martes, 12 de enero de 2010

¡ HAY, MAMITA, LAS ENCUESTAS ! SE ARMO EL CHONGO

Nuestro querido Perú y la mayoría de los peruanos asistimos a un curioso y gracioso debate sobre las encuesta, los candidatos y demás yerbas previas a las elecciones municipales, regionales y presidenciales, tomando como punto de partida que este 2010 es eminentemente electoral.

Y en que consiste ese debate que los considerados "gurús" de las encuestadoras han puesto el grito en el cielo y los llamados principales "líderes de opinión", se rasgan las vestiduras hasta la prenda más íntima.


Un solo dato: Al Presidente del Perú, Alan García, se le ocurrió revelar de una encuesta a 27 mil personas y que el APRA está en buena posición para los comicios presidenciales, no solo para "estar en la segunda vuelta, sino que puede dar la gran sorpresa de ganar las elecciones".

Eso es todo y al toque, como un resorte, como si hubieran visto al diablo calato, salieron con la pata en alto ha comentar, lapidar y destruir aquellos que se consideran dueños de la "verdad en el Perú"; "los únicos que tienen el derecho de decir la pura verdad".

Ustedes podrán sacar sus propias conclusiones al presentarles las declaraciones del Presidente García Pérez y los comentaristas:



Alan García dice que outsider de próximas elecciones será aprista

Optimista. Confía en mejorar la relaciones con el nuevo gobierno de Chile. Además informó que maneja una macroencuesta que se habría aplicado a 27 mil personas a nivel nacional, la cual sería más exacta que los estudios conocidos.


El presidente de la República, Alan García, desborda de optimismo y en su primera entrevista del año expresó que el outsider de los próximos comicios generales será aprista y que este incluso podría pasar a la segunda vuelta electoral.

“El outsider será aprista, esa es mi idea”, refirió el mandatario en una entrevista concedida a RPP.

García sustentó su confianza en los resultados que muestran los sondeo electorales: “En todas las encuestas de intención de voto hay un vacío, una presencia oculta sin nombre que se llama Partido Aprista Peruano”.

El jefe del Estado manifestó que le gustaría que el candidato oficialista gane los próximos comicios generales, pero garantizó que el Ejecutivo actuará dentro de la neutralidad que le corresponde. “No va a haber balconazo ni se pondrán todos los ministerios a su servicio. Eso no va a pasar”, afirmó.

Alan García también descartó que Carlos Arana vaya a ser la carta del aprismo para el 2011.

Encuesta propia

En otro momento, al ser consultado sobre la evaluación que hacía de los potenciales candidatos a la presidencia, el jefe del Estado informó que manejaba una encuesta propia, la cual había sido aplicada a 27 mil personas a nivel nacional y que arrojaba resultados más exactos respecto de la intención de voto.

“Hemos hecho una encuesta que llega a 27 mil personal, las encuestas normales se aplican a 1,200 personas. Y encontramos que conforme más total es la encuesta sube un poquito el voto fujimorista. (...) Mire le estoy abriendo una carta que no debería. Igual sucede con Ollanta, que según las encuestas tiene 8%, pero tiene un poquito más. No voy a decir cuánto”, refirió García sin precisar qué empresa o cuándo se realizó el estudio (ver reacciones en la página 6).

Toledo tiene más esquina

Respecto a los puntos a favor y en contra de los aspirantes a la presidencia, el presidente consideró que la lideresa de Unidad Nacional Lourdes Flores Nano tiene muchas condiciones, pero que tal vez “frasea mal algunas cosas” y no ha manejado bien su explicación sobre su vida profesional. Mencionó también que al presentar sus propuestas para mantener el crecimiento del país “le faltó esquina” para llamarlo y decirle que quería entregarle el documento.

En ese sentido, consideró que el presidente Alejandro Toledo tenía “más esquina”, pues no dudó en buscarlo para presentarle sus planteamientos. Además dijo estar seguro de que Toledo Manrique será candidato presidencial. “Claro que se va a presentar, si no no vendría por aquí. El Perú es un imán y eso no está mal”, indicó.

Sobre Ollanta Humala dijo que lo había visto más maduro. “Me parece que está un poco de regreso de la tesis que enarbolaba en el 2006, pero todavía es amigo de hacer expresiones duras. A todos nos grita, tal vez sea el estilo militar”, refirió.

De Luis Castañeda y Keiko Fujimori dijo que tenían la condición fundamental del político: el silencio. “Lucho tiene una cierta frialdad de lejanía y Keiko administra bien su silencio”, refirió.


