lunes, 9 de agosto de 2010

CAMPAÑAS DE DEMOLICION ¿GRAN PODER?

ElPerú se encuentra en una gran fiesta democrática por el pleno, irrestricto y libre proceso electoral para elegir a los nuevos Alcaldes y Presidentes de los Gobiernos Regionales.

Ls campañas han puesto en ejecución las llamadas "campañas de demolición" contra los candidatos considerados favoritos o en todo caso los postulantes que no deberían ganar por su pasado ligado a sectores anti democráticos. Debemos recordar que el Perú vivió 10 años de un gobierno autoritario y corrupto liderados por Alberto Fujimori.

En ese marco ha caído como una bomba atómica la exigencia del conocido periodista Jaime Bayly, conductor del programa nocturno "El Francotirador" que emite un canal peruano, a la doctora Lourdes Flores Nano, la candidata favorita para convertirse en la alcaldesa de la ciudad capital del Perú: LIMA.

Y la exigencia del citado periodista está referida en saber cuánto le cobró al empresario César Cataño, acusado de lavar dinero del narcotráfico cuando ella era su abogada y Presidenta del Directorio de la línea aérea de propiedad de Cataño. Bayly insinúo que habría recibido un millón de dólares para su campaña.

Tras casi una semana de insistencia en el programa "El Francotirador", la candidata Lourdes Flores, dio a conocer hace unos días sus cuentas, en una declaración jurada, e informó que cobró 328 mil dólares, casi un millón soles.

Bueno, el asunto no quedó ahí, pues la candidata se presentó en otro programa nocturno Prensa Libre y revela - para asombro de los televidentes - que había seguido cobrando 10 mil dólares mensuales hasta el mes de junio último, cuando ella misma anunció hace unos meses que YA NO TENIA NINGUNA RELACION CESAR CATAÑO.


El asunto se le ha puesto díficil para la candidata que puntea todas las encuesta y que ha despertado curiosos analisis de reputados periodistas que ameritan la reflexión de los seguidores de este blog. LEAMOS:



Demolición (se recibe desmonte)


POr Mirko Lauer, en el diario La Repúlbica,.

La demolición está de moda. Casi no hay candidato con cierta presencia que no se reclame, con razón o si ella, víctima de un intento de demolerlo. Las combas en el proceso son los investigadores y los medios, que presentan destapes con la esperanza de infligirle al político un descrédito terminal.

En la teoría la opinión pública opera como un jurado gringo de la TV, escuchando a las partes y emitiendo su fallo en las encuestas. La decisión del votante depende de mecanismos más sutiles que este ejercicio de salud pública: el carisma personal, la imagen mediática, la leyenda, el prestigio de la agrupación.

La demolición es engañosa. Hay pocos casos reales en que ella ha funcionado, y cuando lo ha hecho no siempre ha tenido efectos duraderos. Luis Castañeda fue demolido por la prensa basura hace 10 años. Keiko Fujimori ya parecía demolida por la conducta y la debacle familiar a fines de los años 90. Nadie más demolido que Alan García en ese decenio.

Incluso ahora, en el tiempo real 2010, la demolición no parece estar funcionando mucho. Los intentos de atribuirle anticuchos ediles a Castañeda casi no le han movido un pelo a su intención de voto. La candidata fujimorista, que por las reglas de ese juego debería estar predemolida, sigue con su núcleo duro de adherentes.

Acaso lo más cercano a un caso de demolición es la suerte de Alex Kouri. Pero habría que demostrar que él ha recibido más combazos mediáticos que Lourdes Flores, otra política a la que le quieren jalar la alfombra de debajo de los pies. Lo de Kouri tiene que ver con su corta carrera cinematográfica en la salita del SIN, que ya era ampliamente conocida hace 10 años.

¿Pero funciona a la postre la demolición? En estos tiempos acaso no para arrancarle los votos leales a la víctima, pero quizás sí para evitar que su votación crezca entre los no convencidos. Cabría preguntarse si Fujimori y Kouri están padeciendo este último efecto, o si es simplemente su pasado que los condena a no crecer.

