martes, 15 de diciembre de 2009

LECCION DE VIDA: ISAAC HITES

Esta comprobado que las leyendas y mitos la construimos los propios seres humanos, sea cual sea su condición, raza, color y lugar de nacimiento.


La magia o el hechizo de los grandes hombres y espléndidas mujeres nacen del azar, de las circunstancias y de la gran tenacidad que les permitió escribir su gran lección de vida tal como nos narra el empresario chileno, Isaac Hites:





Isaac Hites

Las confesiones de un rey del retail

Partió vendiendo telas y hoy está sentado en un imperio. En esta entrevista, por primera vez cuenta su historia de emprendimiento, habla del distanciamiento con su hermano y de los episodios que lo han marcado.


Sentado frente a un elegante escritorio antiguo con aplicaciones doradas que importó desde Francia, rodeado de varios cuadros de Mario Carreño, en una sencilla oficina del centro de Santiago, Isaac Hites Averbuck, fundador junto a su hermano Álex de las multitiendas Hites, levanta el brazo y cierra el puño.

-Jamás he gastado plata en cosas que no las valen, dice.

Se levanta de la silla y modela el terno negro que viste este lunes 7 de diciembre al medio día. Un lunes que prácticamente todo Santiago se tomó sándwich pero que él prefirió pasar, a los 77 años, como todos los días, en su oficina de Inversiones Inversara, que comparte con sus hijos Jaime y Andrés.

Abre la chaqueta y se sujeta los suspensores.

-Este es un terno muy fino. Me lo puse especialmente para recibirla a usted. Lo compré en una liquidación de Falabella a $18.800. Me compré diez ternos.

-¿Isaac Hites compra ropa en Falabella?

-Sí, también me compro zapatos en el Líder y en Hites. Y a mis hijos les he enseñado lo mismo, que compren donde las cosas tienen buenos precios.

Comprar barato, vender caro, Isaac Hites, lo lleva en la sangre. Aprendió ayudando a su padre,un inmigrante ruso judío, a vender telas. Vivían en la calle Teniente Ponce 1960,a la altura del 34 de Independencia.

-Era un lugar bastante pobre. No era la Plaza Italia ni ninguno de esos lados.

Su padre enfermó de várices y él y su hermano tuvieron que salir a las calles a vender las telas a plazo. Con 11 años, Isaac Hites decidió dejar para siempre sus estudios en el Liceo Valentín Letelier y dedicarse a los negocios.

-Para mí levantarme para ir al colegio era terrible. Lo que me gustaba era trabajar. No me arrepiento, pero me ha hecho mucha falta no haber aprendido idiomas, matemáticas como corresponde. Pero la vida sigue su marcha y de alguna manera, con los años, con El Mercurio, con Las Últimas Noticias, con los diarios, uno se va cultivando un poco, pero nunca me ha reemplazado lo que le ha reemplazado la cultura a las personas que han estudiado profesiones.

Isaac Hites también compraba y vendía autos. Compraba las plumas de las lapiceras por gruesas (144 piezas) y las vendía por media docena.Vendía lo que viniera.

En 1947 los hermanos Hites dejaron la calle para instalarse en un local de la calle 21 de Mayo.

-La tienda era más chica que esto, dice mostrando su oficina.- Y llegamos a ser los más grandes vendedores de artefactos de Chile. Y nos empezó a ir bien. Tremendamente bien.

Hoy Isaac Hites está sentado en un imperio del retail. Comparte la propiedad en partes iguales con su hermano Álex en Empresas Hites, la multitienda enfocada en el segmento C3D, que hoy tiene 12 tiendas, 400 mil tarjetas de crédito y que acaba de abrirse a la bolsa. Vendieron casi el 30% de la propiedad en 43 millones de dólares con planes para duplicar el tamaño de la compañía, instalar 10 nuevas tiendas a lo largo de Chile e incorporar 400 mil tarjetas más.

Pero Isaac Hites ya no se mete en el negocio de las multitiendas; eso lo hacen sus hijos, que, a su vez, se entienden con los hijos de su hermano Álex con quien no se lleva bien. Isaac dedica su tiempo al negocio inmobiliario, a comprar edificios y arrendarlos.

A eso, y a comprar -pero jamás vender- cuadros y antigüedades. Es dueño de una colección de más de mil cuadros de pintura chilena que incluye obras de artistas como Pedro Lira, Juan Francisco González, Pedro Luna, Alfredo Valenzuela Puelma, Thomas Somerscales. Son tantos, que no le caben en su casa y los tiene repartidos en las de sus hijos, en su oficina y en bodegas.

-Ese es mi vicio, dice.

El arte y masticar tabaco.

Abre una bolsa que tiene sobre su escritorio y ofrece.

Recuerda sus inicios.