PERU 21

García no puede ser el gran elector

Víctor Andrés Ponce


De pronto, el escándalo de los 15 mil dólares otorgados a Fabiola de la Cuba por el Congreso se opacó y se desató otra hoguera. El presidente Alan García inició el año estrenándose como comentarista político. Respaldó sus análisis en un supuesto sondeo a 27 mil encuestados y, sobre la marcha, las encuestadoras pegaron el grito en el cielo señalando que el despropósito costaría alrededor de 150 mil dólares y preguntaron si hubo licitación pública. Lourdes Flores le pegó al jefe de Estado saboreando el regalo de enero y la Contraloría anunció que iba a investigar el tema. La declaración presidencial lanzó contra las cuerdas al régimen y el propio García puso el parche: la bendita encuesta había sido hecha por el mismo Partido Aprista.

¿Qué lecciones sacamos de la incontinencia mediática palaciega? Es frecuente escuchar en los corrillos oficiales la siguiente reflexión: Si bien el Apra no tiene demasiado juego para el 2011, el presidente García será el gran elector del proceso. Pues bien, con la llegada de este año electoral, una serie de indicios y las recientes incursiones radiales del primer mandatario nos revelan que esos murmullos parecen ser verdad. Pero estaríamos ante un gravísimo error que va a contracorriente de los avances democráticos de la última década.

En las democracias longevas, con la llegada de los calendarios electorales, el jefe de Estado no solo mantiene su lugar por encima del bien y del mal, sino que sube varios peldaños más en la política. Se olvida de la coyuntura y empieza a mirar de frente a la historia. Impulsa acuerdos políticos de largo plazo y soluciona los conflictos acumulados. Saca fuerzas de donde no existe e intenta cumplir las promesas electorales. En otras palabras, el mandatario se diviniza y se convierte en la reserva moral del país. ¿Mucho pedir para nuestras democracias tropicales y latinoamericanas?

Muy por el contrario, en las repúblicas bolivarianas, el caudillo inaugura sus propios programas televisados y radiales, organiza las correlaciones de la coyuntura, liquida a los adversarios e, inclusive, supervisa directamente la confección de afiches y polos para su siguiente reelección.

El crecimiento del mercado y el avance de la libertad son árboles que crecen contra el humo enrarecido de los escándalos congresales y que demandan un estilo presidencial moderno. Finalmente, la idea de un gran elector actuando desde el Ejecutivo ¿qué tiene que ver con nuestros sueños de grandeza? Es más, el propio jefe de Estado no puede maltratar todos los logros de su gobierno con esta extraña sensualidad mediática. En todo caso, aunque parezca mentira, un García divinizado sería uno de los mejores activos de la democracia y quizá la mejor garantía de un regreso presidencial en el 2016.

La República

La primera encuesta del 2010/2011


Por Mirko Lauer

Alan García sabe montar una provocación, y en este caso le ha salido redonda, porque el público tiene una relación ambivalente con las encuestas.

Las respetamos porque contienen cifras, las seguimos porque le dan a la política mucho de competencia deportiva, las descartamos cuando su mensaje contradice nuestras intuiciones.

Lo anterior vale el doble para los políticos, que zarandean la estadística a su gusto, con frases que van desde “El pueblo me está aprobando” hasta “No gobierno para las encuestas”, pasando por “¿Alguno de ustedes ha sido encuestado?”, “Hay un sesgo ideológico evidente” o “La verdadera encuesta es la elección misma”.

Las reacciones a la megaencuesta secreta de García han ido desde la indignación de los afectados hasta la pedagogía de los especialistas.

Alguno ha hecho notar que tantos consultados no han dado un resultado esencialmente distinto del de las encuestas públicas. Lo cual les abre a los más furiosos la posibilidad de gritar plagio.

Al apoyarse en una suma tan alta como 27,000 García ha demostrado que comparte una difundidísima falta de confianza nacional en el método estadístico. Que un puñado de ciudadanos consultados pueda revelar lo que piensan millones todavía es un misterio entre nosotros.

Un poco como los vehículos que se empezaron a mover sin ser jalados por caballos, hacia 1900.

No estamos solos. Aún circula en el mundo anglosajón la frase según la cual hay tres tipos de mentiras: “Mentiras, mentiras malditas, y las estadísticas”. Hay una variante sobre mentirosos: “Mentirosos, malditos mentirosos, y expertos”. Se alude sobre todo al poder de convencimiento de las cifras o la ciencia sobre el ciudadano común.

En tiempos electorales como ya son estos, las encuestas de intención de voto pasan por varias fases. Primero son aceptadas por una aproximación remota a un acontecimiento que se dará en un futuro remoto. Luego son cuestionadas como una distorsión de la realidad. Al final son aceptadas como una suerte de retroconfirmación de los resultados mismos.

