jueves, 7 de enero de 2010

FRUSTRADO ATENTADO CONTRA USA

Una serie de reacciones han provocado el fallido atentado contra un avión en los Estados Unidos. Las críticas del propio presidente Obama y los observadores polìticos colocan al servicio de inteligencia norteamericana en la mira de sus más reciente acciones para evitar este tipo de situación complejas y delicadas.


Razón más que suficiente para evaluar qué paso en este frustrado atentado:




Obama anunció nuevas medidas en el sistema de seguridad aéreo

Tras una reunión con sus secretarios Clinton, Gates y Napolitano; el presidente norteamericano sostuvo que los fallos en los sistemas de inteligencia "no son aceptables ni tolerables"; habrá nuevas medidas para revisar pasajeros; según The New York Times , hubo alerta de atentado cuando asumió la presidencia


WASHINGTON.- El presidente de EE.UU., Barack Obama, dijo hoy que el reciente atentado fallido en un vuelo con destino a Detroit el día de Navidad puso de manifiesto que los sistemas de seguridad del país fallaron de forma "potencialmente desastrosa".

Obama afirmó, en declaraciones en la Casa Blanca, que los fallos en los sistemas de inteligencia "no son aceptables" y subrayó que no los tolerará.

Tras la reunión que mantuvo con 20 altos funcionarios de su Administración entre ellos la secretaria de Estado, Hillary Clinton, el secretario de Defensa Robert Gates y la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, Obama aseguró que la comunidad de inteligencia tenía suficiente información para haber detectado y "potencialmente" desarticulado el atentado fallido protagonizado por un joven nigeriano de 23 años, Umar Farouk Abdulmutallab, que portaba explosivos adheridos a su ropa interior.

"Los fallos en los sistemas de inteligencia no son aceptables y se tolerarán. La comunidad de inteligencia fracasó a la hora de vincular todos los datos", insistió hoy Obama, que ha pedido a los miembros de su gobierno que completen la revisión que encargó de los sistemas de detección en los aeropuertos y las listas de vigilancia de terroristas esta misma semana.

Cambios en el sistema.

Tras las nuevas medidas a implementarse, los pasajeros que arriben a Estados Unidos padecerán más chequeos con mejor tecnología, que incluso detectará artefactos explosivos más sofisticados.

En tanto, la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA en inglés) envió el domingo a las aerolíneas nuevas reglas de seguridad que entraron en vigencia el lunes y que exigen que los pasajeros con destino a Estados Unidos, que inicien su viaje o hagan escala en Cuba, Irán, Sudán, Siria, Afganistán, Argelia, Irak, Líbano, Libia, Nigeria, Pakistán, Arabia Saudí, Somalia y Yemen, sean sometidos a revisiones de cuerpo completo.

"Tenemos que mejorar y mejoraremos y tenemos que hacerlo rápidamente", insistió Obama. El presidente reiteró, por lo demás, su intención de cerrar el penal de Guantánamo, aunque señaló, en línea con lo adelantado ya por el portavoz presidencial, Robert Gibbs, que se suspenderá de momento el envío de prisioneros yemeníes al país árabe.

Obama ha atribuido la trama del atentado fallido a la filial de Al Qaeda en Yemen.

En la actualidad hay unos 90 yemeníes en Guantánamo y se preveía que alrededor de la mitad fueran transferidos a su país de origen, planes que por el momento quedaron cancelados.

Cambios en el sistema. Tras las nuevas medidas a implementarse, los pasajeros que arriben a Estados Unidos padecerán más chequeos con mejor tecnología, que incluso detectará artefactos explosivos más sofisticados.

En tanto, la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA en inglés) envió el domingo a las aerolíneas nuevas reglas de seguridad que entraron en vigencia el lunes y que exigen que los pasajeros con destino a Estados Unidos, que inicien su viaje o hagan escala en Cuba, Irán, Sudán, Siria, Afganistán, Argelia, Irak, Líbano, Libia, Nigeria, Pakistán, Arabia Saudí, Somalia y Yemen, sean sometidos a revisiones de cuerpo completo.

