jueves, 5 de agosto de 2010

PARA ASESORES EN EL PODER

Una de las mayores inquietudes de nuestro blog, por no decir el único, es de brindar mayor información, precisa y sobre todo de especialistas, dedicada ha tener información de cómo se actúa en el PODER, cómo se administra y se instruye en el PODER.

Es una inquietud que en cada una de nuestras entregas nos conduce a mejorar, perfeccionar y de manera especial a formarnos como excelentes ASESORES DE IMAGEN.

Es así que es absolutamente conveniente, como lectura obligada, los pasos que da la principal asesora del Presidente de Chile, Sebastían Piñera. Los dejó con el texto y por supuesto que espero sus comentarios:



María Luisa Brahm, la principal asesora de Sebastián Piñera:
"Ante el Presidente siempre hay que llegar con algo escrito, él trabaja a través de minutas"

El Mandatario dijo antes de asumir que ella sería "sus ojos y sus oídos". Hoy, la jefa de asesores de La Moneda está presente en todas las reuniones con los ministros y entra varias veces al día a su despacho. Aquí, ella habla en exclusiva de su rol, del estilo presidencial y de su visión crítica de los equipos que la precedieron en el segundo piso.

Gabriel Pardo
De ella se ha dicho que es "el brazo derecho" del Presidente. Se ha escrito que es "su asesora clave". Se ha rumoreado que es "la persona en la que más confía el Mandatario en La Moneda".

María Luisa Brahm (abogada, ex directora del Instituto Libertad) conoce a Sebastián Piñera hace más de 20 años. Formó parte de su directiva en RN. Lo asesoró siendo senador. Estuvo junto a él en la campaña presidencial de 2005. Y durante el proceso que lo llevó a calzarse finalmente la banda ella fue una de las principales coordinadoras de los grupos Tantauco, lideró el equipo de instalación, fue su sempiterna consejera.

De hecho, cuando Sebastián Piñera hizo su primera reunión con todos los ministros -todavía como Presidente electo- una de las primeras cosas que les comunicó es que Brahm sería "sus ojos y sus oídos".

De pronto se abren las puertas del despacho del jefe de asesores de La Moneda y aparece ella. Es la mandamás del llamado Segundo Piso, un grupo de asesores muy cercano al Mandatario que se ha hecho famoso en las últimas administraciones por su gran influencia. También por su extrema reserva. Y por no dar una sola entrevista.

Pero Brahm, como queriendo marcar una diferencia, aparece sonriendo y lo primero que dice es "¿qué quieren saber?... yo les voy mostrando". Y aclara que una de sus principales labores es el seguimiento de las políticas públicas, "que se cumplan las metas del programa de Gobierno del Presidente". Aunque lo conoce hace 20 años, actualmente lo trata de "usted".

Se mueve enérgica y habla rápido -al estilo Piñera- camino a su escritorio. Hay carpetas por todos lados. "Aquí hay por temas: Derechos Humanos, Contraloría, Regiones, Obras Bicentenario, Empresas públicas, etc. Son las que tienen más movimiento".

Levanta la vista y muestra una mesa. "Allá están las carpetas de las reuniones bilaterales con los ministros". Y con la mano toma otro texto. "Aquí están en color verde las metas ya cumplidas; en amarillo las que están en proceso; en naranjo las que tienen plazo a punto de vencerse; y en rojo lo que todavía no se cumple". Así es con cada ministerio.

Y, orgullosa del trabajo que están haciendo, continúa: "Sobre cada proyecto o meta sabemos exactamente cuándo se originó, cuál es el compromiso, la fecha de vencimiento y el estado en que se encuentra".

Brahm antes no usaba celular. Hoy tiene dos. Y todos los días está a las 7.30 horas en La Moneda. Nunca se va de ahí antes de las 21 horas. "Éste es el trabajo más duro que he tenido en mi vida, pero estoy contenta", dice.

-¿Cómo es su relación cotidiana con el Presidente Piñera?

-Tengo una relación diaria con él. Por lo menos nos reunimos una vez al día, pero por lo general varias veces. La relación que tenemos es personal y directa. Pero además es a través de minutas. De papeles escritos. Porque el Presidente es muy de lectura. Ante el Presidente tienes que llegar con un documento escrito, él trabaja a través de minutas. En las instrucciones que les mandé a los ministros para las reuniones bilaterales decía que debían tener a lo menos una versión impresa para el Presidente porque él siempre va a tomar su regla, su lápiz -azul y rojo- y va a subrayar. Además, es una forma de asumir responsabilidad sobre los contenidos. Todos los documentos van con autor y fecha.

-Se dice que usted está en todas la reuniones que Piñera tiene con sus ministros.