-Empecé a trabajar fuerte cuando era niño, pero antes todo era mucho más difícil. Ahora una persona se consigue una buena pega y vive bien, pero antes no era así; Chile era un país pobre, hoy Chile es un país rico, hay muchas oportunidades para la gente.

-A quién le atribuye este cambio, ¿a los políticos, a los empresarios?

-Todos hemos colaborado, los partidos, los empresarios,porque esta no es una varita mágica que tocó a Chile y lo levantó sino que hemos sido todos los chilenos los que nos quisimos levantar. Hoy gran parte de los puestos de trabajo son con dignidad. Una empleada doméstica no es la china de la casa, es la asesora del hogar, y tampoco se le paga un sueldo mísero. La gente de la construcción igual. Yo he recorrido gran parte del mundo y creo que Chile es un gran, gran país.

-¿Quién es su candidato en estas elecciones?

-Se los regalo todos. No me gusta ninguno.

-¿Vota nulo, entonces?

-A lo mejor, pero no es seguro. Nunca me ha gustado la política, nunca. He visto que cualquiera de los candidatos que han salido, algo han hecho por el país. Pero así como simpatía, le tengo al ME-O, pero me da lo mismo quién salga. No soy de ninguna tendencia política y lo que a mi me interesa es que la gente no pase hambre ni frío y que sus hijos puedan estudiar porque eso es lo que ha dado al país ese crecimiento tan lindo que ha tenido.

SU GRAN PENA

-¿Ha sido más condescendiente con sus hijos después de la historia de trabajo dura que vivió usted?

-Naturalmente.

Se pone serio.

-Con mi primera esposa -Gaby Weber- tuve a Jaime y a Shendale,lamentablemente ella falleció en el parto. Era muy linda, allá arriba tengo una foto de ella, dice apuntando a un retrato en blanco y negro sobre un estante.

-Y mi hija...

Isaac Hites toma un pequeñísimo portarretrato plateado que tiene sobre su escritorio, lo mira y lo besa.

-Mi hija (Shendale) murió a los ocho años de un cáncer, dice conteniendo las lágrimas. Cada vez que me acuerdo, soy como Magdalena.

-¿Cómo salió adelante tan joven, viudo con un niño y una guagua recién nacida?

-Con las amigas de mi mujer que fueron maravillosas. Cuando falleció Gaby ella tenía amigas con hijos y ellas se encargaron de darle la alimentación en forma directa los primeros seis meses.

-La amamantaban.

-Eso. Es la parte que a uno le pega fuerte en la vida. Fue terrible.

Tres años más tarde se casó con Nelly Moscovich con quien tuvo otros tres hijos: Andrés que al igual que Jaime, el mayor, trabaja con él, y Poli y Claudia.

Pronto cumplirán 50 años de casados.

-Cincuenta años en que me aguanta ella y la aguanto yo.

-¿Qué cosas tiene que aguantarle ella a usted?

-Los hombres somos fregados. Y convivir 50 años con una persona tiene sus vicios y sus virtudes. El amor está sellado, pero a veces peleamos por nada, por estupideces, tonteras, por hablar algo a veces. Y me manda a la oficina. Yo no me quedo en la casa, tengo una excelente salud y estoy todos los días en la oficina. Formamos la empresa Hites con mi hermano y a mí lo que siempre me ha gustado es la parte comercial.

-¿Cómo ha logrado tener éxito en sociedad con su hermano Álex cuando es públicamente sabido que no se llevan bien?

-No nos llevamos en algún momento muy bien, pero no tenemos problemas.

-Tienen que negociar cosas.

-No. Lo hacen mis hijos y los hijos de él. Los problemas son cuando repercuten en las empresas y para nosotros los negocios son sagrados. Empresas Hites ha ganado mucho, mucho dinero, se ha expandido con propiedades que son nuestras. A nosotros nos ha ido siempre bien, muchas veces muy bien, otras veces bien. Lo más duro para nosotros ha sido esta crisis, han bajado mucho las ventas, ha existido una tremenda competencia que hace bajar más las rentabilidades.Pero nos está yendo relativamente bien.

-¿Es trabajólico?

-Tremendo.

-¿Le gustaría convertirse en un Horst Paulmann?

-Admiro mucho a Horst Paulmann, sé que es un tremendo comerciante, pero yo no soy ambicioso en ese sentido, no tengo celos de nadie, felicito al que le va bien y si le va mejor que a mí, mejor todavía. Si yo no he crecido como Paulmann, es porque no tenemos la capacidad que tiene él u otros millonarios. Nosotros somos felices como somos, la envidia no la conozco, solamente cuando un amigo anda con una mujer muy linda me da envidia no andarla trayendo yo en el brazo, dice riendo.

-Diez años atrás tuvieron un diario, El Metropolitano, que financieramente no tuvo éxito, que vendieron y finalmente desapareció. ¿Cómo recuerda esa aventura empresarial hoy?