"Tenemos que mejorar y mejoraremos y tenemos que hacerlo rápidamente", insistió Obama. El presidente reiteró, por lo demás, su intención de cerrar el penal de Guantánamo, aunque señaló, en línea con lo adelantado ya por el portavoz presidencial, Robert Gibbs, que se suspenderá de momento el envío de prisioneros yemeníes al país árabe.

Obama ha atribuido la trama del atentado fallido a la filial de Al Qaeda en Yemen. En la actualidad hay unos 90 yemeníes en Guantánamo y se preveía que alrededor de la mitad fueran transferidos a su país de origen, planes que por el momento quedaron cancelados.

Aviso de atentado. A pocos días de que se cumpla un año de la presidencia de Barack Obama, se dio a conocer la noticia que los servicios secretos estadounidenses temieron que se cometiera un atentado en la ceremonia de su asunción, según escribió hoy el diario The New York Times .

Las fuentes de seguridad indicaron que al conocerse la amenaza se decidió trasladar al secretario de Defensa, Robert Gates, a Virginia. En caso de un atentado, Gates era considerado el más capacitado para asumir el cargo institucional ante una emergencia y por eso estuvo ausente en el acto de asunción.

En un artículo titulado "La guerra de Obama al terrorismo" se asegura que en vísperas de la asunción del mandatario, el 20 de enero de 2009, los responsables de los servicios de seguridad del presidente George W. Bush se reunieron con los asesores principales de Obama, entre ellos Hillary Clinton y John Brennan.

Obama fue informado de las versiones consideradas "serias y atendibles" sobre un atentado en Washington de parte de grupos somalíes extremistas que ingresaron supuestamente al país desde la frontera con Canadá. El mandatario decidió suspender la "prueba general" prevista.

"Todos los datos recogidos por nosotros indicaban que la amenaza era real y que se estaba desarrollando rápidamente", declaró Juan Carlos Zárate, entonces viceasesor para la Seguridad del presidente Bush.

En esa ocasión fue Hillary Clinton quien "puso el dedo en la llaga" de la cuestión al preguntar a los responsables de la seguridad para el caso de ataque: "¿El servicio secreto piensa alejar (al presidente) del podio de modo que el pueblo norteamericano pueda ver al presidente entrante desaparecer en medio de su discurso inaugural? No creo que sea el caso".


¿Inteligencia?


NORMAN BIRNBAUM 08/01/2010



El Gobierno de Obama está recibiendo serias críticas por no haber evitado que el joven nigeriano que intentó cometer un atentado el día de Navidad volase a Estados Unidos.

Parece que algunos creen que el Reino de los Países Bajos se ha incorporado recientemente a nuestro país como el Estado número 51 y que el aeropuerto de Ámsterdam está, como el de Boston y el de Chicago, bajo el control directo del Gobierno de Washington.

Su etnocentrismo es significativo. La indignación por el fallo refleja una idea persistente entre los estadounidenses: si no somos invulnerables a las desgracias que padecen otras naciones, deberíamos serlo.


Un juez rechazó la petición del FBI de intervenir el teléfono de uno de los que después serían autores de los atentados, con el argumento de que estaba constantemente solicitando autorizaciones para escuchas sin una base sólida.

El propio presidente Bush dijo a su consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, que estaba harto de oír hablar de las amenazas de Al Qaeda y no quería saber más.

Esa combinación de complacencia arrogante e ineptitud administrativa tiene precedentes históricos en Estados Unidos. Antes de la Guerra de Secesión, los sureños que se encontraban en el Gobierno nacional concentraron deliberadamente recursos militares en los Estados que posteriormente se rebelaron. El norte no hizo nada para impedirlo.

En 1941, Estados Unidos esperaba un ataque japonés, pero no en nuestro bastión en el Pacífico, Pearl Harbor.

El FBI interceptó llamadas telefónicas de Japón a su consulado en Honolulú en las que se preguntaba por los fondeaderos de los buques de guerra norteamericanos, pero no dijo nada a la Marina.

El responsable de inteligencia de la flota del Pacífico informó a su almirante dos días antes del ataque de que había perdido la pista de las naves japonesas.

