sábado, 31 de octubre de 2009

LA PALABRA, LOS POLITICOS Y CAMPAÑAS

Un delicioso artículo nos obsequía Felipe Pozo publicado en el diario La Nación de Chile, el mismo que amerita una buena leída que promueva un reflexión en momentos que nuestro país, el Perú, se apresta a ingresar a una de las más intensas campañas políticas a partir del próximo año, 2010, es decir a escasos 60 días.


El artículo en referencia titulado Comunicación y Política nos conduce a refrescarnos,para algunos, los conceptos y las ideas que hacen a los lìderes; y para otros son textos de lectura obligada que nos hace renovar nuestros conceptos en las campañas políticas.


No hay existe ni campaña buena ni mala, sino campaña ganadora, exitosa y gloriosa.

Es así que los más recientes ejemplos nos retorna al sentido de la realidad: La elección de Barack Obama, el primer Presidente de los Estados Unidos de color y que hace no pocos años era precisamente impensable que uno de su raza ganará la magistratura del país más poderoso del mundo.


Hoy los analistas desmenuzan las causas de su triunfo y muchos de ellos tal vez se acerquen a la verdad; pero la realidad de la milanesa es que muchos se equivocaron antes, durante y después de su elección.


Sin más ni más demos una analicemos el siguiente artículo:




Comunicación y política

Por Felipe Pozo



“El liderazgo político consiste en guiar a la opinión pública, en vez de halagarla servilmente o dejarse llevar por sus vaivenes” (Jaime Guzmán).


A poco más de diez días de inicio de la franja electoral en la TV, resulta saludable recordar algunos puntos basales del llamado “marketing político”. O, mejor dicho, poner sobre la mesa las claves que guían la instalación del universo comunicacional, como el espacio definitivo de la política en sociedades masivas y globalizadas.


Más aún, las tecnologías, que agrupan y separan, han establecido un nuevo esquema de relación entre candidatos y electores, donde la apelación emotiva es central y, cada vez más, prácticamente excluyente. Entonces, no resulta fácil para los ciudadanos separar la paja del trigo, descubrir la identidad profunda de los abanderados de distintos pelajes y atisbar qué, finalmente, proponen entre bailes, podios, banderitas y canciones.

El catedrático español Javier del Rey Morató investigó tozuda y largamente el tema, para concluir ofreciendo uno de los textos más completos y pormenorizados relativos al punto. Publicado en 1999, “Los juegos de la política: teoría general de la información y comunicación política” es un verdadero manual de seguimiento revelador y cáustico que previene muchas de las pequeñas trampas del tiempo electoral. Vamos a compartir tres breves párrafos que apuntan a cuestiones centrales del asunto y que parecen “hechos a la medida” de estos días criollos.

“Anticipemos algo que no por sabido deja de ser útil recordar, y es que la gente se relaciona con la realidad desde lo que los medios de comunicación dicen que es la realidad, lo cual nos permite afirmar dos cosas: la primera que la realidad son los medios de comunicación; la segunda, que lo que llamamos realidad es el resultado de la comunicación.

“Esto que parece una paradoja, es sólo una paradoja aparente, y no es, como puede parecer a primera vista, poner el carro delante de los bueyes, porque si bien cuando comunicamos creemos estar diciendo algo de la realidad, la verdad no tiene por qué ser ésa sino esta otra: cuando comunicamos estamos fundando la realidad como tal.

“Pero hay más: los medios entran en la realidad y la realidad ya no se parece a lo que era antes de los medios, que en ocasiones recuerdan la entrada de un elefante en una cristalería”.

Está claro, la batalla es por “crear” realidad y ella habita en el lenguaje. Es decir, en las palabras y su carga de significados. Rey Morató establece un ámbito específico cuando se trata del habla de los políticos:

“Lo que caracteriza a las palabras en las campañas electorales no es tanto su contenido y su significación objetiva, hemos visto que terminan por no describir nada, sino la atmósfera emotiva que las rodea y las envuelve, y que las convierte en instrumentos antojadizos, en armas capaces de modificar un estado preexistente en beneficio del que las esgrime”.

Tradicionalmente, se han distinguido dos tipos de oradores: aquellos de verbo sencillo y quienes poseen una retórica de compleja resolución. Sin embargo, el académico español nos propone una nueva categoría, a lo mejor fácilmente reconocible:

“Hay un tercer tipo de orador que en la era de la televisión y del marketing -en lo que podríamos llamar la era de la imagen- hacen su agosto: son los acuñadores de frases felices, oradores que son capaces de encerrar en una oración asuntos de difícil comprensión, de sintetizar, anticipar o sugerir en una expresión afortunada el posible titular periodístico del día siguiente, de comprimir en un párrafo la complejidad de las políticas públicas.

“Estos oradores son especialistas en malabarismos lingüísticos, en juegos de lenguaje que hacen las delicias de los periodistas, por la facilidad que ofrecen a la hora de escribir la crónica de lo que se ha dicho en un mitin: cuando la esencia de lo que se ha dicho revela la nadería de lo que se ha dicho, comprendemos que en el reino de las apariencias lo más profundo es la superficie”.

Para concluir, y así como una suerte de bonus track, van seguidas algunas frases de prohombres, de distintos tiempos y senderos ideológicos, que cierran el círculo.

“No latía en su cabeza ni un solo pensamiento que no fuera un eslogan. Se tragaba cualquier imbecilidad que el partido le ofreciera” (George Orwell).

“Los que no comunican al pueblo con precisión sus ideas sobre el Estado que van a hacer es que no las tienen y, hallándose por dentro vacíos, transmiten a la muchedumbre esas vacuidades interiores en sus discursos. Esto es lo que no puede ser, esto es de lo que tenemos todos que protestar” (José Ortega y Gasset).

“El político se convierte en una especie de adivino. La profecía es un elemento esencial de la nueva técnica de mando. Se hacen las promesas más improbables y hasta las imposibles” (Ernst Cassirer).

“Prometer es un juego bien conocido, es gratis y todo el mundo sabe que prometer no es más que una manera de no dar nada y de no mostrarse generoso más que en palabras” (Cardenal Mazarín).

“El liderazgo político consiste en guiar a la opinión pública, en vez de halagarla servilmente o dejarse llevar por sus vaivenes” (Jaime Guzmán).

Nada personal. Ya veremos cómo viene la bendita franja.

viernes, 30 de octubre de 2009

UNO DE LOS HOMBRES QUE DIO EL TRIUNFO A OBAMA

CHRIS HUGHES Fundador de Facebook y asesor político y considerado uno de los hombres claves para el triunfo de Barack Obama, nos da una explicación sencilla de cómo funcionó el internet, el facebook y otras herramientas en el éxito del actual mandatario norteamericano.


En sus declaraciones se desprende algo especial que siempre es un razomiento común en las campañas políticas: "Con él (Chris Hughes) o sin él, Obama ganaba"...Es así, la coyuntura de cambio clamado por la opinión pública favoreció determinantemente a Obama.


La entrevista A Chris Hughes:



"Obama creyó en Internet"



El fundador de Facebook habla sobre cómo contribuyó a la victoria electoral demócrata en EE UU y sobre el futuro de las redes sociales


"El chico que hizo a Obama presidente". Así bautizó la conocida revista estadounidense Fat company a Chris Hughes, un chico rubio e imberbe de 25 años que tiene a sus espaldas la dirección de la campaña presidencial de Barack Obama en Internet y, junto a compañeros de la Universidad de Harvard, la creación de Facebook, la red social que agrupa ya a más de 300 millones de usuarios en todo el mundo.


Estuvo en Madrid para participar en el Congreso Europeo de Comercio Electrónico, que organizan la Asociación Española de Comercio Electrónico (AECEM) y el Ayuntamiento de Madrid.


"Cualquier causa que apasione a la gente funciona en las redes sociales"

Pregunta. ¿Qué se siente siendo El chico que hizo a Obama presidente, es más un honor o una responsabilidad?

Respuesta. (Sonríe y se echa hacia detrás en el asiento) ¡Este título me va a perseguir siempre! No puedo llevarlo, porque no es cierto. La gente que hizo a Obama presidente fueron decenas de miles, millones de voluntarios que salieron a la calle, hicieron llamadas, recaudaron dinero, ellos consiguieron que la campaña tuviera éxito. Ellos fueron los que hicieron a Obama presidente; lo que nosotros intentamos fue, con la tecnología, hacer más fácil su trabajo y luego dejarles el camino libre.

P. Pero hay que reconocer que su labor fue muy importante para Obama...

R. No se sabe qué podría haber pasado si se hubiese hecho de otra manera, pero creo que la campaña de Obama tenía la filosofía de creer en las nuevas tecnologías y de dar poder a la gente. Y eso ya estaba antes de que yo llegara así que, en esa medida, la campaña hubiera tenido éxito de todos modos.

P. ¿Cómo cree que está actuando el presidente de EE UU respecto a las nuevas tecnologías?

R. Creo que bien. Está adoptando las tecnologías, aunque el Gobierno es muy diferente de la campaña. Yo he aprendido rápido que el Gobierno trabaja muy despacio, así que es difícil verlo. Tenemos eventos, chats, datos, han rehecho completamente su página... pero se podría hacer mucho más. No es algo concreto que debería hacer ahora mismo, sino de cosas pequeñas, como escuchar a la gente a través de la Red, por ejemplo, pequeños pasos que pueden tener mucho éxito.

P. Se dijo que Howard Dean, candidato demócrata a las primarias de 2004, fue el primer candidato de Internet. ¿Por qué entonces no funcionó?

R. Los políticos llevan tiempo usando la Red para recaudar dinero, y lo han conseguido. Pero la diferencia es que nosotros no usamos Internet porque sí: nosotros la usamos para dar poder a la gente, para crear bases, gente que se sienta responsable, parte de la campaña todos los días. Y ése es el porqué, no entras en la Red para leer algo sobre Barack Obama, sino para crear contenido.

P. ¿Y las redes sociales?

R. También, aunque no es magia, lo importante es dar a la gente poder para que se sienta parte del proceso.

P. Las redes sociales también conllevan riesgos, como la pérdida de intimidad. En España hubo un reciente debate por la publicación de unas fotos en la Casa Blanca en las que aparecían las hijas menores de edad del presidente Zapatero. ¿Cree que son necesarias herramientas de control?

R. Internet hace el mundo más transparente. Está claro que las tecnologías pueden ser mal utilizadas, pero la gente ahora tiene mucho más acceso a la información y eso es bueno. Por otro lado, ya hay cierto control pero lo más importante es la educación en un uso responsable.

P. Además de en política, las redes sociales pueden ayudar a otras causas en las que usted se ha involucrado, como la de los jóvenes gays y lesbianas. ¿Hasta qué punto hay potencial?

R. Ahora mismo, en Estados Unidos, si tienes un grupo de gente apasionada por una causa, ya sea jóvenes gays o lesbiana, o el cambio climático, funciona. En el caso de los jóvenes gays y lesbianas espero que haya pronto una plataforma para que cada cual pueda contar su historia y conectar con los demás. Pero hay potencial para cualquier cosa que le interese a la gente.

P. ¿Cree que ha habido algún invento o revolución que pueda compararse a la creación de las redes sociales?

R. Es muy difícil de decir, porque las redes sociales son algo fundamentalmente humano, es compartir, conectar con otra gente. Así que no creo que pueda haber nada para comparar.

P. ¿Cómo cree que va a cambiar Facebook en el futuro?

R. Necesitamos innovar en el software, queremos permitir que, con tu contraseña de Facebook, puedas conectarte y hablar con tus amigos desde otras páginas web. Y creo que es una gran oportunidad para que cada web pueda aprovechar todo lo que Facebook ofrece.

jueves, 29 de octubre de 2009

PARA ENTENDER LA CAIDA DEL MURO...

Un interesante artículo ha escrito Joaquín Estefanía, en el diario hispano El País, que nos luces sobre las implicancias económicas, en temas doctrinarios, sobre la Caída del Muro ded Berlín.





El siglo más largo


La actual Gran Recesión pertenece a la lógica del siglo XX y las ideas que la alimentaron son las culpables de las secuelas que dejará.


La llamada 'nueva economía' era una ideología destinada a beneficiar a unos pocos




Ahora que se cumplen 20 años de la caída del Muro de Berlín, estación términi del siglo corto de Hobsbawm, es buen momento para revisar la tesis del historiador británico y comprobar si se ajustó a la realidad. Recordemos en qué consistía: hay una coherencia en los años transcurridos desde el estallido de la Primera Guerra Mundial hasta el hundimiento del comunismo.


