lunes, 12 de julio de 2010

EL PODER DESAIRADO EN CHILE?

En Chile, hace unos días se produjo un incidente entre el Presidente Sebastían Piñera y el entrenador de fútbol chileno, el argentino Marcelo Bielsa, en la ceremonia de agradecimiento por la participación de la oncena chilena en el Mundial de Fútbol en Sudáfrica.

El incidente que emitió la televisión a nivel internacional fue cuando Bielsa dejó, por pocos segundos, con la mano extendida al Primer Mandatario chileno, gesto que fue interpretado como un desaire e inmediatamente algunas voces dijeron que eso ocurrió porque Bielsa es de izquierdas.

El hecho ha provocado retomar los aspectos claves para proteger la imagen presidencial de un jefe de Estado, por eso que la oportunidad es de especial importancia para aquellos seguidores de los entretelones del PODER.

El Mercurio de Chile consultó con los ex asesores de ex Presidentes de Chile:





Tácticas que los asesores piñeristas aún no consiguen implementar del todo:

Seis mandamientos para cuidar la imagen presidencial

Las incómodas polémicas a las que se ha visto sometido el Presidente Sebastián Piñera en las últimas semanas han atizado un intenso debate sobre las estrategias comunicacionales que rigen al Jefe de Estado. "El Mercurio" consultó a ex asesores de Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet, y en base a sus recetas elaboró un puñado de reglas básicas ya probadas para proteger la figura del Primer Mandatario.


Guillermo Muñoz


La polémica en que se vio enfrentado tras la imitación de Stefan Kramer, el público cuestionamiento que delante de él realizó el rector de la Universidad de Chile y el notorio gesto de indiferencia en el saludo de Marcelo Bielsa han dado pábulo en las últimas semanas a un intenso debate acerca del cuidado de la imagen del Presidente Sebastián Piñera y la efectividad de sus políticas para enfrentar a los medios de comunicación.

Incluso, el senador Andrés Allamand y otros parlamentarios de su coalición han manifestado su preocupación. Desde la vereda de la oposición, una serie de asesores que durante veinte años conformaron afiatados equipos preocupados de este tema observan con interés lo que ahora está haciendo La Moneda.


"El Mercurio" consultó a varios estrategas de los cuatro Presidentes de la Concertación, quienes advierten algunos elementos en la estrategia comunicacional del Presidente que faltan por afinar. Y aunque la mayoría expresa sus presunciones de que el estilo autónomo de Piñera impide que acate todos los consejos de sus asesores, trazan seis reglas básicas, que, según ellos, se deben respetar para evitar que el Presidente vea dañada su imagen.


Tener un buen speech writer y dejarlo actuar


"Los presidentes deben hablar en prosa y necesitan un gran redactor de discursos al lado de su oficina", dice uno de los ex asesores.

El elegido, señala, debe estar en permanente contacto con el Mandatario, tener perfecta sintonía con él, construir meticulosamente cada detalle de las alocuciones y dejar el menor espacio posible a la improvisación o eventuales errores. Para todo eso tiene que estar asesorado por un equipo especializado. Uno de los casos más destacados en este sentido es el del ex Presidente Lagos, quien -destacan los distintos consultados- contaba con un " brain trust" de alto nivel intelectual.

Sus discursos para ceremonias oficiales eran elaborados por el académico Eugenio Lahera. Esporádicamente y dependiendo de la importancia de la ocasión, también intervenían los sociólogos Ernesto Ottone y Eugenio Tironi. Lagos, agregan, confiaba plenamente en los textos de sus colaboradores.

Patricio Aylwin contó con la ayuda de su hija Mariana Aylwin y de la historiadora Sol Serrano, mientras que el equipo de Eduardo Frei estuvo integrado por Cristián Toloza, John Biehl y Eduardo Palma. Michelle Bachelet, en tanto, tenía como speech writer al abogado socialista Francisco Javier Díaz, quien, eventualmente, trabajaba los discursos con el ex ministro Andrés Velasco.


En el caso de Piñera, su redactor es el abogado Ignacio Rivadeneira, a quien alaban por interpretar con precisión la voluntad del Presidente.