- El Metropolitano desgraciadamente fue una empresa en la cual participó mi hermano, mi sobrino y el gerente general que había en ese tiempo (Patricio Ulloa) y él los embaucó para que se metieran en El Metropolitano.

-¿Y usted?

-Jamás quise que se hiciera El Metropolitano. Nunca, jamás lo quise. Yo siempre me medía y decía: tengo sexta preparatoria, no sé leer bien porque siempre he tenido mala la vista. Si no sé ni leer, para qué quiero yo tener un diario. Y yo siempre me opuse y ese diario se prestó para que le hicieran una estafa a Empresas Hites. Esa fue una estafa en la que perdimos muchísima plata.

-¿Cuánta?

-Muchísima. Se robaron dinero. Vendían avisos y se quedaban con la plata de los avisos. Había un desorden tremendo, había gente contratada que no valía nada, que ni siquiera trabajaba en la empresa. Fue una cosa bastante dura para mí personalmente, pero felizmente se salió,se perdió plata y seguimos adelante.

-¿Fue lo que marcó el distanciamiento con su hermano?

-En ese momento casi sí, o sea no era distanciamiento en el sentido de que yo me voy con mis cosas, sino que estábamos peleados. Tuvimos muchas diferencias y yo luché mucho para deshacernos de El Metropolitano porque nos estaba comiendo vivos. Habían montando una máquina muy linda, muy bonita.

-Se decía que El Metropolitano, al ser un diario enfocado en el grupo ABC1, era una herramienta para subirle el pelo a Hites, que estaba enfocada en los sectores populares. Que era un diario aspiracional.

-Esa era la idea que nos vendía, tal como usted lo está diciendo, Patricio Ulloa. Naturalmente eso le costó la salida de la empresa y después seguimos con las tiendas como estuvimos siempre.

-El año pasado usted fue estafado por su secretaria, Sandra Aguilera Muñoz, por más de 600 millones. Ella era la hija de su personal trainer, quien tras saber del robo se suicidó.Con esto y lo de Ulloa y El Metropolitano, ¿ha pecado de exceso de confianza con la gente con que trabaja?

-Siempre he sido muy confiado, con el señor Ulloa, con esta niñita, con todo el mundo. Usted acaba de ver que me trajeron papeles para firmar. Recién firmé como 100 millones de pesos en dos documentos. Le pregunto a la niña lo que es y firmo, aunque generalmente tiene que venir confirmado por alguno de mis hijos. Soy tremendamente confiado. Imagine, esa niñita fue la mejor secretaria que he tenido, rápida, limpia para hacer las cosas. De lo menos que me iba a preocupar era que la hija que me mandó mi amigo, mi profesor de gimnasia, el gallo que lucha para que yo esté bien, que tenga buena salud, me iba a robar.

Isaac Hites se enteró por el jefe de seguridad, que sospechaba cuando la veía llegar elegantemente vestida, oliendo a perfumes caros, manejando un auto de más de veinte millones de pesos.

-Debe tener un lacho, un amante, un viejo, pensé yo. Al principio no le quisimos dar crédito. La investigaron y supieron que se compró dos casas: una para ella, otra para su madre, diez autos, para todos sus familiares, cuatro camiones para que trabajaran los pololos de sus hermanas. Se hizo una cirugía estética en la clínica de Farellones del doctor Héctor Valdés y para un 18 de Septiembre viajó junto a su madre a Italia. Quería conocer Roma.

-¡Y en primera clase! Yo no viajo en primera, lo habré hecho 4 o 5 veces, pero a mí me gusta irme en perraje.

-¿Es apretado? Viaja en económica, compra en liquidaciones...

-Como gasto para mí mismo, soy apretado, pero me gusta vivir bien. Vivo como pashá en una casa maravillosa con jardines.Somos gozadores. Mis hijos también viven en casas maravillosas, en verdaderos palacetes.

-¿No le asusta que la tercera generación se gaste toda la fortuna que usted empezó?

-Ya es cosa de ellos, yo estoy feliz de la forma en que vivo.

-Ahora que su empresa entró a la Bolsa, a las grandes ligas, ¿cómo le gustaría ser recordado?

-De la misma forma en que hemos sido siempre, honrados. Antes de morir, mi padre me dijo te quiero dejar el testamento; yo plata no te dejo ningún centavo, pero sí te dejo un nombre, cuídalo. Al rato falleció. Eso es lo que hemos cuidado, el nombre, dice.

Otra vez está al borde de las lágrimas.

1 comentario:

  1. Por casualidad encontré esta entrevista. Yo lo conozco soy amiga de uno de sus hijos. Al leer fue como si estuviéramos conversando. El es un hombre encantador, sencillo muy buen padre.

    ResponderEliminar