En esas casi ocho décadas se manifestaron tres fases: desde 1914 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial; desde 1945 hasta principios de los años setenta, 30 años de extraordinario crecimiento económico y transformación social; y una nueva era de descomposición, incertidumbre y crisis para vastas zonas del mundo. Ese siglo XX corto se compuso de una fugaz edad de oro, en el camino entre una y otra crisis hacia un futuro desconocido y problemático.


Cuando acaba de estudiar ese periodo, Hobsbawm manifiesta su preocupación por la existencia de un planeta cautivo, desarraigado y transformado por el colosal progreso económico y tecnológico del capitalismo dominante en los dos últimos siglos, que había mejorado las condiciones de vida de mucha gente.


Y concluye: "Cuanto he escrito hasta ahora no puede decirnos si la humanidad puede resolver los problemas con los que se encuentra al final del milenio, ni tampoco cómo puede hacerlo. Pero quizá nos ayude a comprender en qué consisten esos problemas y qué condiciones pueden darse para solucionarlos, aunque no en qué medida estas condiciones se dan ya o están en vías de darse.

Puede decirnos también cuán poco sabemos y qué pobre ha sido la capacidad de comprensión de los hombres y las mujeres que tomaron las principales decisiones públicas del siglo, y cuán escasa ha sido su capacidad de anticipar -y aún menos de prever- lo que iba a suceder, esencialmente en la segunda parte del siglo". (Historia del siglo XX).

Todavía cuando escribe esto el planeta está beneficiándose de los mejores efectos de la nueva economía, aquel paradigma que afirmaba que habían acabado los ciclos económicos (como se había terminado la historia) y que las sociedades no podían más que crecer y progresar.


Hoy sabemos que la nueva economía fue en el mejor de los casos una ensoñación, y en el peor, una ideología cuyo objetivo era beneficiar a unos pocos. No es seguro, y tampoco probable, que nuestros hijos vayan a vivir mejor que nosotros.


Cuando llevamos más de dos años de Gran Recesión y se empiezan a desvelar con crudeza las huellas que va a dejar en términos de paro, empobrecimiento de las clases medias, marginalidad, hambre, desigualdad o endeudamiento, ¿es demasiado arriesgado analizar esta crisis, heredera de la Gran Depresión, como una continuación natural de ese futuro desconocido y problemático que define al siglo XX, y aseverar que a medida que avanza el nuevo milenio está cada vez más claro que la tarea principal será reconsiderar los abusos intrínsecos del capitalismo?

Entonces, el siglo XX no sería un siglo corto sino un siglo largo.


Son bastantes los que definen a la actual crisis como un cisne negro, en la descripción de Nassim Taleb: un acontecimiento inesperado que ocasiona enormes impactos; en este caso, una tormenta que surgió en un cielo casi sin nubes, imprevista, que se abatió sobre un planeta que creía que tales acontecimientos extremos no se iban a repetir.


Otros, sin embargo, consideran que las bases para el actual derrumbamiento de la economía estaban puestas desde hace al menos dos décadas, cuando la autodestrucción del socialismo real cambió la naturaleza del poder y el escenario de los miedos; aumentó el temor de los ciudadanos comunes que empezaron a soportar, con más intensidad que nunca, la inseguridad a perder el puesto de trabajo, a quedar atrás en una distribución de recursos cada vez más desigual, a zozobrar en el control de las circunstancias y rutinas de sus vidas cotidianas; y quizá, y sobre todo, alarma ante el hecho de que quienes tienen la autoridad delegada hayan perdido su control a favor de fuerzas que están más allá de su alcance, como consecuencia de la globalización realmente existente. Por el contrario, perdieron esos miedos los poderosos, que a partir de principios de los años noventa no se tenían que enfrentar ya a la existencia de un sistema político y económico alternativo, con todos los defectos que se le quieran poner (y que eran ciertos), y tenían barra libre para experimentar a su favor con cualquier ungüento de serpiente, como era la desregulación de mercados inestables, con información asimétrica y competencia imperfecta.

Llevamos más de dos años componiendo el juego de culpables de esta crisis: los bancos centrales, que no la previeron o la facilitaron con su política de gran liquidez; las agencias de calificación de riesgos que nos engañaron sobre el verdadero valor de los activos financieros; los fondos de alto riesgo, totalmente libres; los banqueros, que sacaban de balance multitud de riesgos imprecisos; los organismos reguladores, que dedicados a lo que estaba dentro de sus fronteras no previeron que éstas ya no existían para los movimientos de capital; los gobiernos que permitieron todo lo anterior y lo legitimaron con su inacción. Pero para comprender esta Gran Recesión debemos ir más allá de ese espejo de culpables parciales o de chivos expiatorios, porque sólo ahondando en la fuente de los errores puede señalarse el sistema de ideas que dio lugar a ellos.


Como acertadamente ha señalado Robert Skidelsky (El regreso de Keynes), cuando algo va mal el primer instinto es señalar a los responsables prácticos de la cosa y sólo empezamos a culpar a las ideas cuando resulta evidente que aquellos responsables no eran excepcionalmente corruptos, avariciosos ni incompetentes, sino que estaban actuando sobre lo que creían ser unos sanos principios y no lo eran: el pensamiento único.

Así que las prácticas de todos esos agentes, por escandalosas que hayan sido, deben remontarse a las ideas que las acogieron. Estas ideas (la autorregulación, el Estado es el problema y el mercado la solución, presupuestos equilibrados en sociedades con muchas necesidades, primero es crecer y sólo luego distribuir, la inflación como prioridad económica absoluta...) llegan siempre a la arena pública mezcladas con la política, los intereses creados, las circunstancias de cada época y lugar y devienen en la ideología dominante.

No sólo Skidelsky defiende esta interpretación de lo sucedido. El Nobel de Economía George Akerloff, y otro economista que puede serlo en cualquier momento, Robert Shiller, se preguntan en qué hemos estado pensando los ciudadanos durante la parte alta del ciclo, por qué no nos dimos cuenta de lo que estaba sucediendo si era evidente la artificiosidad de la economía, hasta que no se nos cayó el mundo encima con acontecimientos como bancos que quiebran y han de ser nacionalizados, empresas que desaparecen, contabilidad creativa, pérdida de centenares de miles de empleos, ejecución de hipotecas, sequía de préstamos, bonus desequilibrantes de la estructura social... Y se responden: porque el público y los Gobiernos se sentían respaldados por una teoría que les decía que estaban seguros, que todo iba perfectamente y que no corrían ningún peligro.

Aseguraba Schumpeter que las fluctuaciones cíclicas de la economía capitalista, hoy tan abundantes, no son como las amígdalas, órganos aislados que pueden extirparse por separado, sino como los latidos del corazón, parte de la esencia del organismo que los pone de manifiesto.

Quién nos iba a decir que más de 60 años después de su muerte, Keynes iba a ser tan reivindicado por el fracaso intelectual de las ideas que lo arrumbaron, que íbamos a volver a contemplar la historia mucho más como una escalera de espiral que con la linealidad que con tanta falsedad nos vendieron, y que no íbamos a poder dejar tan fácilmente el siglo XX, olvidándonos de lo terrible que fue.

miércoles, 28 de octubre de 2009

ESPAÑA DE LUTO, MUERE FRANCISCO AYALA

El nombre de Francisco tiene harto significado para España. Desde el dictador Francisco Franco, odiado y amado, pero gobernó con mano de hierro al país hispano, bajo una cruenta guerra civil.

Otro Francisco, pero en este caso de apellido Ayala que acaba de fallecer, nos ha dejado un legado importante a la literatura de habla hispana que hoy destacan dos figuras mundiales de la letras: Mario Vargas Llosa y José Saramago.


Francisco Ayala pereció a la edad madura de 103 años y hoy el rinden un merecido homenaje - dicho sea de paso homenajes merecidos lo recibió en vida -del mundo intelectual.


Aquí lo dejamos con una breve semblanza y los recuerdos de los escritores líneas arribas citados:







Francisco Ayala cierra el libro

El decano de las letras españolas muere en Madrid a los 103 años



Francisco Ayala, que tenía plaza de inmortal en la historia de la literatura, parecía tenerla también en la historia a secas.

Hace tres años asistió, "abrumado y avergonzado", a su propio centenario y, cuentan sus amigos, él mismo hacía bromas sobre su longevidad.


Parecía eterno pero murió en Madrid.

El 16 de marzo había cumplido 103 años.


Por esas fechas contrajo una bronquitis de la que nunca terminó de recuperarse del todo.


"De cabeza seguía lúcido, como siempre, pero su cuerpo ya no resistió. Ha muerto sin sufrir", declaró el poeta Luis García Montero, coordinador de aquel centenario.


Sus restos serán incinerados en la más estricta intimidad por deseo del escritor.


El siglo largo de vida de Francisco Ayala quedó partido por la mitad con la Guerra Civil.

El golpe de Estado franquista le pilló en Chile, la patria de su primera esposa, Etelvina Silva, pero el escritor granadino regresó a España para ponerse al servicio de la República.

Por entonces era militante del partido de Manuel Azaña, y catedrático de Derecho Político de la Universidad Complutense de Madrid, la ciudad a la que había llegado desde Granada en 1922 con su familia. El Ayala narrador, que se había estrenado en 1925 con la novela Tragicomedia de un hombre sin espíritu, había asimilado la lección de las vanguardias y era uno de los prosistas más prometedores de una generación comandada por los poetas del 27.

Él, que como becario en el Berlín de 1930 había podido oler la llegada del fascismo, vio cómo el delirio español de julio de 1936 ejecutaba a su padre y a uno de sus hermanos y encarcelaba a otros dos. En febrero de 1939 Ayala partió hacia el exilio.


Recaló en Buenos Aires. Con todo, nunca quiso ser un exiliado "profesional". "Para mí el exilio nunca ha sido excesivamente traumático", declaró a este diario en 1977 durante una de sus frecuentes visitas a España antes de instalarse definitivamente en Madrid tres años después.


"Yo creo que un andaluz tiene menos problemas de adaptación en Buenos Aires o Montevideo que en Barcelona o La Coruña. Naturalmente, no se trata de algo agradable, y lo peor es la distancia, aunque yo no he sido de los exiliados que se pasaban todo el día llorando o suspirando".

En Argentina fundó la revista Realidad, recientemente reeditada por Renacimiento. El hecho de que por sus 18 números pasaran colaboradores como Jean-Paul Sartre y Bertrand Russell y Borges da una idea del carácter cosmopolita de un escritor que tradujo a Thomas Mann y a Rilke, que siempre alternó la literatura con las ciencias sociales y que, apenas cerrada la herida de la Segunda Guerra Mundial, supo ver que "el proceso de unificación mundial que venía avanzando desde hace tiempo" se había acelerado "prodigiosamente".


La globalización intuida en 1947, el año en que se fundó la revista. El mismo en que Ayala publicó su Tratado de sociología. Dos de los seis volúmenes de que consta su obra completa (casi 9.000 páginas en fase de publicación por Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores) están dedicados a asuntos no estrictamente literarios.

Con todo, fueron la narrativa -La cabeza del cordero (1949), Muertes de perro (1958), El jardín de las delicias (1977)- y sus memorias -Recuerdos y olvidos (publicadas en 1982 y ampliadas por última vez en 2006)- las que le ganaron un sitio en una historia de una literatura, la española, que no siempre ha sabido dónde clasificar a los escritores exiliados.

Ayala era consciente de ello y -junto al Quijote, al que dedicó varias de sus mejores páginas de critica literaria- ése fue uno de los temas que abordó en Alcalá el día que recibió el Premio Cervantes de 1991. Aquella mañana se definió como "escritor español en América", es decir, alguien tenido "por propio y por ajeno al mismo tiempo".

Después de pasar por Puerto Rico y EE UU, donde conoció a Carolyn Richmond, su segunda esposa, volvió a España. Aquí le esperaba una tromba de reconocimientos -ingreso en la Real Academia Española en 1984, Premio Príncipe de Asturias en 1988, el propio Cervantes- que el tiempo y la distancia le habían negado. "He escrito demasiado porque he vivido demasiado, y además lo he hecho intensamente", dijo el día que presentó sus obras completas. Fue hace dos años. Tenía más de un siglo.

Parecía inmortal.



JOSÉ SARAMAGO
Una inteligencia brillante


He compartido algunos momentos con él, sobre todo cuando nos nombraron hijos predilectos de la provincia de Granada. Ahí estuvimos mucho rato conversando. Cenamos, y luego hablamos. Ya él estaba próximo a los cien años. Y a esas alturas de la vida sorprendía sobremanera la lucidez, la palabra ágil, el pensamiento muy claro, la inteligencia siempre dispuesta. Uno parte del principio de que con la vejez hay muchas cosas que se acaban, y es cierto que se acaban muchas pero algunas se conservan, y en el caso de Ayala sobre todo se mantenía algo tan importante como la capacidad de comunicación y el funcionamiento de una inteligencia tan brillante como era la suya.


