El ex presidente estadounidense Bill Clinton se reunió con el dictador norcoreano Kim Jong-il durante una insólita visita sorpresa a un país con el que la Administración de Barack Obama ha mantenido una relación tensa y alterada por una prueba nuclear efectuada por Pyongyang en mayo.
Kim Jong-il, poco dado a aparecer en público, recibió a Clinton, se fotografió con él, le organizó una cena, le permitió reunirse con las dos periodistas y, finalmente, les concedió a ambas un "perdón especial".
Este gesto ha llevado a los analistas políticos de Washington a pensar que Corea del Norte busca un nuevo comienzo en las relaciones con EE UU, después de unos meses en los que parecían apagarse las esperanzas de que la llegada de Obama significara un punto y aparte en las relaciones bilaterales.
Según la televisión oficial del régimen, Central TV, los dos políticos "intercambiaron un amplio abanico de opiniones sobre asuntos de interés mutuo".
Los medios estatales informaron, además, de que Clinton le entregó al líder norcoreano un mensaje verbal de Obama, algo que la Casa Blanca ha negado.
La sospecha de que Clinton podía ser un enviado no oficial de la Casa Blanca la refuerza el hecho de que le acompañara John Podesta, que fue su último jefe de gabinete, organizó la transición de poder para Obama el pasado enero y sigue siendo un asesor habitual del actual presidente.
A ambos les recibió en el aeropuerto de Pyongyang el negociador jefe en asuntos nucleares, Kim Kye-gwan.
La esposa del ex presidente, Hillary Clinton, comenzó un viaje oficial a África, declinó opinar sobre la visita.
La secretaria de Estado norteamericana no es la persona más popular del momento en Corea del Norte.
A finales de julio creó una pequeña crisis diplomática al decir, en una visita a India, que los norcoreanos son "adolescentes rebeldes, gente que busca atención".
Un portavoz del Ministerio de Exteriores norcoreano respondió: "Sus palabras sugieren que no es inteligente...
A veces parece una niña de primaria y otras una pensionista que va a hacer la compra".
Con su marido, hubo más cordialidad. Clinton es un líder popular en el país asiático, el último presidente que envió a su secretaria de Estado, Madeleine Albright, a Pyongyang, en 2000.
Aquel mismo año, el entonces presidente estuvo a punto de acudir en persona a reunirse con Kim Jong-il, tratando de cerrar un acuerdo para que el dictador aceptara desmantelar su arsenal de misiles.
Al final la visita se canceló, ya que Pyongyang se resistía a cerrar un acuerdo definitivo.
Las relaciones, durante los ocho años de la Administración de George Bush, fueron ásperas.
Kim Jong-il reinició su programa de enriquecimiento de plutonio y lanzó su primera prueba nuclear, en 2006.
Bush se unió a una ronda de negociaciones con Corea del Sur, China, Japón y Rusia, tratando de llegar a un pacto para que Pyongyang aceptara renunciar a su programa nuclear. Finalmente, se llegó a un acuerdo y el ex presidente eliminó al país de la lista de países que apoyan el terrorismo.
Este año, con Obama, las relaciones volvieron a mínimos históricos.
Kim Jong-il, de 67 años y con una salud muy deteriorada desde que sufriera un ataque cerebral hace un año, permitió un ensayo nuclear y diversos lanzamientos de misiles en pruebas.
La embajadora de Obama en la ONU, Susan Rice, dijo el 12 de junio que "esos actos provocativos y temerarios tienen un coste, y Corea del Norte pagará un precio por sus actos".
Corea del Norte condena a 12 años de cárcel a dos reporteras norteamericanas de un canal de Internet
Hillary Clinton ha reclamado repetidamente la liberación de las periodistas de Current TV
Un tribunal de Corea del Norte ha condenado a dos periodistas norteamericanas a 12 años de cárcel por entrada ilegal y "actividades hostiles".
Euna Lee y Laura King, reporteras de Current TV, el canal de televisión por Internet uno de cuyos fundadores es Al Gore, podrían ser las primeras norteamericanas que padecieran el terrible sistema penitenciario de aquella dictadura.
El juicio se celebró la semana pasada y la sentencia es inapelable.
Según The Wall Sreet Journal, no se descarta que las dos periodistas sean usadas por el gobierno coreano como rehenes en una negociación con las autoridades norteamericanas a cambio de dinero o un gesto diplomático.
La tensión entre ambos países ha crecido en los últimos meses debido a las pruebas con bombas nucleares realizadas por Corea del Norte.
La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ha reclamado repetidamente la liberación de ambas reporteras.
Las dos reporteras fueron detenidos en un punto de la frontera de Corea del Norte con China en marzo de este año cuando trabajaban en un reportaje sobre fugas de ciudadanos coreanos hacia China.
Estados Unidos no tiene relaciones diplomáticas con China y es la embajada sueca la que tutela sus intereses. Diplomáticos de la misma visitaron tres veces a las citadas reporteras antes del juicio.
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