Hasta hace poco parecía claro que ser asociado, con pruebas o sin ellas, a la corrupción no demolía, en virtud de la idea del administrador que roba pero hace obra. Los argumentos para esto abundan, en Lima y provincias. Pero a medida que anticorrupción se ha ido volviendo sinónimo de oposición al gobierno, las cosas han cambiado.

De modo que gente como Fujimori, Kouri o incluso Castañeda padecen conatos de demolición no tanto por lo que pueden haber cometido, o no, sino porque ciertos demoledores los perciben como cercanos al gobierno. En cambio Alejandro Toledo y Ollanta Humala padecen conatos de demolición por oponerse al gobierno.


Tatata … yayaya …

Por Augusto Álvarez Rodrich
alvarezrodrich@larepublica.com.pe

Demoler, demoler, demoler, demoler

Casi no queda candidato de peso al que los medios no le hayan revelado alguna situación escabrosa de su trayectoria política que ponga en duda su honestidad, pero hasta ahora no se percibe que esto tenga un efecto demoledor en la perspectiva de su postulación.

En este sentido, Mirko Lauer comentó el viernes en su columna de este diario que “la demolición es engañosa. Hay pocos casos reales en que ella ha funcionado, y cuando lo ha hecho no siempre ha tenido efectos duraderos”.

Una advertencia metodológica: ‘demolición’ se refiere a toda denuncia al margen de si tiene fundamento o es una maniobra para bajarse a alguien. Durante una campaña electoral aparece mucha información sobre un candidato, y es una obligación del periodismo procesarla con diligencia y publicarla sin perjuicio de quién nos pasa el dato, lo cual es un hecho secundario.

Un caso reciente es el de Lourdes Flores, quien durante las últimas dos semanas ha enfrentado un intenso fuego cruzado por su asociación con César Cataño. Su respuesta de realizar un strip tease financiero y entregar a los medios un detalle de sus ingresos y patrimonio fue inteligente y ha establecido un ejemplo que todo candidato debe cumplir, pero eso no debiera impedir el reconocimiento de que su vinculación profesional con un acusado de narcotráfico y lavado de activos constituye un tremendo error que la perjudica y que, sin duda, le será enrostrado por mucho tiempo.

Sin embargo, no parece que este hecho vaya a mellar mucho el potencial de su candidatura.

De otro lado, al alcalde Luis Castañeda no parece haberlo perjudicado mucho el misterio sin resolver del caso Comunicore. Algo ha caído la aprobación a su gestión municipal, pero no su intención de voto, la cual parece todavía invicta.

Por su parte, a Alex Kouri se le ha recordado en estos días su antigua vinculación con Vladimiro Montesinos y el caso de los peajes.


En principio, podría tratarse de un caso en el que la denuncia sí ha tenido un efecto negativo en la perspectiva de una candidatura, pero esta es una hipótesis a ser examinada, pues lo más probable es que lo que hundió su futuro electoral en esta elección fue el desorden de su inscripción y acabar en las filas desprestigiadas del Cambio Radical de José Barba.

Que las denuncias sólidas no destruyen una candidatura se constata en el hecho de que hoy Alan García sea presidente de la república y que Keiko Fujimori encabece las encuestas de intención de voto presidencial.

Si bien una denuncia no mata a un postulante, sí contribuye a ahondar el desprestigio de la política y de las principales instituciones como los poderes legislativo y judicial, pues refuerza la sensación popular de que todos los políticos son unos ladrones. Y eso es peor que el colapso de una candidatura específica.


¡Chúpate esa mandarina!

Autor: Ricardo Vásquez Kunze, Perú 21



“Mira, Jimmy pues es especial. Está un poco molesto porque Lourdes no le ha llamado personalmente para agradecerle. Él considera que el desplome de Kouri y el repunte de Lourdes se lo deben a él. Mientras Jimmy no vea en los periódicos, en blanco y negro, una declaración oficial de Lourdes respaldando su candidatura a la Presidencia por el PPC, entonces que se cuide Lourdes porque la va a hacer papilla. Sí, sé que está loco y por eso yo no quiero estar acá cuando eso pase, me voy a Londres (ya regresó).