Eso no es incompatible con la vejez, y en su caso no lo era en absoluto: se mantenía vivo, despierto, formidable. Francisco Ayala ha sido la prueba viva de que se puede vivir mucho y seguir, en el plano del intelecto, igual a lo que se era antes, cuando se era mucho más joven. Conozco su obra, aunque no profundamente; he leído algunas de sus novelas, y me gustó particularmente La cabeza del cordero.


Es una pérdida para España, y es una verdadera lástima que no hubiera habido traducciones suficientes al inglés o al francés como para haber llamado la atención de la Academia Nobel, cuyo premio se merecía sin duda alguna. Era la suya una obra profunda, muy rica en su reflexión y en su pensamiento, en la diversidad de sus intereses humanos y en su propia expresión literaria.


MARIO VARGAS LLOSA


Defensa de la libertad y la democracia



Francisco Ayala vivió el siglo XX, en sus miserias, sus violencias y también por supuesto en sus ilusiones y grandezas. Y de todo ello dio cuenta en sus ensayos y novelas.

Fue un hombre universal, desde muy joven se interesó por la filosofía, la literatura, la historia, la sociología y con su dominio de lenguas extranjeras trajo a España mediante traducciones y artículos la mejor literatura de su tiempo. Además de sus cuentos y novelas fue un magnífico traductor y a él se deben por lo menos tres excelentes versiones al español de obras maestras de Thomas Mann.

Siempre defendió la libertad y la democracia y sólo deja a su muerte amigos y admiradores en todo el orbe de la lengua española. Lo vamos a extrañar.

JUANITA LA ESPIA DE SUS HERMANOS

Nos preguntamos ¿Los ideales son más importantes que los lazos de sangre? ¿Qué induce a la traición a una hermana contra su propio hermano? ¿La codicia, la ambición, la angurria, la envidia? ¿Qué factor define una traición entre hermanos?


Ha sorprendido la revelación de la hermana de Fidel y Raúl Castro, Juanita su viva participación con la CIA (la agencia del servicio secreto norteamericano) como espía en contra de sus hermanos, los gobernantes de Cuba.


Juanita argumenta que su labor de espionaje se basa en los fusilamientos ordenados por sus hermanos, Raúl y Fidel, cuando iniciaron su prolongado gobierno de la isla caribeña.


Ella, Juanita Castro, en un libro revela detalles sobre la opción que tomò para espiar a sus hermanos:



Una hermana de Fidel espió para la CIA

Juanita Castro fue agente secreta en los años 60; hoy vive en Miami

Parece que en el mundo del espionaje no se gana para sustos.


Que lo digan, si no, los hermanos Castro, que desde hace 50 años mandan en Cuba a puro secretismo y, pese a eso o tal vez precisamente por eso?, les nació un "topo" en plena familia: ahora se sabe que su hermana Juanita trabajó durante años y desde el living de la casa familiar como espía de los archienemigos de la CIA.

A comienzos de la década del 60, cuando el gobierno de John F. Kennedy intentó invadir la isla por miedo a un fortalecimiento del régimen comunista, la cuarta hermana de los Castro ayudaba a Washington como agente secreta.


En esa condición, respondía al nombre clave de Donna y usó su lugar en el corazón del régimen para jugarse el pellejo pasando información camuflada en latas de conserva.

Lo hacía, según contó, para "ayudar a evitar la captura, prisión y posible ejecución" de perseguidos por la policía secreta de su hermano Fidel Castro. Fue, por caso, el recurso de los envases de lata con supuestos alimentos adentro -digno de una película de James Bond- que usó para pasar de México a la isla información y dinero para otros agentes que la CIA ya había reclutado en Cuba y para los que actuaba como enlace.

Hoy, todo eso se sabe porque esta cubana de 76 años, que desde hace décadas no se habla con Fidel "ni siquiera por recaditos", lo contó en un libro llamado Mis hermanos Fidel y Raúl: La historia secreta.

Con más de 400 páginas, el libro se convirtió en un best seller apenas salió a la calle, sobre todo en esa pequeña Cuba que es buena parte de Miami. Y, a medida que se pasan las páginas, lo que la historia trasunta es que, a los 31 años que tenía por entonces y en plena Guerra Fría, esta mujer de hablar suave y cantarín actuaba como una corajuda agente de primera línea.

Se movía en un mundo de traiciones y coraje en el que no ahorraba recursos. Usaba una radio de onda corta para transmitir mensajes en clave desde La Habana y, para que los hombres de su hermano Fidel no se los descifraran, los disfrazaba entre frases musicales de la ópera Madame Butterfly y del popular vals llamado Fascinación . Por lo menos, tenía tanta audacia como buen gusto.

¿Qué pasó por la cabeza de esta mujer para que diera semejante giro? Según ella misma cuenta, no fue otra cosa que la mayor de las decepciones frente a una revolución vista desde la primera fila.

Juanita cuenta que, en los comienzos, fue una ferviente militante del movimiento que terminó con el gobierno de Fulgencio Batista y recaudó fondos y apoyo para el movimiento. Pero pronto se decepcionó y se indignó ante los "fusilamientos y los atropellos" del régimen que se forjó bajo su hermano Fidel. "Sobre todo, los fusilamientos", subrayó.

Es la cuarta de siete hermanos, menor que Fidel y que Raúl, y de los dos prefiere a este último. "Es que Fidel no escucha; Raúl, en cambio, es más dialogante", dijo.

"¿Tuve remordimientos por traicionar a Fidel al aceptar reunirme con sus enemigos? No, por una sencilla razón: yo no lo traicioné a él. El fue quien me traicionó a mí, y a los miles que peleamos por la revolución que nos ofrecía, que era generosa y justa, y que traería paz y democracia para Cuba, y que, como él mismo nos prometió, sería «tan cubana como las palmas»", escribió.

El relato abunda en detalles sobre cómo, siguiendo instrucciones de la CIA que a menudo recogía en un punto de una ruta aislada, ayudó a evitar la captura, prisión y posible ejecución de perseguidos por la policía secreta de Fidel Castro.

Asegura que hoy mantiene relación con todos sus hermanos, menos con Fidel y con Raúl. Y que, en el caso de Fidel, el distanciamiento arrancó en 1963, cuando el hermano sospechaba de sus actividades contrarrevolucionarias, pero jamás imaginó que era una agente del enemigo. "Hoy estamos totalmente distanciados", confesó.

Ayuda brasileña


¿Cómo es que la hermana de un comandante autoritario se convierte en espía de la CIA? En su caso, Juanita relató que dio el salto con intervención de la diplomacia brasileña.

Dice en las memorias que el reclutamiento fue cosa de mujeres. En este caso, el sondeo le llegó a través de la esposa de quien entonces era embajador de Brasil en La Habana, Vasco Leitão Da Cuhna, quien luego ascendió en la carrera diplomática hasta ser canciller.

Fue la mujer de Leitão, Virginia, quien se acercó a Juanita y le pasó el mensaje de que los de la CIA "querían hablar" con ella. El primer contacto se produjo semanas después del fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos, cuando viajó a México para reunirse con el funcionario de reclutamiento el 23 de junio de 1961.

Juanita y Virginia viajaron a México por vías separadas a fin de encontrarse con Tony Sforza, uno de los expertos de la CIA para Cuba, en una suite del recién estrenado Hotel Camino Real, de la capital mexicana. Juanita viajó con el pretexto de ver a Enma, su hermana, a quien no le mencionó el asunto.

Sforza, que se presentó bajo el nombre clave de Enrique, era una pieza clave de la CIA para todo lo concerniente a Cuba. Operaba en la isla haciéndose pasar por un elegante jugador de casinos, bajo el nombre de Frank Stevens.

Y fue este espía el que le encomendó su primera misión: introducir mensajes y dinero para otros agentes de la CIA en la isla, camuflados en las famosas latitas de comida envasada. De allí en más, su compromiso fue con "los perseguidos" por el gobierno de sus hermanos. También pasó información a la agencia sobre la instalación de cohetes soviéticos en la isla y del aumento del personal ruso entre la población local.

Salió de la isla luego de que el propio Raúl la previno de que había un expediente contra ella sobre sus actividades contrarrevolucionarias, pero al parecer no habían detectado su filiación con la agencia estadounidense. Fue también Raúl quien la ayudó a abandonar tierra cubana rumbo a México. Era 1964 y fue la última vez que se vieron.

Hoy, Juanita reside en Miami. El libro lo escribió en colaboración con la periodista María Antonieta Collins, de quien es amiga. Lo publicó la editorial Santillana y fue un proyecto que durante años guardó reposo. En realidad, las dos mujeres tenían miedo.

Un secreto de casi medio siglo

MIAMI (DPA). Juanita Castro afirmó al Canal 23 de Miami que sus hermanos Fidel y Raúl nunca sospecharon de su conexión con la CIA, un secreto que guardó, dijo, durante 48 años. "Juanita ha sido muy valiente al decidirse a contar este secreto", dijo María Antonieta Collins, la autora del libro.

martes, 27 de octubre de 2009

LA ESTRATEGIA DE OBAMA CON LA PRENSA

El poder de la prensa, los medios y la imagen es un tema recurrente en nuestro blog.


La pregunta que nos hacemos una y otra vez ¿ES PODEROSA LA PRENSA? ¿Existe una fórmula para mantener una relación cordial con la prensa? ¿Cuáles son las claves o pilares para afrontar una prensa devastadora? ¿Es válido el enfrentamiento del poder político con el poder de la prensa?


Son interrogantes que, seguramente, el Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, las evaluado, una y otra vez, antes, durante y después de la asunción del mando presidencial y con mayor rigor ahora que gobierna el país más poderoso del mundo.


Una de las primeras decisiones, que hemos dado cuenta oportunamente, es la presencia de Obama en los programas de televisión más sintonizados en un mismo día. Barack puede estar en cinco estudios de los noticieros de televisión en un mismo día.


Es obvio que la presencia de Obama se da cuando tiene que dar a conocer decisiones consideradas trascendentales para su gobierno; así como aclarar y explicar los impasses, problemas, cuestionamientos y fiscalizaciones a cada paso que da frente a la más alta magistratura.


Le dará resultados? Es lo más atinado? Así desinnfla las campañas periodísticas arteras contra su gestión?


Aún es prematuro dar una respuesta a estas preguntas, pero si podemos decir que uno de los pilares de la democracia es la transparencia que permite a la opinión pública estar informado, en detalle, de cada paso del gobierno. Es correcto, acertado y conveniente sentar una imagen que despeje cualquier duda, cuestionamiento, fiscalización y, de manera especial, buscar la participación del ciudadano en las decisiones del Estado.


Y ese paso clave se da cuando el ciudadano es informado oportunamente.


Entonces, también es válida la pregunta ¿Esa decisión no ocasionará el desgaste presidencial? No existe ningún desgaste porque se informa con la verdad, con los hechos y con la realidad al ciudadano.


Doy por descontado que Barack Obama ha consultado con especialista en medios e imagen acerca del acercamiento, en vivo y en directo, con los medios de comunicación.


Les ofrecemos una crónica al respecto:






Obama y la prensa: Estrategia a dos puntas


Por un lado la usa para promover su plan de gobierno, por el otro la critica, y dirige sus andanadas más intensas a la televisión por cable.

Los cuestionamientos de Barack Obama son fuertes: la presa prefiera el conflicto a la cooperación, alienta comportamientos negativos y afecta la capacidad de los líderes de ayudar al país.

Los esfuerzos de la Casa Blanca por hacer quedar mal a Fox News, haciéndola aparecer como un brazo del Partido Republicano, son parte de la compleja estrategia del presidente Obama hacia una prensa que él cree lo trata injustamente.

Es una estrategia a dos puntas, ya que, a pesar del malestar que siente hacia ciertos sectores de la prensa, está claro que Obama trata de explotarla para promover su plan de gobierno.

Obama se presentó en los talk shows de Jay Leno y David Letterman. En sus primeros seis meses realizó la misma cantidad de conferencias de prensa que sus predecesores George W. Bush y Bill Clinton tuvieron en ocho años, y realizó muchas más entrevistas que ellos. Es el primer presidente de Estados Unidos que se presenta en un mismo día en cinco programas periodísticos de los domingos a la mañana.

Básicamente, la estrategia de Obama no es dominar a los medios de prensa o responsabilizarlos de sus problemas. Combina las dos cosas.

Obama dice que una cobertura noticiosa independiente es vital para la sociedad. Una de las promesas que hizo durante la campaña presidencial fue darle una mayor transparencia al gobierno.

Al mismo tiempo, es el principal crítico de la prensa.

Al lamentar durante un homenaje a Walter Cronkite la prominencia que tienen hoy los comentarios instantáneos, Obama dijo que la pregunta "¿qué sucedió hoy?" ha dado paso a "¿quién ganó hoy?".