-En las reuniones en las que hay ministros yo siempre estoy presente. De hecho, a mí el Presidente me empoderó mucho antes de asumir, en la primera reunión general con los ministros. Entonces dijo: "Les presento a María Luisa Brahm. Ella pudo ser ministra como cualquiera de ustedes, pero ha aceptado ayudar desde el Segundo piso. Ella será mis oídos y mis ojos... no mi voz (se ríe). Pero lo que ella pide en mi nombre, lo pido yo. Y les va a enseñar en este momento". Ahí me dio la palabra y yo transmití dos horas sobre cómo navegar en el sector público. En el fondo, el Presidente me empodera como uno más de ellos.

La abogada se detiene. Y comienza a explicar el "rito" de las reuniones bilaterales de los ministros con el Presidente. Antes de esos encuentros, el Segundo piso se reúne con el titular de la cartera o con sus asesores y preparan una minuta. Esa minuta se le entrega al Presidente y el ministro, por su parte, debe llegar con propuestas concretas. El Mandatario se reúne por lo menos dos veces al mes con cada ministro. Y los encuentros pueden durar varias horas.

-¿Cuál es el rol del segundo piso tras esas reuniones?

-A partir de esas reuniones aparecen los compromisos. Lo que nosotros hacemos es llamar (hace el gesto con la mano de tomar el teléfono) y decir 'ministro, usted se comprometió con esto, faltan 3 semanas, ¿cómo estamos?'. En el fondo, nuestro rol es de colaboración. Tratamos de que el Presidente pueda cumplir con su programa de gobierno -con los énfasis del 21 de mayo- en el tiempo oportuno. Nosotros no competimos con los ministerios, ni los duplicamos. Los apoyamos. A míme encanta que los ministros consideren que yo soy un camino para llegar al Presidente.

-¿Y cómo es su relación con ellos?

-La relación con los ministros es directa y fluida conmigo. Me llaman directamente. Hablo a lo menos con cuatro ministros al día. Me reúno con ellos y con los subsecretarios. Todos entendemos que tenemos que ser eficientes.

-¿María Luisa Brahm es la única que entra sin golpear en la oficina del Presidente?

-No. Yo golpeo y lo trato de usted. El Presidente Piñera es el Presidente de la República. Yo ya no lo puedo tratar de tú. No me sale. Fue espontáneo. Ahora, las reuniones con él son intensas. Es exigente. Pero tenemos una relación de confianza de muchos años.

-¿Se puede decir entonces que usted es el verdadero nexo entre el Presidente y sus ministros?

-Desde el punto de vista de las políticas públicas, sí. Ésa es mi área. Pero además coordino al resto. Por ejemplo, que Ignacio Rivadeneira -quien se encarga de los discursos presidenciales- tenga los imputs que necesita. También coordino lo que hace Hernán Larraín en estrategias comunicacionales.

"El segundo piso de Bachelet tenía un 'no diseño'"

-¿Cuál es el análisis que han hecho de los Segundos pisos de administraciones anteriores?

-Nosotros hicimos un estudio sobre ellos. Un Segundo piso no se puede inventar ni copiar. Tiene que ver con las historias y capacidades del Presidente, de su gabinete, del propio grupo de asesores. Aylwin no tuvo Segundo piso. Lo que hizo fue crear la Segpres a la medida de Edgardo Böeninger. Funcionaba con un grupo de ministros claves como Böeninger o Enrique Correa.

-¿Y en los caso de Frei y de Lagos? ¿Cuál es el análisis?

-Con Frei empezó la necesidad de que hubiera alguna asesoría, pero no como la conocemos hoy. Ahí hubo tres etapas bien claras. Frei tuvo un círculo de hierro donde estaba Genaro Arriagada, Carlos Figueroa y Edmundo Pérez Yoma. Después empoderó al ministro de Hacienda. Y al final terminó entregando a José Miguel Insulza el mando. En el caso de Ricardo Lagos se logró la estructura más eficiente. Basada en información. El equipo estaba encabezado por Ernesto Ottone, con sociólogos básicamente, que definían la orientación del gobierno y transmitían al resto del gabinete la visión presidencial.

-¿Y el Segundo piso bacheletista?

-El gobierno de Bachelet tenía un "no diseño" en este sentido. Se había complejizado. Había un jefe de gabinete del que dependía mucha gente, que era Rodrigo Peñailillo. Y había un encargado de políticas públicas, que era Francisco Díaz. También estaba la Dirección de gestión de políticas públicas, con Rodrigo Egaña. Era mucha gente. Cerca de 40 personas. Y los temas de políticas públicas estaban divididos entre Peñaillillo, Díaz y Egaña. Yo refundí todo eso y hoy el jefe de gabinete tiene un equipo muy pequeño que tiene que ver con el manejo de la agenda.

-En general, ¿qué es lo más complejo con lo que se han encontrado respecto de la administraciones anteriores?

-Me sorprendió una forma de hacer las cosas con mucho derroche e ineficiencia, en general.

-¿Y frente a la administración de los recursos?

