañana.

32 millones de pesos mensuales gana Sánchez en Udinese. Es uno de los futbolistas chilenos mejor pagados.

16 años tenía cuando Nelson Acosta lo hizo debutar en el fútbol profesional en Cobreloa contra Deportes Temuco. Fue el año 2004.
3 títulos ha conseguido en su carrera: Cobreloa (2004), Colo Colo (2006-2007) y River Plate (2008).

1 comentario:

  1. La Inspiradora Historia de Alexis Sánchez debe inspirar a muchos futbolistas este jugador es increible una lastima ultimamente no tenga muchos minutos pero en el arsenal jugo increible y en la roja mas todavia

    ResponderEliminar