"Se debilita el debate público", expresó. "El público pierde confianza. No comprendemos el mundo ni a nosotros mismos como deberíamos, y eso tiene consecuencias reales en nuestras vidas y en la vida de nuestra nación".

A veces Obama elogia y critica al mismo tiempo.

"El ciclo noticioso de 24 horas, la televisión por cable, los blogs y todo los demás se enfocan en los elementos más extremos de ambos lados", declaró Obama a CBS News el mes pasado, en un domingo en el que se presentó en cinco programas.

Hablar mal de la prensa es casi una tradición entre los políticos. Le ayuda a Obama a ganarse al público enfrentando un enemigo común: una prensa influyente, que mucha gente considera tendenciosa y poco confiable. La estrategia puede resultar contraproducente, no obstante, porque le da una mayor estatura a los detractores de su presidencia y puede hacer quedar mal a la Casa Blanca por ventilar en público sus problemas con la prensa.

A diferencia de Bush, a quien no le interesaba leer los diarios, Obama se los devora.

Sus colaboradores dicen que se lee cuatro o cinco diarios todas las mañanas y ve noticieros televisivos cuando puede en su oficina. También se mete en la internet y lee cosas que le recomiendan sus asesores.

El 70% de la población dice que su principal fuente de información es la televisión, según el centro de investigaciones Pew, por lo que no extraña que Obama se enfoque sobre todo en ese medio, que suministra noticias y comentarios las 24 horas del día y decide en buena medida qué es lo que deben cubrir los medios impresos.

La Casa Blanca no puede entender la difusión que se le dio a un discurso que pronunció Obama con motivo del inicio de las clases o a la "cumbre" que tuvo con un profesor de Harvard y un policía luego de un incidente racial entre ambos.

Y cuando el mandatario fijó sus prioridades ante el Congreso en torno a la reforma al sistema de salud, la cobertura de la prensa se enfocó durante varios días en el senador republicano Joe Wilson, que le gritó "¡miente!" durante su presentación.

"Hay que tener cuidado con las cadenas de cable", le dijo Obama a un individuo durante una reunión comunitaria en Montana. Agregó que sólo se da cobertura a las reuniones donde se caldean los ánimos. "A la televisión le encantan los alborotos", expresó.

El malestar de la Casa Blanca con Fox News se agravó en tiempos recientes y Obama y sus colaboradores dijeron que esa cadena era un brazo del Partido Republicano y no debía ser vista como una fuente de información verdadera. No es la primera vez que la gente de Obama la emprende contra algún medio cuya cobertura cuestiona.

Es de notar, no obstante, que a menudo Obama tiene razón, según Jill Geisler, profesora del Instituto de Periodismo Poynter. Si no hace bulla, no es noticia.

"Los periodistas debemos preguntarnos: ¿Estamos contribuyendo a una mejor comprensión de problemas complejos?", expresó.

domingo, 25 de octubre de 2009

20 AÑOS DE LA CAIDA DEL MURO DE BERLIN (1)

Uno de los acontecimientos más trascendentales de la historia de la humanidad del siglo XX fue la caída del muro de Berlín y con él el proceso devastador que acabó con uno de los mitos creados por el hombre: EL COMUNISMO.



En América Latina y de manera especial en mi país, el Perú, es un proceso aún no aceptado por las agrupaciones políticas que se identificaban con esa posición doctrinaria e ideológica.


Sinembargo, la caída del muro marca históricamente un antes y después de ese proceso que se impregnó a nivel mundial, y que vemos a país como Cuba, considerado un satélito soviético, las consecuencias económicas por precisamente esa alianza que mantuvo durante casi tres décadas con el Kremlim.


En ese sentido y en calida de primicia le damos los diálogos que mantuvieron cuatro jefes de Estado (Estados Unidos, Francia, Inglaterra y la Unión Soviética) sobre ese momento histórico, en su primera parte:









A VEINTE AÑOS DEL DERRUMBE DEL COMUNISMO


Memorias políticas de la caída del Muro de Berlín


En 1995, el ex presidente de EE.UU., George Bush invitó a Mijail Gorbachov, Margaret Thatcher y Francois Mitterrand. Hablaron de un hecho histórico clave, del cual se cumplen 20 años.

1)LA BRONCA Y EL MARTILLO.

UNA MULTITUD OBSERVA ATENTAMENTE COMO UN HOMBRE BUSCA TIRAR ABAJO EL MURO.

En febrero de 1995, por invitación del ex presidente George H. W. Bush y el Forum for Internacional Policy, Margaret Thatcher, Mijail Gorbachov y François Mitterrand se sentaron junto a Bush en el Hotel Broadmoor de Colorado para recordar de manera colectiva sus respectivas decisiones y dudas con respecto a la caída del Muro de Berlín y la unificación de Alemania.

Global Viewpoint tuvo los derechos exclusivos para distribuir y editar una transcripción de estas fascinantes memorias colectivas. En el 20° aniversario de la caída del Muro de Berlín (se cumplen el 9 de noviembre), volvemos a ofrecerlas como documento histórico.

Gorbachov: Durante el funeral de Chernenko, cuando hablé con George Bush (entonces vicepresidente) y Margaret Thatcher, también conversé con los dirigentes de los países de Europa oriental.


Les dije a todos: "Quiero asegurarles que los principios que antes eran sólo proclamados -igualdad de los estados y no interferencia en los asuntos internos- ahora serán nuestra política real. Por lo tanto, la responsabilidad por los asuntos de su país es de ustedes. Necesitamos la perestroika y la llevaremos a cabo en nuestro país. Ustedes tomen su propia decisión".


Dije que ese era el fin de la Doctrina Brezhnev. Debo decir que todos se mostraron más bien escépticos. Pensaron: "Gorbachov dijo algo sobre la reducción de tropas en la ONU. Debe estar en una situación complicada. Mejorará un poco las cosas y después la Unión Soviética volverá a lo de antes. Este es el juego habitual de los líderes soviéticos". Durante los años que estuve en el poder, respetamos la política que anuncié. Nunca interferimos, ni militar ni políticamente.

Bush: Éramos escépticos. Éramos cautelosos. Éramos prudentes. No queríamos provocar en los países de Europa del Este a algo que obligara a la dirigencia soviética a tomar medidas.

Recuerdo que fui a Polonia como vicepresidente para visitar el general Wojciech Jaruzelski, quien, dicho sea de paso, pensaba que, de todos los líderes de Europa oriental, él era el más cercano a usted. Nos resultaba difícil evaluar cuánta libertad se permitiría. Y creo que a Jaruzelski también le costaba determinarlo.

Mitterrand: Los acontecimientos de Polonia eran sumamente simbólicos, pero nada más.

Los sindicatos cobraron vida con Solidaridad, pero la Unión Soviética nunca dejó de controlar la evolución de los acontecimientos, como había hecho en Checoslovaquia.

Lo que hizo que todo se viniera abajo fue la incapacidad para controlar la enorme emigración de Alemania Oriental a Hungría y Checoslovaquia y más tarde a Alemania Occidental.

Ese fue el fin del imperio soviético.

Si Gorbachov hubiese decidido usar la fuerza en los países que estaban bajo la égida soviética, ninguno podría haber resistido. Pero él hizo saber que consideraba esa opción un error histórico. En el mismo momento en que Gorbachov le dijo al presidente de la República Democrática Alemana que no tenía intenciones de usar la fuerza para resolver la crisis, que este era un nuevo día y un nuevo acuerdo, llegó el fin.

La línea de falla no estaba en Varsovia ni en Praga. Estaba en Berlín Oriental. Después de eso, todo se desmoronó, llevando a la transformación de Europa y a la unidad alemana.

Bush: Cuando cayó el Muro de Berlín, no sabíamos si dentro de la URSS había elementos que dirían "basta, no perderemos esta joya de la corona, y ya tenemos tropas apostadas allí".

En una entrevista que me hicieron en aquel momento, me preguntaron por qué yo no compartía la emoción del pueblo estadounidense por la caída del Muro. Yo estaba muy emocionado pero pensaba que no era el momento de meterle el dedo en el ojo a Mijail Gorbachov o los militares soviéticos. Estuvimos a favor de la unidad alemana desde un principio (...) no queríamos hacer nada tonto, mostrando nuestra emoción de un modo que obligara a ciertos elementos de la Unión Soviética a levantarse contra Gorbachov.

Gorbachov: No éramos ingenuos. Entendíamos que lo que estaba en marcha era un proceso de cambio de civilización. Sabíamos que, cuando defendíamos el principio de libertad de elección y no interferencia en Europa oriental, también estábamos impidiendo que interfiriera Occidente, que se inmiscuyera en los procesos que allí se desarrollaban.

En cuanto a lo que ocurría en el seno de la dirigencia soviética en aquel momento, yo no habría podido lanzar el trascendental proceso de reformas solo. Hubo a mi alrededor un grupo de reformistas desde los primeros meses de mi mandato (...).

Fue también en aquel momento -1986 y 1987- cuando pensé que debíamos ampliar el proceso democrático. Si no hacíamos participar a los ciudadanos, los burócratas más tarde suprimirían todas las reformas. Sin esos cambios, me habría tocado la suerte de Jruschev.

Thatcher: A diferencia de Bush, yo me opuse a la unificación alemana desde un principio por razones obvias. La unificación de Alemania la convertiría en el país dominante de la comunidad europea. Son poderosos y son eficientes. Tendríamos una Europa alemana.

Pero la unificación se concretó, en realidad, prácticamente sin consultar al resto de Europa. Mi generación recuerda que tuvimos dos guerras mundiales contra Alemania, y que era una sociedad muy racista en la segunda. También me parecía mal que Alemania Oriental, contra la que después de todo habíamos combatido, fuera la primera en incorporarse a la Comunidad Europea, mientras que Polonia y Checoslovaquia, por quienes fuimos a la guerra, debieran esperar.

Bush: Para ser sincero, tuvimos nuestras diferencias con Lady Thatcher y François Mitterrand. Quizá se debía a que yo no compartía las preocupaciones de ellos por la historia de las dos guerras mundiales. Pero yo pensaba que la unificación alemana sería fundamental para Occidente.


Pensaba que había llegado la hora de confiar más en los alemanes, teniendo en cuenta lo que habían hecho desde el fin de la II Guerra Mundial. Además, estaba convencido de que Helmut Kohl no sacaría a una Alemania unida de la OTAN. Estaba convencido de que optaría por Occidente y no por la neutralidad entre la OTAN y el Pacto de Varsovia como quería Gorbachov.

Mitterrand: (...) Pese a la división artificial en este y oeste, cuando en 1989 cayó el Muro, la nación alemana existía. La República Democrática Alemana y la República Federal eran reconocidas como países soberanos. Por ello, de 1989 a 1990, la cuestión no era si la unificación alemana era buena o mala para Francia -sin duda, era más seguro tener una Alemania de 60 millones de habitantes que una de 80 millones -.

Era más conveniente tener una Alemania dividida. Pero nadie podía hacer nada. No había un golpe. Lo que había era una revolución popular en la que la gente que salió a la calle impuso sus puntos de vista al mundo entero. Así, aunque Margaret y yo compartíamos los mismos temores históricos sobre una Alemania unificada, en esto diferíamos.


Yo pensaba que era un hecho consumado que nadie podía revertir. (...) En ese proceso, cada uno de nosotros tuvo un punto de vista que nos parecía más importante que el de los demás. EE.UU. pensaba sobre todo en la OTAN. Yo pensaba sobre todo en términos de fronteras.


No quería que Alemania se unificara sin reconocer sus fronteras oriental y occidental. Alemania no sabía qué debía hacer. Cuando el canciller Kohl se presentó ante el Bundestag en noviembre de 1989 y expuso sus diez puntos sobre la forma de abordar lo que había sucedido, la reunificación no era uno de ellos.

Gorbachov: La cuestión alemana era el centro neurálgico de nuestra política europea. Ustedes recordarán que la posición soviética después de la II Guerra era que Alemania debía unirse, pero como un país democrático, neutral y desmilitarizado.

Pero eso no sucedió. Cuando el presidente de Alemania Occidental Richard von Weiszacker vino a verme la primera vez que me nombraron secretario general y me preguntó mi opinión sobre Alemania, le dije que, como consecuencia de la guerra y del sistema creado después de la guerra, las dos Alemanias eran una realidad histórica.

La historia había dictado su veredicto. Quizá Alemania se reunificaría en cinco o diez -o cien- años (...). Fue de decisiva importancia el lanzamiento de la perestroika en la URSS.

Ello incidió en la opinión pública de todos los países de Europa central y oriental, pero muy especialmente en Alemania Oriental. Cuando fui a la RDA a participar en los festejos del 40° aniversario en octubre de 1989, hubo una marcha de antorchas.