Te doy un consejo.

Cuando te llame Ximenita, mejor díganle que sí, que Lourdes va al programa. La va a tratar bien, Jimmy la quiere, lo que pasa es que como su cerebro no es de hombre ni de mujer se comporta como una tía a la que hay que mimarla y tomarse un té con ella.


Eso sí, ni se les vaya ocurrir demandarlo (¡a quién se le va ocurrir, pues!) y menos escribir algo contra él (sorry), porque eso sí le molestaría mucho y va a ser peor” (una fuente anónima muy cercana a Jimmy, ahora que Jimmy las ha puesto de moda).

Y bueno pues, hemos asistido en la última semana a las iras de Jaime Bayly, noche tras noche, en su programa El Francotirador.

El blanco: Lourdes Flores. El pretexto:


La plata de Cataño. La verdad de la milanesa:la vanidad ofendida del ingenuo precandidato presidencial sin partido y periodista político, Jaime Bayly. El asunto es como sigue.


Lourdes desnuda todas sus cuentas precisamente para demostrar que no oculta nada en el caso más espinoso de su carrera política: Cataño. Y entonces Bayly, que ya sabía perfectamente cuando le brindó su apoyo televisivo que Lourdes había sido abogada comercial de Cataño y presidente de su compañía aérea y que, evidentemente, no había trabajado gratis, se indigna.

Cómo es posible que Lourdes Flores haya recibido plata de Cataño que es (Bayly se ahorró, de un solo plumazo, presunción de inocencia, acusación fiscal, debido proceso, pluralidad de instancias y sentencia firme condenatoria), “todo el mundo lo sabe”, un narcotraficante.


¡Y un millón de soles, ni más ni menos! ¡Y hasta junio de este año, faltaba más! Y entonces, si Bayly sabía que Cataño es un narcotraficante ayer, hoy y siempre, ¿cuál es la diferencia entre la plata que recibió Lourdes antes de que Bayly le brindara su respaldo y después de que el Francotirador le bajara el dedo? Ninguna, salvo la de que Lourdes no se prestara a su chantaje televisivo.

¡Que Cataño es narco es una certeza, Xime! Lo dice ni más ni menos la procuradora antinarcotráfico Sonia Medina. Una señora muy valiente y correcta pero que, a diferencia del Papa y de Bayly, no es infalible.


También para la señora Medina era “una certeza y habían indicios más que suficientes” de que la famosa herboristera Jannet Emanuel era una narcotraficante. A Jannet (candidata abortada de Perú Posible en el 2006) le dio un chucaque y sus negocios se fueron a pique. ¿Y qué pasó? Pues que la señora era inocente y la Medina había metido la pata.

¡Que a Cataño lo meten a la jaula en septiembre, Xime! ¿Y alguien lo duda a estas alturas del proceso electoral?

¡Que Lourdes devuelva la plata, el dinero sucio! ¡Qué tal lisura! Pero, digo nomás, tal vez el precandidato presidencial debería haber empezado por casa. En el 2001 salió a la luz el video Schutz - Montesinos. El hoy prófugo suizo recibiendo millones de dólares de la mafia.


¿Dónde estaba Bayly entonces? Pues, si la memoria no me falla, en el canalazo de la mafia. Hacía piruetas al compás del piano del maestro Cam, que en paz descanse, en “La Noche es Virgen”. Y siguió allí hasta el 2002. ¿Devolvió el “dinero sucio” con el que le pagaban el sueldo (el prófugo suizo afirma que el dinero de Montesinos lo invirtió todo en el canal, jajaja)? No, se lo metió al bolsillo sabiendo con certeza que a esas alturas todos los canales habían sido comprados por Montesinos.

¿Y la plata de Crousillat en el 2000? ¿También la devolverá ahora que es candidato? ¿O no será pues que las personas que trabajan tienen derecho a lo que ganan por su trabajo y presumen la inocencia de sus empleadores?

Si Bayly, el candidato, exige desnudos, pues que se desnude también él. Pero que lo haga bien y no se quede con el taparrabos. Y si tiene frío, pues ya es hora de que se chupe una mandarina.

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