El almirante respondió: "¿Quiere decir que podrían rodear Diamond Head en cualquier momento?" (Diamond Head está justo al lado de Pearl Harbor). Unas horas antes del ataque, un buque estadounidense hundió un submarino japonés que intentaba entrar en el puerto, pero no envió el informe correspondiente al mando.

Una hora antes de que llegaran los aviones japoneses, un radar norteamericano detectó unos aparatos que venían del noroeste, pero se interpretó que eran aviones estadounidenses procedentes de California, es decir, del nordeste.

Los almirantes no enviaron ninguna patrulla hacia el noroeste. Explicaron que consideraban inconcebible un ataque contra su cuartel general. Por lo visto, todo el mundo lo consideraba así.

La ineptitud organizativa y la falta de criterio mostradas en Pearl Harbor no son un rasgo exclusivo de los estadounidenses. En la crisis de 1914, los ministerios de Exteriores y de la Guerra británicos, franceses y rusos ignoraron las intenciones alemanas. Nadie estaba preparado (a pesar de la Guerra de Secesión norteamericana y la guerra franco-prusiana) para el infierno tecnológico que se desencadenó.

Durante la crisis checa de 1938, franceses y británicos no supieron que los generales alemanes estaban planeando un golpe en caso de que Hitler iniciase una guerra que ellos consideraban prematura. Las potencias occidentales se vieron sorprendidas por el pacto germano-soviético de 1939, a pesar de los indicios, desde hacía meses, que anunciaban tal posibilidad.

En la guerra, los generales franceses no podían imaginarse que Alemania iba a atacar el nordeste de Francia. En 1940, los alemanes no previeron la eficacia de la defensa aérea británica, y abandonaron los bombardeos de los aeródromos británicos cuando estaban a punto de acabar con ella.

En 1941, Stalin desoyó el aviso urgente de Churchill y de sus propios generales de que era inminente un ataque alemán. El ejército alemán no estaba preparado para la guerra en el invierno ruso, a pesar de la experiencia de Napoleón. Los generales estadounidenses le dijeron a Roosevelt que la URSS estaba a punto de desintegrarse. Y tres años más tarde, en plena guerra en Europa, no previeron la ofensiva alemana de invierno en las Ardenas.

El mundo de la posguerra, a partir de 1945, estuvo lleno de errores similares en todas partes. Algunos fueron errores de juicio político fundamental, otros se debieron a una ignorancia consumada, otros a los conflictos internos y a una contraproducente división del trabajo en el aparato militar y político. Muchas de las cosas que intentó Estados Unidos fracasaron.

Hubo operaciones militares y campañas encubiertas que se encontraron con una resistencia enconada. Israel, que en teoría vive gracias a un ingenio superdesarrollado, ha pasado de la victoria militar a la derrota política por sus propios medios y a toda velocidad. Las incursiones soviéticas en Checoslovaquia en 1968 y Afganistán en 1979 fueron catástrofes políticas.

La obsesiva demanda de más fuerza por parte de los unilateralistas estadounidenses provoca el cansancio en una población como la norteamericana, poco dada a la reflexión crítica. Sin embargo, nada interrumpe la espiral durante mucho tiempo.

La certidumbre de fin de milenio de los estadounidenses y el recelo de Europa, el orgullo nacional y la falta de seguridad histórica, el consenso democrático y la ficción tiránica, el entusiasmo militar y el pacifismo huraño, se enfrentan sin cesar.

Con frecuencia, la rivalidad deja paso a una unión nefasta de opuestos ideológicos. Oriente y Occidente, Norte y Sur, la geopolítica, en apariencia gestionada con un realismo desilusionado, está inextricablemente unida a la distorsión cognitiva y la deformación psicológica.

Los burócratas, oficiales y políticos teóricamente al mando se ven una y otra vez abrumados por unas circunstancias que no pueden dominar y que han provocado ellos mismos de manera involuntaria. No está claro por qué se dice que lo que hacen es una reacción a la "inteligencia" obtenida. La inteligencia, en el sentido literal del término, que nuestras clases dirigentes puedan poseer, sigue siendo un bien muy escaso. Alguien debería ser lo bastante inteligente como para pensar en ello.

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