Sus integrantes habían sido cuidadosamente elegidos en los 28 distritos de la RDA.

Eran supuestamente "confiables". Pero comenzaron a gritar eslóganes reclamando democracia y perestroika para la RDA. El premier polaco se me acercó y dijo: "Es el fin". Esa era la realidad. Y los políticos deben aceptar las realidades.

NO HAY CHAMBA PARA LOS PROFESIONALES CON MAESTRIA

La crisis económica en el primer mundo viene afectando de manera sensible a los jóvenes profesionales, con maestrías y doctorados, no encuentran chamba, trabajo, no acceden a un puesto de trabajo porque sencillamente las grandes empresas no pagan de acuerdo a sus altas calificaciones y además éstos profesionales carecen de la experiencia laboral requerida.


Así de simple: Los jóvenes se fijan vallas altas de grados profesionales y no tienen posibilidades de hallar una chambita.


Es por eso que las universidades y los padres de familia tienen que replantear el esquema de formación y especialización que no solo les dé una chamba sino que se autocreen su trabajito, conocido también como su propia empresa.


Un reportaje nos da más luces sobre el particular:






LOS JÓVENES ANTE EL FUTURO LABORAL


Más talento, menos trabajo

Acumulan licenciaturas y maestrías. Pero eso no les basta a los jóvenes españoles, faltos de idiomas y con pocas prácticas, para entrar en el mercado laboral más hostil de Europa



Colocar a los hijos ha sido una preocupación histórica de los padres españoles.


A ser posible, en un empleo para toda la vida. Pero lograrlo es cada vez más difícil.

Casi dos tercios de los jóvenes españoles, entre los 25 y los 29 años, viven hoy a costa de sus padres, según estadísticas del Instituto de la Juventud (Injuve).


¿Qué otra cosa podrían hacer si la tarea de encontrar trabajo, como admite el propio Injuve, "se ha convertido en una asignatura más", la principal y más difícil de aprobar, para la joven generación española? El problema no es sólo nuestro.


El instituto CRF, una fundación surgida en Holanda para tender puentes entre empleadores y empleados, considera que estos jóvenes corren el riesgo de convertirse en una generación desmoralizada.


Más y mejor formados que sus padres, "pensaban ser la generación de la esperanza, pero la actual crisis económica y financiera les convierte a veces en las primeras víctimas".

Si el panorama global es preocupante, el español es desolador.


Mientras el desempleo se acerca al 20% de la población activa, entre los jóvenes asciende al 28%, y llega al 38% en la franja que va de los 16 años a los 25.


Las tasas de paro juvenil más altas de Europa. Una situación especialmente dramática entre los jóvenes licenciados porque, en nuestro país, como explica Cristina Bermejo, secretaria confederal de juventud de Comisiones Obreras, "la principal mano de obra que requiere la economía, sustentada sobre el sector servicios y el ladrillo, es de baja cualificación".


No hay perspectivas de cambio en el horizonte. "No hay más que ver que los presupuestos de I+D+i, que podrían fomentar el empleo de calidad, han sufrido recortes. Tenemos trabajos de altísima temporalidad. Aquí lo típico es que el joven que tiene un master entre de botones en la empresa", añade esta sindicalista.

A esa dificultad se suma otra: un sistema educativo desligado del mundo del trabajo, según los expertos en el mercado laboral consultados para este reportaje. Todos ponen el dedo en la misma llaga: formación demasiado teórica, horarios de clases interminables que hacen casi imposible compaginar trabajo y estudios, y casi nada de prácticas.


Y hay un pero más, los idiomas. "España es todavía una isla en este sentido. Muchos jóvenes hacen constar en su currículo el dominio del inglés, pero en realidad apenan lo hablan", dice Robert Schaefer, responsable para el sur de Europa del Instituto CRF, que se instaló en España en 2005. Aunque las cosas están cambiando.


El instituto, que otorga el certificado de Top Employers (mejores empresas por su trato al empleado) en los países más desarrollados, ha entregado este año a 30 firmas españolas este documento. La mayoría son multinacionales extranjeras, aunque hay también dos bancos, una multinacional española y una empresa pública (Correos). Todas afectadas por la crisis. "Pero el buen empresario se distingue por intentar mantener a sus empleados, aun en estas situaciones", dice Victoria Alcober, encargada de la mercadotecnia de este instituto junto a Salvador Ibáñez.

¿Y las demás? "Algunas empresas no han aceptado someterse a nuestro cuestionario de 80 preguntas y a las verificaciones posteriores, en otros casos no han alcanzado la puntuación necesaria", dice Schaefer.

Todas las grandes se rigen por un mismo criterio corporativo. "Se prefiere empleados con iniciativa, y capacidad de comunicación con el resto. Gente con una mayor implicación en la empresa y en su trabajo. Importan los salarios, pero cada vez más las condiciones laborales: horarios más flexibles, y beneficios que permiten mantener un mejor equilibrio entre vidas privadas y trabajo. Ya no importan las horas que trabaja un empleado, sino sus resultados laborales".

Un verdadero sueño que pocos jóvenes licenciados llegan a hacer realidad. Porque, como señala Cristina Bermejo, lo que abunda hoy por hoy son las empresas, "que exigen títulos, idiomas, de todo, pero no ofrecen salarios acordes a estas exigencias". Empresas que optan por contratar jóvenes como becarios y rechazan los contratos de prácticas, regulados y bonificados por el Gobierno. El destino de los becarios es, muchas veces, cubrir puestos de inferior cualificación y menor salario.

Y eso que en España, "el talento no falta". Lo dice Pilar Jericó, socia-directora de InnoPersonas, una consultora que se ocupa de algo tan moderno como la gestión del talento, de las habilidades, de los empleados. Según Jericó, los chicos españoles sólo tienen un problema, "no aceptan la movilidad geográfica". Juan Carlos Cubeiro, socio de Eurotalent, consultora que gestiona también el talento, cree, en cambio, que el problema reside en otra cuestión. "Las cualidades que aprecian las empresas no se enseñan en la universidad". ¿Y son? "La capacidad de relacionarse con los demás, de trabajar en equipo, la voluntad y el esfuerzo".

STING, UN RICACHO QUE PIENSA COMO SOCIALISTA

Una de las celebridades mundiales de la música como es STING, lleno de éxito, fama y fortuna se desnuda al poner en blanco y negro su pensamiento y reflexión acerca de su vida.


Una comparación (algunas odiosas, por supuesto) la hace el mismo con el desaparecido Michael Jackson, cuando dice que él - con su fama - camina por las calles de manera sencilla como un ciudadano más dejando de lado esa histeria que perseguía a Jackson.


Tienen algún en común. Claro que si por que ambos, en un determinado momento, fueron chantajeados por sus empleados con el vil propósito de sacarles dinero.


Es por eso que Sting declara a los cuatro vientos que él es un rico, con unos 200 millones de euros de fortuna, pero que piensa como un socialista, puesto que nació en una zona obrera de Inglaterra y que jamás olvida sus raíces.


Deleitemos con la entrevista que le hizo una prestigioso diario hispano:










"Soy socialista, aunque sea muy rico"




Gordon Matthew Sumner es un hombre que está poniendo orden en su vida.

Su madre murió a los 53 años; su padre, a los 57; él acaba de cumplir los 58.

No pudo asistir al entierro de ninguno de sus progenitores cuando éstos fallecieron a finales de los ochenta; andaba de gira. Gordon Matthew Sumner, más conocido como Sting, dice que está enfrentándose en estos días a los fantasmas de su pasado.


"Soy muy rico, pero invierto el dinero en la gente. Empleo a mucha gente. Gasto el dinero, no lo guardo"

Pregunta. ¿Qué le aporta ese proceso?

Respuesta. Una sensación de estar atando cabos, de cerrar un círculo; de que no quede nada sin decir ni sin hacer. Estoy en un periodo de mi vida en el que necesito poner las cosas en orden.

P. ¿Por qué?

R. Porque es lo que hacen los seres humanos en algún momento. Hay una parte de tu vida en la que todo es caos, movimiento; hay otro momento en el que ya tienes que ordenar y limpiar la habitación.


Hace ahora 33 años que abandonó Newcastle en busca de una carrera musical en Londres.


Fue en diciembre de 1976, a los mandos de una atiborrada Citroën Dyane. Junto a él viajaban Frances, su primera mujer; Joseph, su primer hijo, recién nacido, y un perro.

Poco podía sospechar en aquel entonces que viajaba rumbo a un éxito planetario junto a su banda, The Police, el proyecto por el que será recordado. El grupo con el que dijo que nunca volvería a tocar y con el que recorrió el mundo hace año y medio.


Hace unos meses, Gordon Matthew Sumner regresó a Newcastle.


Hizo el viaje de vuelta.


Para enfrentarse a sus fantasmas, dice. Su nueva entrega discográfica no sale indemne del proceso en el que anda volcado. If on a winter's night es una colección de canciones invernales donde hay chimenea, espíritus, cuentos y fantasmas.

Sting tiene el aspecto de un Capitán Haddock de ojos azules y pelo castaño. Guapo, alto y, hoy, algo seco.

P. Así que estamos frente a su álbum blanco.

R. Sí, con suerte lo será. A la gente parece que le gusta, puede que tenga éxito. No esperaba hacer este disco ahora.

P. ¿Por qué no?

R. Porque nunca sé qué es lo que voy a hacer a continuación. Alguien me sugirió hace 18 meses: "¿Harías un disco navideño?". Y dije: "No. Yo no hago eso. Haré un disco sobre el invierno". Empecé a investigar con discos sobre el invierno pertenecientes a siglos distintos. Canciones sagradas, seculares, folk... Para producir un disco extraño; no es un disco normal.

P. Resulta un poco raro que a usted, a estas alturas de su carrera, se le acerque alguien de la compañía para sugerirle que haga un disco navideño.

Sting se revuelve en el asiento de cuero negro en la segunda planta de su domicilio londinense. El cuero negro del sofá rechina por primera vez durante esta entrevista.

R. Yo escucho las sugerencias, puedo decir sí o no. Pero, bueno, sí, probablemente es una idea comercial. A mí el invierno es una estación que me intriga, me inspira.

La casa de Sting en Londres está a medio kilómetro escaso de Buckingham Palace. Da a St James's Park. En la segunda de sus cuatro plantas está la sala en que se desarrolla la entrevista, un espacio para relajarse, para tocar: suelo de anchas planchas de madera, sofá de desgastado cuero negro tipo Chester, un piano de cola, un atril con partituras y un bajo eléctrico del que se ha apropiado la reina de la casa, su hija Coco.

Coco también es protagonista en los cojines del sofá del salón, en la planta baja. La cara de cada uno de los cuatro hijos fruto de su segundo matrimonio con la actriz y productora Trudie Styler está estampada en los cojines que reposan sobre el sofá. Todo un ejercicio kitsch.

P. ¿Cómo fue la gira de reunificación con The Police? Se dijo que hubo, una vez más, pelea de egos en el grupo.

R. Eso no es lo importante. Lo importante es que atamos los cabos, cerramos el círculo. Dijimos: "Aquí estamos". Necesitábamos demostrarle a la gente que podíamos volver a hacerlo. Ya está.

P. ¿Quedó satisfecho con la experiencia?

R. Fue una de las giras más exitosas de la historia. Mi instinto fue hacerlo en ese momento, me siento bien. Creamos un sentimiento de nostalgia, la gente lo disfrutó. Ganamos mucho dinero, conseguí más libertad. Fue un éxito a todos los niveles.

Sting pronuncia la palabra éxito con orgullo. El éxito le sigue poniendo. Aunque sea un éxito con fundamentos pretéritos. Aunque sus trabajos ya se apoyen, desde hace años, en repertorios ajenos. Aunque la inspiración como compositor se le muestre esquiva y viva fundamentalmente abrazado a sus cualidades de intérprete, ya sea para cantar canciones tradicionales (las del compositor del siglo XVI John Dowland en Songs from the labyrinth, 2006), las canciones que compuso de joven (ahí está su gira 2007-2008 con The Police) o su nueva entrega, donde hay temas de Schubert, de Bach.

P. ¿Por qué no grabó algo nuevo con The Police?

R. Porque hubiera sido un ejercicio para crear nostalgia. No íbamos a hacer algo nuevo. Eso es lo que pensé.

P. ¿Es eso algo de lo que se dio cuenta durante la gira?

R. Creo que lo sabía desde el principio. Que íbamos a recrear algo, no a hacer algo nuevo.

Sting vendió 80 millones de álbumes con The Police. Tiene viñedos en su propiedad de la Toscana, donde grabó el disco, que se edita el próximo 10 de noviembre; un castillo en Wiltshire (suroeste del Reino Unido); un ático dúplex en Manhattan, Nueva York; una casa en Malibú, Los Ángeles. Su fortuna está estimada en 205 millones de euros, según la lista de los hombres más ricos de The Sunday Times.