Rivadeneira, de 34 años, fue quien redactó, por ejemplo, el discurso del 21 de mayo, que fue muy bien evaluado en la Alianza. Pero también escribió la cuestionada alocución realizada por Piñera cuando despidió a la selección y nombró a los jugadores por sus apodos, incluyendo el mote de "loco" para Marcelo Bielsa.
Según los concertacionistas, la intervención puede ser interpretada como una falta de respeto hacia los futbolistas y exponer al Mandatario a que después reciba el mismo trato.

Algunos de ellos agregan que algunas imperfecciones en los discursos de Piñera reflejan que el redactor aún está en rodaje o no es tomado en cuenta por el Presidente.


Los desaciertos ocurrirían principalmente cuando se le da espacio de improvisación al Mandatario, como cuando dio vida a Robinson Crusoe.


En la Alianza, en tanto, recuerdan que la noche del 17 de enero, cuando ganó la segunda vuelta presidencial, Piñera pidió a sus asesores más cercanos que le redactaran el discurso de la victoria. Sin embargo, lo leyó, no le gustó y rehízo varios párrafos del texto.

Las apariciones presidenciales siempre son una puesta en escena


La función del Presidente reviste un carácter simbólico y todas sus acciones deben ir en consonancia con esta estatura. En este aspecto, uno de los puntos más criticados tiene que ver con lo ocurrido en la recepción a la Selección en La Moneda.

"Jamás se debe exponer al Presidente a que la primera reacción ante un tema sea frente a una cámara", dice un ex integrante del segundo piso.

En los anteriores equipos se preocupaban de conversar previamente con los invitados sobre su predisposición en la ceremonia y se les informaba sobre el protocolo, como ocurrió cuando Bachelet recibió a la Selección sub-20 en 2008.

Además, los asesores se preocupaban de que las cámaras entraran a la audiencia una vez que los invitados ya se habían presentado con el Mandatario y no se transmitía en directo el saludo, pues esto exponía al Jefe del Estado a un incidente como el que ocurrió con Bielsa.

El análisis también incluye la exposición ante la prensa. Aunque Piñera ha ido moderando sus intervenciones -el día que asumió habló seis veces ante los periodistas-, en la Concertación comentan que sus continuas declaraciones lo exponen a errores o abren temas anexos que no son cómodos para el Gobierno.

Mientras Bachelet solía aceptar "sólo dos preguntas" -para lo cual los periodistas debían ponerse de acuerdo-, Piñera suele responder sin límites y a veces improvisa puntos de prensa que no estaban agendados.


Transmitir una sola idea fuerza por día


Uno de los elementos esenciales de las estrategias tiene que ver con la concentración de todos los esfuerzos comunicacionales en torno a una sola idea fuerza al día, para evitar que el mensaje se diluya.

Según esta premisa, la intervención en más de un tema por parte del Presidente construye "un menú" amplio para los medios que pueden destacar aspectos negativos para el Gobierno.


En la administración de Lagos, por ejemplo, su jefe de gabinete (tuvo tres: Carlos Rubio, Matías de la Fuente y Enrique Paris) tenía reuniones periódicas con el equipo de comunicaciones, el vocero y el jefe de programación (Pedro Durán) para determinar qué tema se privilegiaría cada día. Para potenciar el mensaje, se conversaba también con los ministros del área para que coparan los medios de comunicación con entrevistas sólo sobre el tema elegido.

A Piñera se le critica un alto nivel de dispersión. El 9 de junio, por ejemplo, anunció su plan de reconstrucción de Codelco, participó de un decomiso de drogas en Calama y comentó la situación del entonces embajador Miguel Otero.

Como consecuencia, recuerdan, cada medio destacó un tema distinto.

El 30 de ese mes, en tanto, anunció el nuevo programa preventivo del Plan Auge. Sin embargo, tras la ceremonia, Piñera comentó también la situación de Cristián López -acusado erróneamente de ser "el violador de Ñuñoa"- y la calificó de "injusta". Algunos medios destacaron más esto último que el anuncio.


Esa misma jornada, el Presidente celebró el día de los bomberos vistiendo uno de sus trajes, imagen que privilegiaron algunos canales de televisión por sobre el Plan Auge.

El jueves, el Presidente presentó su plan contra la delincuencia. Paralelamente, el ministro de Transportes, Felipe Morandé, anunciaba la reforma al Transantiago.