-En la Presidencia me llamó mucho la atención el tema de las subvenciones presidenciales. La forma en que se distribuyeron recursos estatales... Eso se replica en muchos ministerios, con ONGs se encargaban de políticas públicas sin ningún control. Eso se produce en educación, en cultura, etc. Eso se fue haciendo durante 20 años y nadie se preguntaba por qué.

La imagen del Presidente

-La estrategia comunicacional es importante en el Segundo piso. ¿Cómo se define?

-Tiene que ver con lo que es el Presidente de la República. Es un Presidente trabajador, conocedor, que entrega un rumbo claro. Esa es la imagen fuerte que tiene el Presidente. Ahora, todos los centros de gobierno y asesores manejan información sobre encuestas y hay un área de imagen comunicacional, pero nosotros no trabajamos para la prensa.

-¿Pero cuál es el sello comunicacional de Piñera?

-La imagen comunicacional del Presidente tiene que ver con su forma de gobernar. Con el tema de la meta, la exigencia, con el ritmo que impone. La primera vez el ministro Joaquín Lavín le dijo que las escuelas (tras la emergencia) las iba a tener el próximo año. El Presidente le dijo que 'no, tenemos 45 días'. Y en 45 días estaban. Es el cumplimiento de metas verdaderas con desafíos reales

-¿Y cuando se critica que no ha sido bien asesorado en sus apariciones públicas?

-El Presidente es una persona muy espontánea y directa. Le cuesta el protocolo y a veces se sale. Él es así. Pero eso se transformó en una discusión de elite, que se deshizo en tres semanas, porque dejó de ser tema...

CEP: "Tuvimos una baja producto del terremoto y el Transantiago"

-Pero en la encuesta CEP, el Presidente aparece con una aprobación por debajo del 50%.

-Si bien la encuesta CEP aparece, según alguna gente, menos buena de lo que uno podría haber creído, nosotros sabíamos que iba a ser así. La recibimos con total tranquilidad. Pero estamos seguros de que esto va a cambiar drásticamente. Y se va a sentir en los próximos meses. Las cifras que se vienen van a ser muy buenas. En empleo, crecimiento, inversiones. Eso no se percibió en esta encuesta CEP.

-¿Entonces a qué atribuyen la baja?

-De partida es igual lo que alcanzó Bachelet en su primera medición. Y Bachelet no tuvo terremoto ni se instalaba después de 20 años. Tampoco tuvo Transantiago en ese momento. Nosotros tenemos una baja importante en Santiago que se explica por dos cosas: Por el terremoto, que afectó a la gente en la capital más de lo que se percibe; y por el Transantiago, en el que (el ex ministro) Cortázar no solucionó el problema real.

-¿Cómo juzgan que la ex Presidenta Bachelet aparezca primera en la encuesta CEP por sobre el Mandatario?

-Lo de la Presidenta Bachelet es un fenómeno político, pero no fue capaz de entregarle el gobierno a alguien de su conglomerado. Ese es un fenómeno político personal e individual, tanto que hoy su conglomerado está dividido entre bajarla o elevarla.

"Al conglomerado oficialista le cuesta ser oficialista"

-¿Cómo evalúa que se ha comportado el conglomerado de Gobierno?

-Tanto como a la Concertación le cuesta ser oposición, a la Alianza le cuesta ser oficialista. Especialmente a los partidos y a los parlamentarios. Eran los protagonistas hasta ahora. Pero cuando llegas al poder Ejecutivo, el Congreso es coprotagonista, es parte del elenco. Hay que entender a parlamentarios que fueron muy importantes, que tuvieron mucha exposición pública y que hoy día la agenda los hace tomar un rol menor y el rol mayor lo toma un ministro, por ejemplo. Algunos se desajustan un poco.

-¿Cuáles son los conflictos que el gobierno vislumbra en un futuro próximo?

-El gobierno del Presidente Piñera va a hacer los cambios y es probable que tengamos que enfrentar temas duros. Eso significa que tengamos que enfrentar a algunos gremios o algunos intereses, y no lo vamos a eludir.

-¿Como los profesores en la discusión del fin del estatuto docente?

-Eso podría ser una situación de conflicto, sin duda. Y otra cosa es que podemos encontrarnos con una oposición que contribuya poco. Eso también puede ser una amenaza.

-¿Cómo han tomado las críticas por el conflicto de interés que implicaría su pertenencia al Consejo Nacional de Televisión?

-La política es dura... puedo decir que yo he estado ahí sólo jugando un papel durante la transición.

-¿Cómo cree que será recordado el gobierno de Sebastián Piñera?

-Piñera será el Presidente del Bicentenario. Eso tiene un cuento republicano muy potente. Y creo que su gobierno va a cumplir con todo lo que prometió, pese a la tragedia que significó el terremoto. Será el gobierno que va a eliminar la indigencia, va a dejar al país a las puertas del desarrollo y le va a cambiar la vida a los chilenos en temas como seguridad ciudadana, salud, educación y pobreza.

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