P. ¿Qué queda de aquel chico que se subió a un Citroën Dyane a finales de 1976?

R. Me encontré con ese tipo hace poco, volví a mi ciudad. Pasé dos semanas allí. No había pasado dos semanas allí desde hace 40 años.

P. ¿En Wallsend [su ciudad natal]?

R. En el área de Newcastle. Estuve con mi gente. Encontré viejos amigos, gente con la que fui al colegio; me encontré con algunos fantasmas que ya no están entre nosotros, pero que siguen en mi mente, más fantasmas de los que imaginaba... Me vi a mí mismo haciendo ese viaje hace 40 años, y decidí regresar. Tuvo sentido para mí, le dio, en cierto modo, forma a mi vida.

P. ¿Y reconoce al tipo del Citroën?

R. Por supuesto que le reconozco, y le comprendo mejor de lo que él me comprende a mí. Él no me entiende para nada. Es bueno hacer esto a una edad como la mía, 58, y tener esa perspectiva de la vida en vez de andar a la deriva.

P. En una entrevista que se publicó en este periódico decía usted...

R. Debe de ser cierto, entonces.

P. Debe de ser cierto, sí; decía usted que le gusta el juego de la fama y el éxito. ¿Le sigue gustando?

R. Sí. Sigue siendo un juego, de todas formas, y los juegos no son tan importantes. Son divertidos. Pero eso no es la vida. La vida está en otro sitio. La vida son las relaciones, la familia, los amigos. Yo no me veo como ese personaje famoso, no me veo como Sting. Sé quién soy y leo cosas absurdas sobre mí, a veces hablan de una persona muy mala, otras de una persona muy buena, pero la verdad está en el medio. No quiero ser ni el demonio, ni el santo; me gustar estar en el medio, me gusta esa libertad.

P. La fama también tiene un coste.

R. Si miras la vida de Michael Jackson, el cantante de pop más famoso del mundo y probablemente el más infeliz, la ecuación es sencilla: el éxito y la fama no significan felicidad, en ocasiones significan lo contrario. Yo puedo andar por cualquier ciudad y no me molestan. Yo no invito a la histeria, no voy con guardaespaldas, la gente te respeta, te saluda, te puede pedir una foto y tú te la haces, pero no hay histeria ni sensación de miedo; odio eso. Michael Jackson es mi ejemplo, él iba rodeado de... histeria, del tipo equivocado de atención... Así que no es raro que ya no esté entre nosotros.

P. Otro periódico publicó que una de sus cocineras, Jane Martin, le acusó de haberla despedido por estar embarazada en 2007 y aireó algunas intimidades sobre su estilo de vida. La mujer ganó el juicio. ¿Cómo acabó esa historia?

R. [Tos] Empleo a más de 100 personas en mi casa, en mis casas. Están muy contentas, las trato muy bien, soy muy generoso. Hay ocasiones en que cierta gente quiere sacar dinero, más dinero; y la mejor manera de sacar dinero es mentir, siempre hay alguien que quiere que le cuenten una nueva historia sobre ti, siempre. Van a los periódicos, lo cuentan, eso es mierda. No es cierto [dice con un hilillo de voz].

P. Hace 15 años usted se colocaba al frente de múltiples luchas, como la preservación de la selva amazónica; tenía usted una mayor presencia como activista. ¿Las críticas que recibió le disuadieron?

R. No fue por las críticas. Simplemente, en ocasiones, celebridad y causas confunden, porque la gente te ve a ti, pero no ve eso de lo que estás hablando. Así que ahora me quedo detrás. Recaudo fondos y son otros los que hablan, hablan los expertos. Mi instinto me decía hace 20 años que si destrozábamos la selva, el clima sufriría. Ahora hemos corroborado científicamente que hay calentamiento global, así que se demuestra que yo no decía chorradas.

P. Pronto habrá elecciones en el Reino Unido, parece que los conservadores retomarán el poder. ¿Qué opina?

R. Bueno, aquí solía haber una izquierda; ya no la hay. Es como si hubiera un solo partido, nos parecemos más a América. Y a lo mejor eso no es bueno.

P. ¿Su corazoncito sigue a la izquierda, o ya no?

[Sting se revuelve, vuelve a rechinar el cuero negro del sofá].

R. Sí, yo procedo de la clase obrera . Sigo siendo de izquierdas, sigo siendo socialista [y escuchándose, empieza a reírse, como anticipando la reacción de algunos cuando lo lean], aunque sea muy rico.

P. ¿Sí?

R. Sí.

P. ¿Y el hecho de ser tan rico no le produce ningún conflicto interior?

R. No. Soy muy rico, pero invierto el dinero en la gente. Empleo a mucha gente. Gasto el dinero, no lo guardo, lo gasto; y creo que lo gasto bien.

P. ¿Qué ha aprendido durante la grabación de este último disco?

R. El disco es sobre enfrentarse a los fantasmas del pasado. Creo que eso es el invierno: te sientas con los fantasmas y hablas con ellos, escuchas lo que te tienen que decir. Y sólo entonces te puedes mover hacia la primavera. Tienes que enfrentarte a tu pasado.

P. ¿Es este proceso el que le llevó a volver a Newcastle?

R. Sí, en cierto modo. Fue bueno volver a mis raíces. Hay muchos fantasmas en mi vida: mis padres, mis amigos, mis amantes... Hay más fantasmas de los que recordaba. Fue bueno hablar con ellos.

P. Y eso ¿cómo se hace?

R. Vienen a tu cabeza y tienes que lidiar con ellos. Y no escapar.

P. ¿Es un proceso duro o es algo que ayuda?

R. Es difícil, pero es importante hacerlo; para tu psicología, también. Si lo haces, luego puedes seguir adelante.

RICARDO LAGOS, EX PDTE. DE CHILE, al desnudo

Conocer al ex Presidente de Chile, Ricardo Lagos, es admirable.

Uno de los pocos presidentes latinoamericanos que ha dejado el sillón presidencial con una alta aprobación ciudadana;un país con una economía sana y con una imagen de Estadista.


En una reciente entrevista revela aspectos desconocidos del ex mandatario que amerita darle una mirada especial.








El político fuera de la cancha



Pese a que está participando de la campaña de Frei, desde que declinó ser candidato presidencial la vida de Lagos transcurre por otros carriles. Alejado del poder formal, mira a la Concertación, a la derecha, a ME-O y también repasa su propia vida . Sí, hay vida después de ser Presidente.


Aunque no lo parezca, es algo tímido. Pero de los tímidos superados.

Le cuesta un mundo hablar de sí mismo. Con un buen humor del que no hacía gala cuando era Presidente de la República, Lagos también es emotivo.

Excepcionalmente instalado en Chile -"para hacer campaña por Frei y la Concertación" (y por su hijo Ricardo, para quien pronostica un triunfo en Valparaíso)- se allana a hablar a fondo de su vida personal. También a evaluar su nueva vida, fuera de La Moneda.

Refiere que siendo candidato, el ex Presidente colombiano Belisario Betancourt le dijo: "Ricardo, tengo una buena noticia. Hay vida después de ser Presidente.
Lo único malo es que primero hay que ser Presidente".

Y de que hay vida después de La Moneda tiene pruebas de sobra: este domingo come con Gorbachov y su gente; y el lunes asiste al Club de Roma que se reúne en Amsterdam.
El 2 de noviembre participará en Toronto en otra reunión top. "Y al día siguiente me vengo para seguir en la campaña".

-¿Y habrá vida después de esta vida?

-...Uno quisiera creer que sí, pero racionalmente pienso que no.

-¿Qué añora de su época de Presidente?

-El contacto con la gente.

-¿Y por qué no fue candidato? ¿Tuvo miedo de perder; o de una campaña en que se lo iba a destrozar con críticas?

-No. Ya lo han sacado todo.

Cuando el PPD y el PS me plantearon si reconsideraría mi decisión de no ser candidato, dije: "Con una condición: que en las listas parlamentarias yo tenga la última palabra".

Y me di cuenta que no era del agrado de los partidos.

-¿Cuál es la mejor herencia que dejó al país?

-La relación con los mandos militares. Se resolvió el tema cívico-militar. Independiente de lo que decía la Constitución, todos los Comandantes en jefe obedecían el mando civil.

Y todos me dijeron: "Mientras tenga su confianza me quedo".

También la evaluación que ellos hicieron de lo que había sido el pasado.
-¿Y qué lamenta no haber hecho?

-Quedan siempre tantas cosas... Sí lamento no haber podido terminar de implementar el Transantiago. Eso quedó a mitad de camino.

Si me pregunta dónde hubo un error, tal vez en los presupuestos que se querían asignar, pensando que no fuese necesario que tuviera subsidio.

A mí siempre me pareció que algún subsidio sería necesario. La Reforma Procesal Penal resultó mucho más cara de lo que se calculó...

-¿Cuál fue el error de echar a andar el Transantiago?

-Que no estaba el sistema del software indispensable para saber dónde estaban los buses. Me alegró saber que estamos pronto a tenerlo.

-¿No le penan Pascua Lama, los cisnes de cuello negro, el ferrocarril a Puerto Montt...?

-No. Se ha demostrado que el problema de los cisnes en Valdivia era otro, no la planta. En Pascua Lama tracé una línea divisoria muy nítida. No acepté que movieran el glacial, ni muerto.

-¿Y todos los casos de corrupción denunciados: MOP-Gate, MOP-Ciade, EFE?

-Me gustaría esperar que termine el proceso. Pero no me cabe duda de que tiene que haber actos de corrupción en un período de gobierno de seis años.

Lo importante es que sean sancionados con la mayor estrictez. Otra cosa es usar esos eventuales delitos como el elemento que tipifica a un gobierno.

Eso es falso y obedece a una campaña política.

-¿Aún cree que fue un error no haber construido el puente a Chiloé?

-Sí.Un grave error. Hoy tendríamos cinco mil personas trabajando en la construcción del puente.

-Pero tendrían que haberse gastado más de US$ 300 millones de lo calculado.

-Eso dijo un informe. Ese costo mayor lo pagaba el privado.

Mi opinión es que eso se trabajó muy mal.

Lo mismo digo del tren a Puerto Montt.

Quedó terminado el plan trienal 2006-08 y me pareció innecesario que lo firmara en febrero cuando un nuevo gobierno asumía el 8 de marzo.

Jamás pensé que la Presidenta no iba a ser informada de eso hasta un año después.

Si una obra no se continúa y no se hace mantenimiento, en las estaciones habrá pasto como hoy.

Para Chile es indispensable el tren a Puerto Montt. Como era indispensable el TS.

"le dije que se lanzara"

-¿Qué significa la candidatura de Enríquez-Ominami?

-Que mandó a jubilar a un conjunto de personas que pasaron de primera división a viejos cracks. Es un mensaje tremendo a las dirigencias políticas que son las responsables de esa candidatura.

Si le hubieran permitido participar en la primaria, habría cambiado la cosa.

-¿Qué habría pasado?

-No habría un candidato ex Concertación compitiendo por fuera. Yo le dije a Insulza que se lanzara. No quiso. Habría sido importante que hubiera competido.

-Usted dijo que si Frei no pasa a segunda vuelta, votará por Enríquez-Ominami.

-No. Lo que dije es que no voto por la derecha.

-¿Cree que en un eventual gobierno de Piñera aumentarían los conflictos sociales...?

-Aplicarían sus recetas: bajar impuestos, que el mercado resuelve las cosas. Con esas políticas hay sectores sociales que se ven desprotegidos y es natural que reclamen.

-¿Qué le pasó a la Concertación?

- Fundamentalmente, una dirección política que está fallando. No es razonable el nivel de aprobación política de la Presidenta y su gobierno y que el candidato que va a continuar con esas políticas aparezca mal evaluado.

-¿Qué consejo le daría a Frei?

-No. Es un hombre de una tremenda madurez y fortaleza. Y tiene una gran capacidad política. Enfrentó y resolvió muy bien momentos difíciles en su gobierno. ¿Cuántos Presidentes de la República son capaces de cerrar las minas de carbón y hablarle esa noche al país? Y se preocupó de que ese cierre no produjera los problemas previsibles.

-Y usted, ¿se guarda para 2014?

Riendo contesta:

-Lo que tenemos que hacer ahora es una renovación muy grande en la dirigencia política. Y para 2014 apoyar ese cambio. Ojalá Frei sea el puente que una esta generación con la próxima.

Lagos partió políticamente militando en el Partido Radical de Chile.

-Me retiré cuando entró al gobierno con Alessandri. Me pareció el colmo.

Y fui profesor, candidato a decano -y me derrotó Eugenio Velasco, con toda razón-.

