viernes, 17 de julio de 2009

¡CRISTIANO! ¡ CRISTIANO! ¡¡¡CRISTIANO!!!




Los ojos del periodismo mundial se encuentran tras los pasos del jugador más caro del orbe, CRISTIANO RONALDO, que acaba de fichar por el Real Madrid de España, donde viene causando furor en los aficionados al deporte de los pies: El Fútbol.



El portugués Cristiano Ronaldo tendrá que apelar a los mejores profesionales para que lo ayude a sobrellegar el acoso de la prensa mundial, que busca convertir en primicia y portadas de diarios los pequeños detalles de un jugador que deslumbra con su juego vistoso, sencillo pero destructor.



Las primeras señales, en su contacto con los hombres de prensa, de Ronaldo es que él se considera uno más del plantel y le encanta el juego en equipo; sinembargo, la prensa y la opinión pública exigirán el máximo rendimiento de su estrella y por eso hoy lo adorarán hasta el cansancio porque quieren ver convertida esa fuerte inversión en una ganacia de campeonatos y copas europeas.



Obviamente, no es para menos y todos sabemos que Ronaldo es Ronaldo. Ocasión más que oportuna para entregarles las primeras notas que dan cuenta de la presencia del astro en Madrid e Irlanda:





"Yo no copio a nadie"



Cristiano Ronaldo rechaza la comparación con Beckham - "Aquí soy uno más", dice el jugador más caro del mundo, que ha revolucionado la pretemporada del Madrid en Irlanda


El cielo y las nubes de Maynooth siguen del mismo color.



También sigue soplando el viento sobre esta población irlandesa. Pero hace más calor. El encargado de seguridad situado en el primer control de acceso al hotel de los jugadores del Real Madrid ya no cierra un ojo y exige controlar la acreditación de cada uno y de cada coche.



Sabe que no es un día normal.



Sabe que dentro de una hora va a hablar Cristiano Ronaldo.



Doscientos metros después del primer control, la entrada al centro de prensa está casi colapsada por las cámaras.



Los cuatro empleados de seguridad del Madrid van y vienen para controlar que esté todo en orden.



Hablan a través de las radios con los tres empleados de seguridad del hotel. Entran y salen por una puerta secundaria sin parar.




Y, 15 minutos antes de que comparezca Cristiano, invitan a todos a dejar libres los pasillos y a desplazarse hacia la sala de prensa.




Allí también hay que poner orden y uno de los responsables de comunicación del Madrid va repartiendo los espacios: las cámaras a la derecha y los fotógrafos a la izquierda. Eso sí, los demás pueden sentarse donde les apetezca...



Cristiano Ronaldo centró la atención en el tercer día de la concentración del Real Madrid en Irlanda. El portugués dio su primera rueda de prensa después de su presentación ante casi un centenar de medios de todo el mundo. El portugués ya no sabia en que idioma contestar ante el bombardeo de preguntas. En la rueda de prensa se instaló un gran dispositivo de seguridad, fuera del hotel decenas de curiosos aguardaban ante la presencia del 'crack' portugués.



"Vamos a intentar ganarlo todo, pero no juego yo sólo, somos 20 más..."
"Lo que más me ha llamado la atención del Madrid es el grupo"




Es el día de Cristiano ante los medios de comunicación y parece un ensayo de evacuación en un país en guerra.



O la ceremonia de entrega de los Oscar.



La situación es tan poco normal que hasta el equipo ha cambiado su rutina de trabajo.




Por un día, Manuel Pellegrini quita la doble sesión de entrenamiento mañanera y cita a la plantilla sólo por la tarde. Algunos, como Guti, aprovechan el tiempo libre para echar un partido de golf. Otros, como Raúl, optan por entrenarse y corretear en solitario.



La situación es tan poco normal que sólo al jugador más caro del mundo (el Madrid pagó por él 94 millones de euros) le parece normal. "A mí todo lo que me rodea me parece normal", soltó el portugués.



Parecía otro respecto a su anterior cita con los medios, diez días antes, en el día de su puesta en escena en el Santiago Bernabéu ante 75.000 personas.



Allí se le vio relajado, más sonriente, más natural, más abierto y más cercano.



En cambio, antes de la ruedad de prensa, dio una imagen totalmente distinta: rostro serio, cara de recién levantado, frases forzadas. Sí hubo sonrisas, pero no espontáneas.



Es como si hubiese entrado en el papel -discurso preparado, respuestas generalizadas del tipo "me gustan todos los jugadores, todos tienen calidad", "todos me han recibido muy bien"...- y tuviese que cumplir con la imagen de hombre (correcto) de club.



Su imagen cercana desapareció para dejar sitio a una más bien sobreactuada, y más para alguien tan cuidadoso con su imagen que se mira al espejo incluso antes de enfilar el túnel de vestuario para salir a jugar.




"Yo estoy siempre concentrado en mi trabajo. Para ser más sincero, me da igual lo que escriban de mí, si hablan bien, si hablan mal...", dijo. Bien o mal, el caso es que se hable. Y algunos jugadores que compartieron vestuario con él en Manchester United dan fe de ello. Aseguran que si un día, por la razón que fuera, Cristiano no salía en la prensa, montaba en cólera.