Los expertos consultados destacan que los dos temas eran iniciativas importantes que debían privilegiarse porque fortalecían la imagen del Gobierno, pero que al lanzarse al mismo tiempo disminuyeron su cobertura en los medios y, por lo tanto, su impacto en la gente.

Tener un equipo de avanzada que anticipe escenarios conflictivos


Otro episodio cuestionado ocurrió el 23 de junio, cuando el rector de la Universidad de Chile, Víctor Pérez, criticó delante del Presidente el proyecto de La Moneda para reformar el sistema universitario.


Los miembros de los equipos presidenciales anteriores afirman que antes de una ceremonia en que habla el Mandatario, se deben pedir los discursos de las otras autoridades para evitar que el Jefe de Estado se vea sorprendido. En gobiernos anteriores, agregan, se pidió que se cambiaran algunas referencias que eran muy duras con el Presidente.

En el oficialismo afirman que Piñera sabía que la intervención de Pérez podía ser complicada porque el fin de semana anterior había trascendido a la prensa la reforma, pero que de haberse ausentado de la ceremonia, las críticas hubiesen sido peores.

A Bachelet la asesoró en este punto su amiga María Angélica Álvarez (la Jupi); a Lagos su cuñado Pedro Durán; a Frei, Miguel Salazar, y a Aylwin, Marcelo Trivelli y su yerno Carlos Bascuñán.


En el caso de Piñera, también se trata de un cercano: su sobrina María Teresa Chadwick. De cualquier modo, el Presidente no ha enfrentado aún situaciones tensas como la de Lagos, cuando fue increpado por familiares de las víctimas de Alto Hospicio. O Bachelet, reprendida por pobladores de Chiguayante cuando hablaba con la prensa mientras una retroexcavadora buscaba a las víctimas de un alud.


Nunca enfrentar al Mandatario con personajes populares


El miércoles por la mañana, antes de que se concretase la reunión entre Piñera y Mario Kreutzberger, había preocupación en La Moneda. El replanteamiento del proyecto Bicentenario que remodelaba el Teatro Teletón podía provocar un impasse entre el animador y el Presidente.

Esa posibilidad, dicen, habría terminado por construir un pésimo escenario, en el que en menos de dos semanas el Mandatario se hubiese enfrentado con tres de los personajes más populares del país: Don Francisco, Marcelo Bielsa y Stefan Kramer.
Según los ex inquilinos de La Moneda, en los gobiernos pasados siempre se optó por no responder críticas o desaires si venían de figuras "queridas" por la opinión pública.

Por el contrario, se privilegiaba que los mandatarios aparecieran cercanos a figuras como el cantante Bono (en el caso de Ricardo Lagos) o Shakira (Michelle Bachelet).
Incluso, agregan, se evitaron conflictos con personajes de menor influencia.

La ex Presidenta, por ejemplo, se mostró indiferente cuando la modelo María Eugenia Larraín la criticó por no reunirse con el Dalai Lama, y Ricardo Lagos hizo lo mismo cuando Marco Enríquez lo cuestionó en la cinta "Los héroes fatigados".


No mostrar al Presidente como un eterno candidato

Hay imágenes del Presidente Piñera que entre los ex asesores son vistas más como actitudes de campaña que como las de un Jefe de Estado.


Como ejemplos citan el momento en que el Mandatario se subió a una moto o se disfrazó de época para el Día del Patrimonio Nacional. Según este análisis, esas actitudes se justifican en campaña porque el elector retiene la imagen del candidato, pero la misma acción realizada por el Presidente conlleva el riesgo de dañar su autoridad o llamar a bromas como el mote de "conde Vrolok", que se le inventó a Piñera cuando se disfrazó.

"Se debe recurrir a salidas de protocolo por un motivo de fondo, no porque sí nomás", dice uno de los asesores. Lagos, por ejemplo, cuando se sacó la camisa y se metió al mar en Chañaral, lo hizo porque era necesario mostrar que el gobierno había logrado descontaminar esa zona.


En la Alianza, en todo caso, destacan que las salidas de libreto son propias de Piñera y que la gente votó por él tal como es.

No hay comentarios:

Publicar un comentario