Fui secretario general de la U. de Chile con Edgardo Boeninger de rector. Una vez, mirando los retratos de los académicos pasados, le dije: "¿No cree que la universidad ha decaído mucho con nosotros?".

-¿No le pasa ahora lo mismo viendo a los personajes del Senado...?

-Es otro Senado. Recuerdo haber ido a escuchar los debates.

-Como "Capitán Planeta", ¿descarta la energía nuclear?

-Chile no tiene por qué negarse a explorar todas las alternativas, incluida la nuclear.

-¿Estuvo de acuerdo con Boeninger respecto a que no es necesario reformar la Constitución, como propone Frei?

-La Constitución necesita algunas reformas. Desde luego, terminar con el sistema binominal que hará un tremendo daño a la democracia. Hace que en las parlamentarias lo normal sea el empate. Terminaremos con senadores y diputados designados.

-¿También está por inscripción automática y voto voluntario?

-Lo planteé cuando era Presidente. Ahora tengo dudas. ¿Por qué no vamos a inscripción automática y voto obligatorio?


"¡la suerte que tiene!"

Cuando Ricardo Lagos recuerda hoy a su madre, se esfuerza por disimular sus sentimientos. Ella se crió con el trauma balmacedista.

-Nació en 1896, cinco años después de muerto Balmaceda, pero en la casa se hablaba mucho de eso. Su padre perdió la pega y tenía un pequeño fundo que no daba para tantos hijos. Tuvieron que venirse a Santiago.

Por eso cuando recibí la banda presidencial me dijo: "Ricardito, cómo te metiste en esto. ¡¡Cómo vas a salir de aquí!!"

Pese a su aparente dureza, cuando escucha a Mozart o Bach, lo invade la ternura. Su madre -la señora Ema- era "concertista en piano" y él aún conserva su hermoso piano de 1800 y tantos. "Una reliquia".

Abogado, economista con doctorado en la U. de Duke, académico, define la suya como "la infancia de un hijo de clase media que vive en Ñuñoa. Nací en Catedral, pero tengo recuerdos muy borrosos de entonces".

Su padre murió cuando él tenía ocho años.

"En los últimos tiempos estaba prácticamente postrado. Cuando yo tenía como tres años sufrió un ataque cerebral y quedó paralítico. El recuerdo que tengo de él es en cama".
-Mi madre era estricta.

Cuando me sacaba malas notas, me decía: "Usted tiene casa, comida y ropa limpia. Lo único que tiene que hacer es estudiar.

Y después, responder en la vida, porque ¡mire la suerte que tiene!".

Del Manuel de Salas pasó al Instituto Nacional. "Era un alumno más o menos no más". Con 25 puntos en el Bachillerato entró a la Escuela de Derecho donde obtuvo casi puras coloradas.

Luego, siendo ayudante de Alberto Baltra, se le ocurrió estudiar economía en Estados Unidos.

"Con una beca que la OEA rechazó", comenta quien fuera Primer Mandatario, hoy presidente del Club de Madrid que agrupa a más de 70 ex gobernantes, amén de Enviado Especial de la ONU para el cambio climático.

-¿Tiene más doctorados?

-Bueno -se ríe-, cuando uno es Presidente le dan muchos doctorados honoris causa.

Perdí la cuenta de cuántos tengo.

Fracasado su primer matrimonio en el que tuvo dos hijos -Ricardo y Ximena Lagos Weber- cuando se le pregunta en qué se le parece el ex vocero de Michelle Bachelet, responde en broma:

-Se me parece porque a mí me costó mucho aprender a bailar cueca.

Y recuerda una vez, siendo ministro de Educación, una gira con Aylwin.

La gente quiso que el Presidente bailara y él trató de que lo hiciera Lagos, que tampoco sabía.

El Intendente los sacó del apuro. "Y después le dije, cómo no sabe bailar cueca, Presidente, si usted fue senador por esta región. Y me contestó: 'Tiene razón, pero lo más bien que llegué a Presidente' ".

En su Fundación Democracia y Progreso llama la atención el alto de libros sobre el escritorio. En los muros, dos grabados de Matta.

Y el enorme óleo de Gracia Barrios en memoria del triunfo del NO, gesta en que Lagos fue gran protagonista. También hay un Bororo con Lagos en la cabecera de la mesa.

Y, en el primer piso, en vitrinas, sus incontables galardones.

Con fama de mal genio, cuenta que su tío Ernesto Escobar -que fue diputado el año 20-recordaba que su padre tenía un carácter tranquilo y ponderado. "Igual que tú, me decía. Claro que yo a veces me enojo" -lanza una carcajada.

La vida con luisa

En la vida de Lagos hay un capítulo novelesco. La historia de su matrimonio con Luisa Durán, que también tenía dos hijos: Alejandro y Hernán Edding. Se conocieron estando separados y se casaron.

-¿Cómo fue hacerse cargo de los dos niños suyos y los dos de ella?

-Luisa dijo "O somos los seis o no somos". Mis dos hijos estaban con su madre, pero después la jueza me dio la tutela a mí.

Eso tuvo que ver fundamentalmente porque la jueza pidió hablar con los niños. Ricardo tenía 10 años y la Ximenita 9. Nunca supe lo que le dijeron. Le pregunté a la jueza y me dijo que no me lo podía revelar, que eso estaba en un expediente reservado.

Pero me dijo: "Pida la tuición. A lo mejor se la dan provisoriamente". Me la dieron mientras durara el juicio.
-Al comienzo los míos iban los fines de semana a nuestra casa donde Luisa se encargó de que hubiera dormitorios para ellos, tal como para los suyos.

Se fueron acostumbrando más en la casa nuestra que en la otra y... Hubo algunas dificultades y los niños quisieron quedarse con nosotros. Ahí comenzó el juicio que nos favoreció.

-¿Cómo se las arreglaban?

-Aprendimos que la botella de Coca Cola se podía repartir en cuatro vasos exactamente iguales. Yo sabía hacer eso a ojos cerrados.

-Si se portaban mal los de ella, ¿los retaba?

-Claro. A todos por igual. Después del golpe, recibí una oferta como profesor visitante en Estados Unidos y los niños iban a escuela norteamericana. El primer día de clases Ricardo no entendió el sistema del colegio, no sabía ni decir yes.

Entonces, al comienzo, tuve que ir con él al colegio. Después nos vinimos a Buenos Aires y ahí nació la Panchita.

-Antes de que naciera la niña, se produjo un problema.

¿Cómo se va a llamar? "Si es mujer, Francisca", les dijimos.

"Pero, ¿qué apellido?", preguntaron. Lagos Durán les dijimos. Alejandro y Hernán dijeron: "Ah, no, tienen que ser Edding".Tuvimos que explicarles que ellos iban a ser Durán. La situación se puso complicada y Luisa encontró la solución.

"Tres se van a llamar Lagos, pero habrá tres que vienen de esta misma guatita", y resolvió el problema.
A comienzos de los 90 compraron una parcela en Caleu, construyeron su casa, plantaron flores y frutales.

Y Caleu se convirtió en el sitio de descanso familiar preferido. Ahí tiene más de cien palmas chilenas. "Se demoran en crecer.

Esa es la diferencia que tenemos con Luisa. A ella le gustan las cosas que crecen rápido. Tenemos ocho nietos, ellos las van a disfrutar".

miércoles, 21 de octubre de 2009

LA CLAVE PARA SER MILLONARIO...

En los últimos tiempos se ha despertado el vivo interés de convertirse en millonarios producto del crecimiento econòmico y financiero en diversos paìses.


Ese interés busca que centenares de miles de jóvenes y adultos traten de descubrir cuál es el misterio o la magia para acceder al mundo de los millonarios.


Claro que todos son conscientes que la base es el trabajo, el tesón, la disciplina, pero aún es insuficiente esos requisitos para acceder a ese mundo tan atractivo.


Es por eso que le presentamos una entrevista Roberto Kiyosaki, quien con una receta sencilla nos da algunas sugerencias:








receta para ser millonario


El autor del best seller “Padre rico, padre pobre” es hijo de un director de escuela que lo formó en la austeridad y el esfuerzo, pero tuvo también un papá “postizo” mucho menos educado que, sin embargo, supo enseñarle cómo ganar dinero


Kiyosaki en sus oficinas, junto a su exitoso libro y a "Cashflow", el juego que diseñó


NUEVA YORK.- La entrevista con Robert Kiyosaki –autor del best seller internacional Padre rico, padre pobre (Aguilar)– debe interrumpirse en la mitad de una respuesta.

"Tengo a Donald Trump en mi celular –explica, afligido–. Ya somos amigos, pero no tengo aún tanta confianza como para pedirle que me llame después; me disculpas, ¿no?"


La honestidad de Kiyosaki tiene algo de conmovedora.


Aún cuando sabe que las cosas que dice pueden chocar ("hay que pagarse primero a uno y después a sus empleados", "estudia, trabaja y ahorra es un mal consejo" "hay que pagar los impuestos a último momento", "soy millonario y tengo una mujer bellísima, ¿qué más puedo pedir?), al menos está claro que no inventa ninguna pose seudoespiritual.

Para él, la felicidad está en lo material, y su receta podrá no ser para todos, pero quien quiera ser rico cueste lo que cueste posiblemente haga bien en escucharlo. Después de todo, es lo que millones de personas en todo el mundo están haciendo a partir de sus libros, conferencias, cursos y videos.

Robert Kiyosaki nació en Hawai, en una familia de origen japonés que emigró a EE.UU. Su padre biológico, un hombre altamente educado que luego de completar su doctorado, llegó a ser director de escuelas de Hawai y le dio siempre los consejos tradicionales para la vida. Básicamente. "Ve a la escuela y esfuérzate, trabaja duro y ahorra."

Pero según Kiyosaki esto no es lo que los padres ricos enseñan a sus hijos –y él lo sabe porque tuvo la suerte de tener, además, un segundo padre que le enseñó lo contrario.

Este padre postizo, en realidad el papá de un amigo de la escuela que lo tomó bajo sus alas, ni terminó la secundaria, pero lo entrenó en temas de dinero. Y mientras su "papá educado" murió pobre y amargado, su "papá rico" vivió como el millonario más poderoso de las islas, feliz y dejando una herencia importante a su familia y a distintas instituciones de caridad.

En un alto en su gira de conferencias junto al magnate de la construcción Donald Trump por distintos puntos de EE.UU. –con quien publicará un libro este fin de año– Kiyosaki dialogó con La Nacion sobre sus mensajes para los ricos del mañana.

–¿Que tiene de malo estudiar, trabajar y ahorrar?

–Que los padres ricos no enseñan a sus hijos a pensar así. No les dicen que trabajen para ganar dinero, sino que hagan que el dinero trabaje para ellos. En vez de ahorrar, hay que invertir fundando compañías, en la bolsa o bienes raíces para multiplicar el dinero.

No poner todas las ganancias en una casa o un auto para uso propio, como hacen los pobres y la clase media, sino hacer que ese dinero rinda frutos, y recién con las ganancias quizá comprarse algo. Y después, en la escuela, la idea que te meten en la cabeza (lo mismo que en el trabajo) es la especialización: para ganar más dinero o recibir una promoción hace falta, dicen, ser muy bueno en algo específico. Mi papá pobre pensaba así y estaba feliz cuando consiguió su doctorado.


Mi padre rico me presionó para hacer exactamente lo contrario. "Hay que saber un poquito de muchas cosas", dijo, porque sino eventualmente serás estafado por algún lado. Por eso, por muchos años, trabajé en distintas áreas de sus compañías: fui desde obrero de la construcción hasta miembro del directorio y aprendí los problemas, las ambiciones y también el dialecto de cada esfera.

–¿Y no está mal "pagarse a uno mismo antes que al Estado o a sus empleados", como le aconsejó su padre rico?

–No digo no pagar, pero mira esta diferencia: mi padre pobre pagaba a sus empleados, acreedores y al fisco el primero de cada mes, y luego se pagaba a sí mismo con lo que quedaba, que en general no era nada. Mi padre rico se pagaba a sí mismo ante todo. Si no tenía dinero suficiente para pagarse a él y a los demás después, igual empezaba por pagarse a sí mismo, lo usaba como motivación. Como sabía que si no les pagaba, el fisco y sus acreedores iban a venir tras él con furia, usaba el temor que eso le daba para ejercitar el cerebro. Lo obligaba a inventar nuevos negocios, a trabajar más duro, invertir en la bolsa, quedarse horas extras… Si se hubiese pagado a él mismo al final, como mi papá pobre, no habría tenido presiones, pero habría quebrado.

–¿Qué es lo más importante para triunfar en el mundo de los negocios?