Él intenta transmitir todo lo contrario.




-Hace diez días te definías como el mejor jugador del mundo. ¿Ahora te consideras el mejor del Madrid?



-Yo aquí soy uno más. No soy mejor que ninguno y estoy aquí para ayudar. Vamos a intentar ganarlo todo, pero si no ganamos, no juego yo sólo, somos 20 más...


Pero con sólo preguntarle por David Beckham, otro icono mundial de la imagen, del que Cristiano heredó el dorsal número 7 cuando fichó por el Manchester, su discurso del ser uno más se esfuma por arte de magia.



Igual que hacía el inglés en todos sus desplazamientos, Ronaldo dedica parte de su día a atender a colas y colas de gente que le piden una foto o un autógrafo.



¿Te has fijado en Beckham en tus comportamientos públicos?, le preguntaron. "Beckham es Beckham y yo soy yo. Tengo mi personalidad, mi carácter y no copio a nadie. No me gusta fijarme en las cosas que hacen los demás", espetó.



En menos de dos semanas, Cristiano ha mostrado dos versiones de sí totalmente distintas. En el vestuario creen que no les afectará. Él, por si acaso, se ha adelantado: "Lo que más me ha llamado la atención del Madrid es el grupo. No me lo esperaba, me quedé sorprendido, más después de haber leído en la prensa lo mal que se hablaba del vestuario de este equipo. Están todos equivocados".




Cristiano, más protegido que Beckham


El Madrid pondrá por primera vez escolta personal a un jugador


El huracán Cristiano dejó su huella el lunes por la noche tras desaparecer del Bernabéu.


Huella física todavía no hay -la cita para clavar los tacos en el césped del estadio es para el 26 de julio, en la Peace Cup-, pero sí mediática, económica y mucho más en el tema de seguridad.



La tienda del club fue literalmente asaltada: sólo en la tarde del lunes se vendieron unas 3.000 camisetas -300 fueron robadas cuando algunos se colaron aprovechándose del tumulto general y forzaron las puertas de entrada- y por la mañana más de lo mismo. La caja empezó a sonar clic, clic, clic, como una máquina tragaperras a razón de dos camisetas por minuto.



O lo que es lo mismo: 120 por hora. O lo que es lo mismo: 10.200 euros a la hora. Eso quiere decir que a las dos de la tarde en las cajas de la tienda ya había 40.800 euros. Puede que algo más si alguien compró la misma prenda (vale unos 120 euros) pero con el nombre de Ronaldo en chino, japonés o árabe.



Al Jazeera, de hecho, retransmitió en directo la presentación.


También lo hicieron las cadenas mexicanas, algunas de África e incluso de Rumania. Cristiano lo sabe, de ahí su énfasis en repetir que es consciente de que la presión será mucho mayor de la que tenía en Manchester.



Quizás se refiera únicamente a la futbolística -y eso que Jorge Valdano le ha advertido de que la prensa del corazón le hará la vida imposible y le seguirá allá donde haga falta- porque el lunes, nada más aterrizar en el aeropuerto de Torrejón, comunicó a los empleados de seguridad del club que él, de por sí, no iba a pedir ninguna escolta. "Puedo vivir sin ella y en todo caso haré lo que me manden en el Madrid", dijo.



Y en el Madrid, visto lo visto el lunes -colas interminables en el estadio, espontáneos que bajaron al césped, aficionados que le perseguían con el coche para robarle una foto o una sonrisa-, han decidido que el jugador tendrá que llevar una escolta personal.



Más que un consejo se trata de una media obligación. "Para que pueda salir de casa...", dicen en el club.



No lo hicieron con ningún otro jugador antes, ni siquiera con Ronaldo o con David Beckham.



El jugador inglés llevaba unos guardaespaldas privados pagados por una empresa de publicidad, pero no se le permitía llevárselos en los desplazamientos del equipo. Tenía que conformarse con los que ponía el club, unos ocho. Ahora, pasarán a ser 16 para proteger también a Kaká en los viajes con el equipo.



"Es que es imposible controlar todo esto sin escolta. Más, después de haber visto lo del lunes... Le va a hacer falta, esto no es Manchester", comentaban los responsables de seguridad del Madrid.



La idea del club es elegir a tres hombres de confianza que sigan al jugador en todos sus desplazamientos diarios.



El único sitio en el que podrá respirar el portugués será en Leixlip, pequeño pueblo al lado de Dublín elegido para la pretemporada del equipo, a partir del lunes.



Hasta ahí se desplazó hace dos semanas Julio Cendal, jefe de seguridad del club, para visitar las instalaciones en las que se alojará el equipo y ultimar los detalles.



Por primera vez en años, no habrá público en las sesiones de trabajo veraniegas. El campo de entrenamiento se encuentra en el mismo hotel-castillo de los jugadores, es decir, en un recinto privado al que sólo podrán acceder los medios de comunicación (tras pasar por tres controles de seguridad).