Como estamos en la primera etapa, no se explica la furia. Los resultados de García se parecen mucho a encuestas que no enfurecen. Quizás lo que enfurece es que García esté tan metido en el tema electoral, ahora que el Apra ha aparecido en la estadística (en una encuesta PUCP-IOP), y que pretenda acceso a instrumentos que otros no tienen.

En otras circunstancias quizás muchos se hubieran alegrado de que el Presidente encargue una encuesta (no estamos afirmando que lo haya hecho), puesto que esa sería una manera adicional de escuchar la voz del pueblo, aun cuando sabemos que esa voz no cambia mucho de consulta privada a consulta privada.


LA REPUBLICA

Pitágoras del Jirón Azángaro


Por Augusto Álvarez Rodrich
alvarezrodrich@larepublica.com.pe

Encuesta RIP: ¿Confía en Alan García?: n Sí n No n NS/NO

Cada vez que Alan García vuelve a hablar de encuestas, se refuerza la preocupación creciente de si está realmente en sus cabales, o si ya decidió ponerse a lanzar barbaridades sin parar ni considerar la peligrosa consecuencia para el país de la constatación de que el presidente pueda mentir con tanta convicción como entusiasmo.

Lo volvió a hacer el domingo, en Panorama, al proclamar, ligerito nomás, como en carrera sin obstáculos, poniendo cara de gerente de Alan Opinión y Mercado o –peor aún– de Idice, que “cualquiera puede hacer encuestas”.

Y ayer, en el Estadio Nacional, continuó la danza con esta otra iniciativa lamentable: “Me parece justo que, en adelante, todo candidato o partido político o autoridad sobre la cual se haga una encuesta tenga derecho de acreditar un veedor en ese sondeo para verificar si, en efecto, se hace, cuál es el número de personas encuestadas, en dónde se hace la encuesta y de qué manera se distribuye geográficamente la encuesta”.

Es una barbaridad que, sin embargo, se agrava cuando la dice quien, precisamente, acaba de ser ampayado mintiendo de un modo tan descarado con la encuesta bamba a un supuesto universo de 27,000 entrevistados, cuya autoría ha cambiado tantas veces como él ha aparecido en público para comentarla o ha delegado dicha tarea a alguien de su partido, siendo la más asombrosa e increíble la “Red de Informática del PAP” (RIP).

Alguien de su equipo debiera contarle a este Pitágoras del Jirón Azángaro que no cualquiera hace una encuesta, pues para eso se requiere, para empezar, metodología y equipos entrenados para esa función. Es decir, que una encuesta no es salir a preguntar por la calle a ver qué nos comenta la gente, salvo que se quiera lanzar, como acaban de hacerlo, una encuesta donde la aprobación presidencial ya llegó al 50 por ciento.

El problema, sin embargo, es que su propio equipo le fomenta tonterías como que hay que romper el monopolio de las encuestadoras –¿no es que había muchas encuestas? ¿Sabe García qué es ‘monopolio?– con el aporte de enfoques novedosos. Y que, encima, estén inventando y difundiendo encuestas bamba que hasta el gerente de Idice tiene que salir a desmentir.

Lo mejor que el presidente García debiera hacer con su encuesta bamba, por su propio bien, es no volver a mentir para defenderla. Cada vez que lo hace, mella la poca credibilidad que le queda y que tanto daño le producen a él y al sistema político pues no es bueno para el país tener la sensación justificada de que su presidente miente con entusiasmo y convicción. Para empezar, podría hacerse caso a sí mismo cuando dice que “está bien mentir pero no tanto”.

LA REPUBLICA

Alan Opinión y Mercado S.A.


Por Augusto Álvarez Rodrich

El riesgo de un presidente que miente con tanta franqueza.

Lo más peligroso del sainete alrededor de la supuesta encuesta aprista es la constatación –por la explicación tan contradictoria como disparatada– de que el presidente de la República miente para justificarse y cree que gobierna un país de tontos que aceptarán cualquier cosa que a él se le ocurra y repita la corte adulona que lo rodea.

“Hemos hecho una encuesta que llega a 27 mil personas, las encuestas normales se aplican a 1,200 personas”, dijo García el sábado. Las críticas que justificadamente surgieron después de la revelación de su ‘anormal encuesta’ se dirigieron a indagar por lo absurdo de un universo tan exagerado, además de conocer quién hizo el sondeo, quién lo pagó –el Estado o un privado rompón–, y la legitimidad de que el gobierno pudiera usar recursos públicos para satisfacer una curiosidad privada.

La respuesta del gobierno empezó anteayer con una intervención radial del ex premier Jorge del Castillo con el tono de ‘mayormente desconozco’ y sazonada con insinuaciones sin duda inaceptables contra las encuestadoras, pero alcanzó su momento central ayer por la mañana cuando el presidente García volvió a las ondas radiales para justificar su encuesta.