–Saber de ventas y de marketing. Es la habilidad de vender –de comunicarse de manera efectiva con otros, un cliente, empleado, jefe, mujer o hijo– la base del éxito personal.


Hay que saber hablar, escribir y negociar, por eso soy un entusiasta de los cursos y libros que enseñan sobre el tema, aunque sea tan fácil mirarlos despectivamente.

Cierta vez, de gira por Singapur, una joven reportera me dijo que su sueño era ser autora de best-sellers como yo. Tenía la pasta: sus artículos eran duros y claros, llenos de ideas originales. Pero me dijo que ninguna editorial compraba su proyecto. Entonces yo le dije que abandonase por un tiempo el diario, se pusiese a trabajar en una agencia de publicidad y se anotase en un curso para ser buen vendedor. Quedó horrorizada. Dijo que ella nunca se rebajaría a eso, que era una escritora, una intelectual, no una vendedora de zapatos.

Sin embargo, de esa manera hubiese aprendido a comunicarse con las frases cortas que captan la atención de los editores y se hubiese entrenado en relaciones públicas, una destreza fundamental. Y por la noche, o los fines de semana, podría haber trabajado en su gran novela. No lo hizo, y que yo sepa su libro nunca se publicó.

–¿El talento no basta?

–Una vez le pregunté a un grupo de alumnos quién sabía hacer una hamburguesa más rica que la de McDonald’s. Casi todos levantaron la mano. Bueno, si hacer una buena hamburguesa es un talento, ¡el mundo está lleno de gente talentosa! Pero muchas veces los talentosos son pobres y tienen problemas económicos no por lo que saben, sino por lo que no saben.

Se concentran en hacer la mejor hamburguesa –o el mejor libro, como la periodista de Singapur– en vez de en vender y distribuir el producto. Mc Donald’s puede no cocinar la mejor hamburguesa, pero es insuperable en vender y distribuir la hamburguesa básica.

–¿Cómo vender bien un libro?

–Con un buen título. Cuando saqué mi primer libro, "Si quiere ser rico y feliz no vaya a la escuela", un editor me sugirió que titulara "La economía de la educación". Yo le respondí que con ese nombre iba a vender dos libros: uno a mi familia y uno a mi mejor amigo. ¡Y encima no les iba a poder cobrar! El título "Si quiere ser rico y feliz no vaya a la escuela" puede ser pedante y desagradable, pero yo sabía que me iba a conseguir toneladas de publicidad.

–¿Qué es lo más difícil de manejar en una compañía?

–De joven me anoté en la marina. Mi papá pobre creyó en lo que le dije: que quería aprender a volar. La realidad la sabía mi papá rico: quería aprender a liderar tropas, porque él siempre decía que lo más difícil de una compañía es manejar a la gente.

–OK, he decidido ser rico: ¿qué hago?

–Cuando era pequeño mi padre rico me dijo: "Empieza por dejar de ser un analfabeto financiero". Así que recomiendo aprender sobre el tema. Luego, nunca nadie será realmente rico como empleado.

A veces conviene mantener el trabajo que uno tiene, al menos al principio, pero ir poniendo el dinero que se gana a trabajar para nosotros. Y cuando haya que dar el gran salto, la gente inteligente es la que contrata gente más inteligente que ella para trabajar. Siempre me sorprende que se deje un 10 o 15 por ciento de propina en un restaurante aún cuando le sirvieron pésimo y en cambio no se quiera pagar un buen profesional que lo asesore.

–¿Y si sus lecciones no evitan perder?

–¿Sabes dónde perdí mucha, mucha plata? ¡En la Argentina! Con una empresa que buscaba petróleo en Córdoba, que no funcionó. Igual, me divertí, y eso es lo fundamental. La mayor parte de la gente nunca gana porque tiene miedo de perder. Eso es lo que me parece, también, tan tonto de la escuela. En el aula nos enseñan que los errores son algo malo. Y los ganadores no tienen miedo a perder. Ese es su mayor secreto. Odian perder, pero no temen perder, que es algo muy distinto. La gente que evita el fracaso también evita el éxito. Además, hay que empezar temprano. Mi papá rico decía que lo mejor es fundirse por primera vez antes de los 30 años, así uno tiene tiempo de recuperarse.

–Si tuviese que dejarnos una sola enseñanza, ¿cuál sería?

–Mi padre rico, cuando estaba en las malas, igual daba a la iglesia o a su institución de caridad favorita. Si pudiese transmitir una sola idea, sería ésa. Cuando uno está corto de dinero, o siente la necesidad de algo, lo mejor es dárselo a los demás y volverá a uno en caudales. Esto es verdad para el dinero, pero también para la amistad y el amor. Creo mucho en el principio de reciprocidad. Yo quiero dinero, así que doy dinero y el dinero vuelve a mí multiplicado. Así funciona todo. El mundo es un espejo de nosotros mismos.

–¿Volverá a la Argentina?

–¡Claro! Quiero conocer un poco más el país. Cuando fui era exclusivamente por trabajo y no la recorrí. En la Argentina no hice buenos negocios, pero es todo parte del juego y volveré con una sonrisa.

MEXICO LINDO

Un frío diagnóstico a los grupos monopólicos de Mexico ha efectuado un analista de ese país que realmente motiva una reflexión sobre la situación de los mejicanos.


El análisis es rico en datos que debemos tener en cuenta:








Los dueños de México


Justo a la mitad de su sexenio, el presidente Calderón golpea con éxito a un poderoso sindicato reacio a cambiar, ¿irá más allá?



La liquidación de la empresa Luz y Fuerza, que controlaba de manera omnipotente la distribución, comercialización de la energía eléctrica en cinco entidades del centro de México y daba servicio a casi el 40% de la población nacional, ventiló la manera como un sindicato, en este caso el Mexicano de Electricistas, abusaba de sus agremiados, de los usuarios y de quien se les pusiera enfrente.



Si había historias de terror sobre aquellos que en un año no pudieron lograr que le conectaran el servicio, o a los que les pedían dinero para atenderlos o acelerar sus solicitudes de conexión o mantenimiento, las revelaciones de los últimos días sobre la forma como los líderes hacían uso de los dineros sindicales, contribuyeron para que la decisión del gobierno contara con la aprobación de la mayoría de los ciudadanos, que no siente pena, en tiempos de crisis, porque 40.000 trabajadores se fueran, en una noche, a la calle.


Los excesos de sus líderes fueron grotescos. Un rancho con finos caballos y autos de lujo, propiedad de su dirigente. Miembros del comité ejecutivo nacional pagando notas de comida de 2.000 dólares. Privilegios por contrato, como pagas adicionales por presentarse a trabajar, o por llegar temprano. Sistema de ascenso basado en antigüedad y no en productividad. Venta de plazas de nivel medio por el equivalente a 30.000 dólares.


Toda una pesadilla.


La sociedad se escandalizó, no sin razones, y convirtió al Sindicato Mexicano de Electricistas en el villano de moda. Muy pocos cuestionaron que si este sindicato pudo acumular tanto, se debió a que la administración de la empresa pública lo permitió. Y la administración lo hizo porque si lo enfrentaba, temía, se podría quedar sin luz más de una tercera parte del país. Visto está, no fue así.



El Sindicato Mexicano de Electricistas tenía el monopolio eléctrico en toda una amplia región del país. Al desaparecer la compañía de Luz y Fuerza, se evaporará el sindicato, que tenía en esa empresa su única fuente de trabajo. Será absorbida por la Comisión Federal de Electricidad, otra empresa gubernamental, con lo cual el duopolio eléctrico pasará a ser un monopolio.



Esta es una palabra muy utilizada en México para describir a los verdaderos dueños de México, los que controlan el consumo y la vida de los mexicanos, los que impiden la competencia justa, los que reducen la competitividad y frenan el desarrollo. Son los que en buena manera han logrado que un país que tiene tanto potencial, se quede en el arrancadero del desarrollo, observando cómo lo rebasan cada año.


Afirma el Foro Económico Mundial en su último informe sobre competitividad que abarca el análisis de 132 países, que México está en el lugar 60, abajo de Chile, Puerto Rico, Costa Rica, Brasil y Panamá, entre las naciones latinoamericanas. Pero está en el lugar 101 en ineficiencia de instituciones públicas, en el 115 en cuanto a rigidez laboral, y en el 74 por la mala educación superior, incapaz de proveer mano de obra de calidad al mercado de trabajo. Este es el verdadero paisaje nacional, el de los grupos de poder, públicos y privados, que marcan la hora mexicana y manipulan el destino.


Los monopolios son una pesadumbre que no se siente cotidianamente, pese a que se les denuncia frecuentemente. La educación primaria por ejemplo. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación es utilizado como grupo de presión política y como divisa de cambio en tiempos electorales, pero la educación primaria en México, bajo todos los estándares internacionales, está reprobada.


Maestros pobres, líderes ricos, con su dirigente perpetua con residencias en Estados Unidos y aviones privados, ropa de Louis Vuitton y zapatos Prada. El sindicato petrolero tiene en jaque a Pemex, una empresa petrolera que aún en los tiempos en que México tenía una de las reservas probadas más grandes del mundo, perdía dinero. País pobre y líderes ricos, con autos de lujos, relojes Audemars Piguet de oro de 18 kilates y casas en Vail. Pero ya lo dijo el presidente Felipe Calderón: la acción contra Luz y Fuerza y el sindicato no tendrá réplica en ninguno otro más.


Tranquilos y a seguir trabajando. Los dueños de México no tienen problemas con el Estado salvo ocasionalmente. El presidente Calderón dijo, incluso antes de tomar posesión, que el desmantelamiento de los monopolios sería parte de su cruzada para modernizar el país y detonar el desarrollo.


No ha podido ni ha querido. El crecimiento de México está por debajo no sólo de la media mundial, sino se encuentra en los sótanos entre sus pares en América Latina. El principio del despegue de la crisis tomó al gobierno mexicano en el cabús del ferrocarril del desarrollo, sin muchas posibilidades de ir avanzando en los vagones, menos aún para colocarse en la punta de la locomotora. Los grandes grupos de interés lo tienen dominado y frenado.


México es el país de los monopolios. El magnate Carlos Slim es el arquetipo, con su dominancia en el sector de las telecomunicaciones. Tiene bajo su control al 80% de la telefonía fija y mantiene bajo su férula más del 70% de la telefonía móvil. Las tarifas, casi parece pleonasmo señalarlo, se encuentran entre las más altas del mundo.


El grupo que encabeza ha estado dando una batalla para impedir que el conglomerado de comunicación, Televisa, pueda entrar al mercado de la telefonía fija. Hay mucho temor, pues con el dominio del 70% de las pantallas de televisión en México, la propiedad del sistema de cable más grande del país y del sistema de televisión por satélite dominante, la comercialización en paquete sí representarían un desafío empresarial para Slim. Pero al mismo tiempo, Televisa presiona para que el gobierno no le autorice a Slim un canal de televisión, quien ya tiene 36 canales en operación, semiclandestinos en Internet, en espera de la señal pública.


Es la lucha de colosos en un bosque donde hay muy pocos gigantes. Un solo grupo, Cemex, controla el 90% de la producción y el mercado de cemento. Otro más, Peñoles, domina el 100% de la producción y el mercado de la plata. Cervecería Modelo, que vende 10 marcas de cervezas -entre las que se encuentra Corona-, domina el 65% del mercado, dejando el 35% a Cuauhtémoc Moctezuma, que es filial del conglomerado Femsa, que además de las cervezas, domina el 60% de las refresqueras (soft drinks). Bimbo domina el mercado del pan, y Gruma el de maíz. En cada uno de esos rubros, el precio al consumidor es más alto, en función a su poder de compra, que en muchas partes del mundo.


Todos los organismos internacionales han venido señalando desde hace tres años la necesidad de que el gobierno se decida romper los monopolios. Desde entonces, el gobierno del presidente Calderón ha dicho que así será, pero no lo es. Hay una retórica muy fuerte en esa dirección, pero la voluntad política es sumamente débil.


Hay una leve esperanza de que en el tiempo que le queda a Calderón al frente del gobierno -menos de tres años-, se decida a abrir la competencia por la vía del ataque a los monopolios. Se ve difícil. Cada mes que pase, se irá debilitando. Reformas importantes y cambios de política de largo plazo, dicen los clásicos, se hacen en el inicio del gobierno, no al final. Pero acaba de liquidar a Luz y Fuerza y se enfrentó a un sindicato con la fama de ser el más combativo de todos los sindicatos mexicanos. Hasta ahora las cosas, en términos políticos y para incrementar su popularidad, le están funcionando de acuerdo con sus deseos. Pero Calderón no es de los que engañe con la verdad. Lo más probable es que su lucha antimonopólica, pese al éxito, se la herede al próximo gobierno.


Raymundo Riva Palacio es director de ejecentral.com.mx.