Es algo así como despedirse del ambiente familiar que se respiraba en las anteriores concentraciones en Irdning (Austria).



El Madrid exhibe a Cristiano Ronaldo


Más de 75.000 aficionados llenan el Santiago Bernabéu para recibir al gran fichaje de Florentino Pérez -El club dobla la seguridad ante la "locura" de su presentación


Uno siempre piensa que hay más. Más de los 50.000 que se pasearon por las gradas del Bernabéu el pasado martes para ver a Kaká. Más de los 65.000, récord hasta ayer, que en la tarde del 5 de julio de 1984 llenaron el San Paolo de Nápoles para dar la bienvenida a Diego Armando Maradona. No existía el prime time y los aficionados aguantaron bajo una solana espantosa.


El estadio se cerró una hora antes y 5.000 personas se quedaron fuera



El delantero llevará el número 9, como Di Stéfano, aunque el prefería el 7



Y claro, uno siempre piensa que puede haber más. Pero el más de anoche en Chamartín, en la presentación de Cristiano Ronaldo como nueva estrella blanca, es que fue mucho más. Lo nunca visto.



Más de 75.000 espectadores -sólo se quedó vacía una parte de las gradas que está en obras-, 200 medios acreditados, más de 500 periodistas...



A las ocho de la tarde, cuando todavía quedaba una hora para la presentación, el club cerró las puertas del estadio porque ya se había llenado.



Los que no pudieron entrar, unos 5.000, vieron la puesta en escena del portugués a través una pantalla gigante.



Algunos de ellos intentaron forzar las puertas cuando el jugador bajó a pie de campo. "Es una auténtica locura. Te haces una idea, pero luego no se acerca para nada a la realidad", contaba Julio Cendal, responsable de seguridad del Madrid, que se desplazó con nueve personas más al aeropuerto de Torrejón a recoger a Cristiano. Llegó a bordo de un avión privado con una estela de doce personas entre familiares -menos su madre, por motivos personales- y amigos.



"En el fondo es que Cristiano es muy tímido...", decían de él.



Cuesta creerlo viendo la soltura con la que se mueve y que paseó por el Bernabéu enseñando su sonrisa ante miles de flashes.


Cuando el coche oficial le dejó en la puerta 57, el restaurante del Bernabéu, en el que le esperaban Jorge Valdano y el mítico ex jugador portugués Eusebio-, a las dos de la tarde, ya había una avalancha de cámaras.



Fuera, bajo el sol, le esperaban un sinfín de niñas. Luego pisó el escenario ante un ambiente a reventar y bajo la mirada de Florentino Pérez, encantado con la estrella que simboliza su nuevo proyecto, el jugador que mejor representa sus inversiones estratosféricas en los futbolistas más mediáticos.



Real Madrid ya rentabiliza a Cristiano. "Siempre he dicho que si un club quiere tener buenos jugadores, tiene que pagar... Comprendo que la gente piense que no es normal... pero me da orgullo ser el más caro de la historia", dijo él con cara de pícaro. Y apuntó cuando le preguntaron por los impuestos: "Eso no va conmigo".



Nadie se maneja mejor entre las masas como el nuevo presidente del Madrid.



Nadie mejor que él sabe como explotar la gallina de los huevos de oro.



Es el marketing galáctico hecho persona.



De ahí el prime time mundial.



De ahí de su capacidad para alternar el énfasis, las pausas y los silencios antes de presentar a Di Stéfano y a Eusebio. "Es muy fuerte todo esto", le susurró el presidente de honor del Madrid a Florentino.



De ahí una puesta en escena estudiada hasta el más mínimo detalle para ser retransmitida a todo el mundo.



De ahí la carta enviada a la embajada de Portugal; estaba el embajador portugués y el embajador del Vaticano. De ahí que se haya puesto ya manos a la obra para amortizar los 94 millones de euros gastados en Ronaldo.



En menos de una hora, el club vendió miles de camisetas con el número 9, el mismo que inmortalizó Di Stéfano, pese a que él prefería el 7.



El Madrid, por orden de Florentino, cambió el escenario de presentación y lo orientó al fondo sur para que el 80% del aforo del campo (y no sólo la mitad) pudiese ver al último balón de oro.



"Pensé en mi mamá y en mi papá... y sentí el cariño de la gente", dijo. Las puertas del Bernabéu se abrieron a las siete ante la vigilancia de unos 1.000 agentes de seguridad, el doble que con Kaká.



Varios espontáneos, sin embargo, consiguieron saltar al césped. Él apareció emocionado, casi incrédulo. "No me esperaba toda esta gente...", fueron sus primeras palabras como madridista, después de que se proyectaran imágenes de los jugadores de la etapa anterior de Florentino Pérez y de jugadas de Cristiano Ronaldo con el Manchester y con la selección portuguesa.



"He cumplido mi sueño de niño. Es impresionante ver al estadio lleno. Pensé en todo lo que me ha costado llegar hasta aquí", dijo el portugués, que luego pidió a todo el estadio que gritara Hala Madrid.


Ahora queda amoldar un equipo lleno de estrellas para que sea competitivo donde importa. En el césped.

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