Su explicación fue un firulete propio de Cantinflas que sería muy gracioso si no fuera el presidente de la República. Junto con las cada vez más frecuentes expresiones de intolerancia nerviosa que exhibe el jefe de Estado, señaló que la encuesta de 27 mil entrevistados la hizo “la Red Informática del Apra” sin costarle un centavo al Estado pues se usó la organización partidaria con 830 locales a nivel nacional. Va pa´la peña García.

Cualquier encuestador serio o un profesor de estadística básica podría explicar que lo que está sosteniendo el presidente carece de fundamento, con la excepción de la encuestadora Idice –tradicionalmente vinculada al Apra–, que ayer ofreció unas declaraciones tan confusas como contradictorias con la explicación dada por el presidente García.

Acá lo evidente es que el jefe de Estado mintió el sábado cuando soltó lo de su encuesta o mintió el martes cuando quiso explicarse. O en las dos oportunidades. Ahora ya no es claro si la encuesta realmente existe, si el presidente estaba ‘faroleando’ con su universo de encuestados, o si se usaron recursos públicos como los de las encuestas regulares que aplica el Estado.

Lo único cierto es el peligro que representa un presidente con voluntad de mentir con tanta franqueza durante el tramo final de un gobierno al que en general le ha ido bien pero que puede desbarrancarse por su ambición política desmedida, y por la megalomanía de su líder, a quien nadie en su corte se atreve a decirle que el rey está desnudo.


EL COMERCIO

A PERVERSA ESTADÍSTICA

Alienten a los compañeros

Por: Fernando Vivas Periodista

Sí creo que Alan García y el Apra encargaron una encuesta y que la hizo Idice, aunque su dueño Víctor Díaz dice que no. Pero se ha contradicho tanto, que su balbuceo otorga.

Los compañeros querían tomar el pulso nacional, a ver si nos hemos vuelto alérgicos o adictos al aprismo, a ver si cuando la alternancia democrática nos prive del compañero Alan el síndrome de abstinencia nos hace pedir a gritos aunque sea una dosis del compañero Javier Velásquez Quesquén, quien, por eso, alcanza un expectante 8% en ese sondeo, según reveló “La República” el 10/1/10.

Y creo, aunque no está demás investigar, que el estudio se ha financiado sin echar mano al erario nacional porque ahí sí que se armaba la grande. También creo que se hizo para consumo interno, sin prever que el compañero presidente se iría de boca en RPP. O sea, no creo que el aprismo pretenda, en el país de las encuestas, engañar a nadie con cifras de Idice, empresa desterrada de la Asociación Peruana de Empresas de Investigación de Mercados, sino engañarse románticamente a sí mismos.

Esta no sería una encuesta bamba, sino mística. Ni los 27 mil encuestados ni el 27% que cree que el Apra sí tiene chance en el 2011 ni el 8% que votaría por JVQ se ajustan a la metodología y a las proyecciones realistas de otras encuestas serias e independientes. Pero sí se ajustan a la mística de un gran partido que, en su último tramo de gobierno, necesita convencerse de que vale la pena pelear por la sucesión que otros sondeos alejan de su horizonte. Y el compañero Díaz, al ritmo de La Marsellesa, podría haber leído las cifras de tal modo que vea lo que ni Apoyo ni la PUCP ni la Universidad de Lima vieron. Y el compañero García se animó a hacer públicas algunas generalidades para, de paso que compartía la mística del partido con el pueblo, lanzar puyas a quienes lo miden hasta el hartazgo.

Y me atrevo a sugerir otra hipótesis: el engaño podría ser menos místico y más concreto e íntimo. Quizá algunos compañeros alentaron a Díaz a presentarle a García resultados auspiciosos como para que este se convenza de las posibilidades de sucesión aprista y deje de prometer a diestra y siniestra que no habrá farra electoral y que no cargará al ganador del 2011, cualquiera que sea, con el bulto del copamiento estatal.

A Fujimori le gustaban los focus groups y Montesinos le preparaba con Saúl Mankevich unos con truco para alentarlo a la reelección. No me extrañaría que García sea alentado, con cifras trucadas, a chambear para el partido y no para el país.



PALABRA DE NUESTRO BLOG:

Así han podido comprobar los dimes y diretes, las opiniones encontradas acerca de la famosa encuesta que, sin lugar a dudas, ha sacado roncha, ha sacado pica y ha provocado que todos, es decir todos, contra la encuesta revelada por el Presidente García.

Por siacaso, es conveniente preguntarnos ¿Qué pasa si es cierto? ¿Qué pasa si los peruanos quieren respaldar al APRA?

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